El Magazín Cultural
dasdadasdsadsa
Publicidad

¿Misión o Mansión espejo? (Cuentos de sábado en la tarde)

Siempre querrás volver y nunca será normal lo que sucede aquí. Mi nombre es Owen, no creo que la edad exista y por eso nunca digo cuantos años tengo ni cuando nací.

Mateo Restreto Duque
27 de mayo de 2023 - 06:41 p. m.
Imagen de referencia
Imagen de referencia
Foto: Pixabay

Mi nombre es Owen, no creo que la edad exista y por eso nunca digo cuantos años tengo ni cuando nací. A veces, mis amigos me confunden con un polaco; soy tan blanco como el estuco de una pared, alto como una varilla y mis ojos son tan azules como los personajes de Avatar, la película.

He sido muy curioso, me gusta llegar al fin de cualquier problema y diría que tengo delirios de detective.

Este fin de semana a mis amigos del salón y a mí nos invitaron a la mansión más conocida de todo el pueblo de Gowden. Se dice que es una de las casonas más viejas de todo el condado y que las personas que han entrado ahí salen con muchas preguntas sin respuestas.

Le sugerimos leer: La primera presidenta de Colombia es negra y bonita (Cuentos de sábado en la tarde)

Mi objetivo no es únicamente poder disfrutar del fin de semana, sino saber de qué se tratan todas las preguntas con las que salen las personas.

Llegó el sábado en la noche y estábamos todos preparados para entrar a la mansión, éramos 40 personas y la gente decía que era poquito para la monstruosa mansión que parecía un agujero negro sin fin. Ese día llovía fuerte, parecía como si Zeus, el Dios del trueno, estuviera muy enfadado y quisiera acabar con todos a su alrededor.

No era ese día en especial que llovía. Se dice que cada vez que alguien iba a entrar a la mansión, siempre ocurrían cambios de clima muy drásticos; desde un sol que derretía lo que se le pusiera en su camino o que de un momento a otro lloviera como si un tsunami estuviera pasando por el pueblo. Me pareció algo curioso y era el mejor paso para una primera pista.

Entramos a la mansión, nos recibían estatuas, cuadros muy tenebrosos como si desde esas pinturas hubiese ojos mirando cada paso que dabas y hacia dónde ibas. Todos estaban aterrados y al mismo tiempo les parecía gracioso, ya que ellos iban con el propósito de pasar su fin de semana y disfrutar de esta mansión, en cambio, yo iba a disfrutar de las terribles cosas que escondía este lugar e investigar qué era lo que tanto aterraba a las personas y por qué les dejaba tantas dudas.

Podría interesarle leer: Alerta roja en la sala de teatro Tercer Acto

La mayoría de veces la gente decía que yo parecía un poco raro porque no era como ellos, es decir, donde ellos estaban, yo nunca estaba, cuando ellos disfrutaban, yo no disfrutaba y lo que ellos hacían, yo no lo hacía. Muchos se acercaban a preguntarme si algo me pasaba o si yo tenía algún tipo de trastorno o enfermedad mental.

Cuando era pequeño este tipo de cosas a veces me alejaban de los demás compañeros y me afectaban un poco, pero a medida que fui creciendo entendí que todo entra por los ojos y que lo primero que ven las personas en ti es con lo primero que designan quién eres.

Cayó la noche y a todos nos habían asignado una habitación para descansar. Caí en un sueño profundo, recuerdo que soñé que me habían secuestrado, que me metían en un bolso y me cargaba alguien en su hombro para llevarme a alguna parte. Cuando desperté salí a buscar el desayuno y me di cuenta de que faltaban compañeros, pregunté qué había sucedido con ellos y solo me dijeron que se fueron porque no habían aguantado la noche en este lugar.

Decidí dar una vuelta por toda la mansión y preguntarles a las personas que trabajaban en ella un poco sobre su historia y por qué había tantos rumores sobre las cosas aterradoras que sucedían. Muchos decidieron no decirme nada y otros solo me decían cosas que no me servían para nada, e incluso eran malísimos para mentir.

Podría interesarle leer: María Martínez: “La ficción es una gran herramienta para educar”

Seguí dando la vuelta para ver que me encontraba cuando de repente salió unos de los trabajadores y me dijo que lo mejor era que no siguiera preguntando tanto: muchas personas preguntonas se han suicidado o se ahogan en un vacío de donde nunca han podido salir.

En el transcurso del día me quedé pensando en qué había querido decir ese trabajador y por qué me lo había dicho con una cara de desconsuelo, unos ojos de cansancio, una voz tan directa. Quise pensar un momento que en este lugar había un monstruo o que simplemente era un temor que le querían vender a la gente para que no volvieran a este lugar.

Ya era hora del almuerzo y solo quedábamos veinte personas, la mitad de los que habíamos entrado ya se habían ido.

Descarté algo y es que ese trabajador que me había dicho esas palabras era el único que aparecía al principio cuando te reciben en la mansión y también era el único que me había dicho algo coherente.

Ya era el último día que iba a estar en la mansión y me sentía un poco culpable y defraudado porque no había encontrado algo que diera respuesta, simplemente encontré que la mayoría de las personas se iban porque no aguantaban el martirio que les causaba estar dentro de este lugar y que la respuesta de cada pregunta estaba en mí.

Le sugerimos leer: Escritores analizan literatura en mundo postapocalíptico en la Bienal Mario Vargas Llosa

Me quedaba una cosa por hacer y era preguntar más, no había encontrado nada y no me podía ir de este lugar sin algo en mis manos.

Ring Ring

Mamá: ¡Owen despierta!, te va a coger la tarde para ir a la universidad

Siempre entro en este sueño y no sé lo que busca en mí y por qué quiere que esté dentro de él, pero de algo si estoy seguro y es que tiene mucha relación con mi vida. Busco ser aceptado por mi familia, por mis amigos, compañeros de clase, busco ser aceptado por todo el mundo.

Siempre me he acomplejado de mi estatura porque cada vez que me veo con mis compañeros de la universidad me dicen que parezco un minion o un pitufo. No me gusta tampoco mi color de piel morena y constantemente pienso que cada vez que una persona está enamorada de ti te dirá qué bonitos están tus ojos, aunque hasta el sol de hoy nadie me lo ha dicho.

Cuando entro en este sueño me siento otra persona, una que sí me gusta ser: en el más allá soy alto, muy apuesto. Me siento en un cuerpo seguro.

Cada vez que entro en este trance quedo en el mismo lugar, donde se están refiriendo a que tengo la respuesta en mí. Quiero que juntos, tú y yo, encontremos el misterio de la mansión espejo, o que encontremos el espejo de lo que somos en nosotros mismos.

Autobiografía:

Soy Mateo Restrepo Duque y me define la frase “amarse así mismo”. Uno de mis sueños más importantes es lograr ser un Coach para los jóvenes sobre el amor propio para que, por medio de mis palabras, se acepten como son.

Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

Por Mateo Restreto Duque

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar