Mimia Arbeláez, la colombiana que conquistó los estudios Pixar

Hace ocho años, una mujer de tez blanca, cabello claro y una gran sonrisa llegó a los estudios de Pixar, una de las empresas del conglomerado de Disney. Consigo llevaba la ilusión de conquistar el corazón de niños y adultos por medio de personajes que sólo pueden hablar en un mundo fantástico. Mimia Arbeláez, conocida como la colombiana de Pixar, ha sido quien en muchas ocasiones nos ha hecho reír y llorar a través de todas las emociones que toca por medio de sus efectos recreados con luz.

Su trabajo como directora de iluminación consiste en darles el toque final a las películas, ya que, como ella misma aclara, “lo que no está iluminado en el cine no existe”. Por esta razón se encarga de diseñar el tono y el colorido de las escenas por medio de la luz para indicar la temperatura y complementar así las emociones y sentimientos que puede haber en una historia.

Ahora, ¿se ha preguntado usted cómo sería el mundo si su carro pudiera hablar o si grandes monstruos entraran a su habitación mientras duerme? ¿Si sus emociones tuvieran vida propia o, mejor aún, si los dinosaurios aún existieran? Arbeláez ha hecho posible que todas estas historias hagan parte del mundo de la animación desde su oficina en Estados Unidos.

Esta pereirana, graduada en diseño industrial y artes plásticas, viajó a Estados Unidos para especializarse en artes digitales y explorar las tres dimensiones de la animación. Pero su interés por este tipo de dibujos comenzó cuando era niña. Con alegría recuerda la película La historia sin fin, del director Wolfgang Petersen, basada en el libro de Michael Ende. “En esa época no era tanta la animación. Se hacía por medio de animatronics, y aunque los efectos son viejitos su historia sigue siendo linda. Me gustó tanto que el niño que lee el cuento de esa película se llama Sebastián y fue el nombre que le puse a mi hijo”.

Su más reciente trabajo fue en la película Un gran dinosaurio. En ella Arbeláez estuvo encargada de hacer que la naturaleza se viera real, que se sintiera el frío del río o la humedad del aire. Un gran reto, pues el paisaje pasa a ser un personaje más de la historia, protagonizada por un apatosaurio llamado Arlo y un niño humano.

“El director, Peter Sohn, quería que las nubes se sintieran en un cielo azul inmenso. Con mis compañeros teníamos que iluminarlas una por una, crearles sombras y hacer que se sintieran reales. Fue una parte dura, pero al final se ven espectaculares”, comenta.

En medio de las largas jornadas de trabajo que la alejaban de su familia, quizá el mejor momento fue cuando empezó a crear al pequeño y salvaje Spot, pues recordaba las caras que hacía su hijo y su mirada, y logró retratar al niño valiente, fuerte y a la vez dulce que ayuda a Arlo a superar sus miedos.

Arbeláez logra llevarnos con su creatividad a la felicidad que producen las ocurrencias de Arlo, a la nostalgia cuando vive momentos difíciles y aprender a salir adelante sin la ayuda de sus padres. Esta historia es un retrato de la necesidad que tenemos, tanto niños como adultos, de confrontar nuestros temores y descubrir lo que somos capaces de hacer. Además, la película destaca el valor de la amistad.

Entre el portafolio de esta colombiana se encuentran producciones con personajes reales y animados. Desde que está en Pixar ha trabajado en Cars 2, Up, Monsters University, Intensamente, entre otras, y en los próximos meses empezará a trabajar en Buscando a Dory. Esto la ha llevado a ser una de las animadoras digitales más reconocidas del mundo.

La película “Un gran dinosaurio” es protagonizada por un apatosaurio llamado Arlo y un niño humano.

¿Cómo está la animación en Colombia?

Al hablar de las producciones nacionales, Mimia Arbeláez comenta que no ha tenido la oportunidad de ver trabajos terminados, pero tiene mucha expectativa desde que en su visita a Colombia 3.0, la cumbre de contenidos digitales más importante de Latinoamérica, vio el proceso de algunos materiales desarrollados por estudiantes y algunas compañías.

“Me pareció que hay un talento increíble y hay muchas cosas que se están empezando a desarrollar aquí. Sin embargo, hace falta conseguir fondos y patrocinio que apoyen todas esas ideas. Tengo amigos que no han podido empezar sus proyectos porque no tienen dinero y este trabajo requiere de tiempo, dedicación, tecnología, permisos de software y artistas que necesitan que les paguen. Eso sí, esta situación sucede en todo lado, no sólo en Colombia”.

Después de haber cumplido su sueño de estar en los estudios de Pixar, Mimia Arbeláez prepara un libro para niños sobre Colombia, en el cual quiere aprovechar su experiencia y hacerles ver a los niños la importancia de sus raíces.

Hace ocho años, una mujer de tez blanca, cabello claro y una gran sonrisa llegó a los estudios de Pixar, una de las empresas del conglomerado de Disney. Consigo llevaba la ilusión de conquistar el corazón de niños y adultos por medio de personajes que sólo pueden hablar en un mundo fantástico. Mimia Arbeláez, conocida como la colombiana de Pixar, ha sido quien en muchas ocasiones nos ha hecho reír y llorar a través de todas las emociones que toca por medio de sus efectos recreados con luz.

Su trabajo como directora de iluminación consiste en darles el toque final a las películas, ya que, como ella misma aclara, “lo que no está iluminado en el cine no existe”. Por esta razón se encarga de diseñar el tono y el colorido de las escenas por medio de la luz para indicar la temperatura y complementar así las emociones y sentimientos que puede haber en una historia.

Ahora, ¿se ha preguntado usted cómo sería el mundo si su carro pudiera hablar o si grandes monstruos entraran a su habitación mientras duerme? ¿Si sus emociones tuvieran vida propia o, mejor aún, si los dinosaurios aún existieran? Arbeláez ha hecho posible que todas estas historias hagan parte del mundo de la animación desde su oficina en Estados Unidos.

Esta pereirana, graduada en diseño industrial y artes plásticas, viajó a Estados Unidos para especializarse en artes digitales y explorar las tres dimensiones de la animación. Pero su interés por este tipo de dibujos comenzó cuando era niña. Con alegría recuerda la película La historia sin fin, del director Wolfgang Petersen, basada en el libro de Michael Ende. “En esa época no era tanta la animación. Se hacía por medio de animatronics, y aunque los efectos son viejitos su historia sigue siendo linda. Me gustó tanto que el niño que lee el cuento de esa película se llama Sebastián y fue el nombre que le puse a mi hijo”.

Su más reciente trabajo fue en la película Un gran dinosaurio. En ella Arbeláez estuvo encargada de hacer que la naturaleza se viera real, que se sintiera el frío del río o la humedad del aire. Un gran reto, pues el paisaje pasa a ser un personaje más de la historia, protagonizada por un apatosaurio llamado Arlo y un niño humano.

“El director, Peter Sohn, quería que las nubes se sintieran en un cielo azul inmenso. Con mis compañeros teníamos que iluminarlas una por una, crearles sombras y hacer que se sintieran reales. Fue una parte dura, pero al final se ven espectaculares”, comenta.

En medio de las largas jornadas de trabajo que la alejaban de su familia, quizá el mejor momento fue cuando empezó a crear al pequeño y salvaje Spot, pues recordaba las caras que hacía su hijo y su mirada, y logró retratar al niño valiente, fuerte y a la vez dulce que ayuda a Arlo a superar sus miedos.

Arbeláez logra llevarnos con su creatividad a la felicidad que producen las ocurrencias de Arlo, a la nostalgia cuando vive momentos difíciles y aprender a salir adelante sin la ayuda de sus padres. Esta historia es un retrato de la necesidad que tenemos, tanto niños como adultos, de confrontar nuestros temores y descubrir lo que somos capaces de hacer. Además, la película destaca el valor de la amistad.

Entre el portafolio de esta colombiana se encuentran producciones con personajes reales y animados. Desde que está en Pixar ha trabajado en Cars 2, Up, Monsters University, Intensamente, entre otras, y en los próximos meses empezará a trabajar en Buscando a Dory. Esto la ha llevado a ser una de las animadoras digitales más reconocidas del mundo.

La película “Un gran dinosaurio” es protagonizada por un apatosaurio llamado Arlo y un niño humano.

¿Cómo está la animación en Colombia?

Al hablar de las producciones nacionales, Mimia Arbeláez comenta que no ha tenido la oportunidad de ver trabajos terminados, pero tiene mucha expectativa desde que en su visita a Colombia 3.0, la cumbre de contenidos digitales más importante de Latinoamérica, vio el proceso de algunos materiales desarrollados por estudiantes y algunas compañías.

“Me pareció que hay un talento increíble y hay muchas cosas que se están empezando a desarrollar aquí. Sin embargo, hace falta conseguir fondos y patrocinio que apoyen todas esas ideas. Tengo amigos que no han podido empezar sus proyectos porque no tienen dinero y este trabajo requiere de tiempo, dedicación, tecnología, permisos de software y artistas que necesitan que les paguen. Eso sí, esta situación sucede en todo lado, no sólo en Colombia”.

Después de haber cumplido su sueño de estar en los estudios de Pixar, Mimia Arbeláez prepara un libro para niños sobre Colombia, en el cual quiere aprovechar su experiencia y hacerles ver a los niños la importancia de sus raíces.