
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Leopoldo García, uno de los ocho hijos del autor barranquillero Jesús Arturo García Peña, mejor conocido como Mario Gareña, confirmó esta mañana en diálogo para la W Radio que su papá, el autor de “Yo me llamo cumbia”, falleció ayer 25 de agosto en Salt Lake City, Estados Unidos, ciudad en la que vivía desde hace más de 20 años.
“Cuando los años se suman con la vida es de esperarse. Al parecer se cayó, perdió su sentido de estabilidad y el golpe fue mortal. Trataron de revivirlo y no se pudo. Mi papito falleció ayer a eso de las 5:30 p.m.”, dijo García en diálogo con la cadena radial. Le invitamos a leer: La muerte según Umberto Eco
Sin embargo, hace rato que Gareña alcanzó la inmortalidad. Y cómo no. Con “Yo me llamo cumbia” el autor barranquillero logró que uno de los géneros que representa a Colombia en el mundo, tuviera su propia voz. Ese tema es, en esencia, el himno de la cumbia.
Yo me llamo cumbia, yo soy la reina por donde voy
No hay una cadera que se esté quieta donde yo estoy
Mi piel es morena como los cueros de mi tambor
Y mis hombros son un par de maracas que besa el sol
Y mis hombros son un par de maracas que besa el sol
En Radio Nacional de Colombia recuerdan las palabras del investigador musical Jaime Rico Salazar en 2017 cuando se celebraron los 85 años de vida del músico: “Van a pasar muchos años antes de que se vuelva a componer una cumbia más bella que ‘Yo me llamo cumbia’. Mario Gareña fue su autor y además su mejor intérprete. Es un tema cumbre de la música popular colombiana”.
Gareña inició su carrera en 1951 como miembro de la Orquesta del francés Sebastián Solarí en Cali, y luego como participante de la Orquesta Sonolux.
«Te dejo la ciudad sin mí», balada ganadora del Festival de la canción de Nueva York.
Así lo recuerda Óscar Javier Ferreira Vanegas en su texto “Historias de Mario Gareña”: “Fue un excelente crooner, que trabajó en los mejores clubes nocturnos de la capital. Lo recuerdo en el famoso Grill Candilejas, donde actuaba cada noche. Alguna vez le tocó lidiar con un borracho que desde la mesa le gritaba: “Quiero que le toque La Mafafa a mi mujer”, tema de moda interpretado por los Corraleros. Entonces, Mario suspendió el espectáculo y le dijo: “Señor, Yo le toco la mafafa a su mujer, pero usted tiene que tocarme “el pájaro picón picón”(otra canción de moda). Carcajada del público ante la genialidad de Mario”, recuerda Vanegas.
“Íbamos a desenguayabar a los baños turcos Niágara, y aprendí mucho de él como maestro. Su técnica para componer, su gran amor por la música colombiana en todos los géneros. Era un blanco con ojos azules, pero con alma mulata. En cada composición clamaba por la justicia social, como en «La Esquina Caliente» y muchas otras obras. Era un hombre «jacarandoso», como él mismo se definía”, agrega.
Un fugaz paso por la política
En 1990, cuando fue elegido como Presidente el candidato liberal César Augusto Gaviria Trujillo, Mario Gareña formó parte de la contienda electoral. Luego de aquella experiencia fue decidió radicarse en Estados Unidos. En 2012 se refirió a ese episodio de su vida en charla para la W.
“Mi tierra me hace falta. Nací en medio de un folclor que nos alimenta a los colombianos por encima de todo. Me hace falta mi gente, la comida, todo, pero fueron muchos cambios de repente por la cuestión política, cuando me lancé como candidato a la Presidencia. Eso cambió mucho mi vida. Eso me golpeó bastante. Los ímpetus artísticos que siempre mantuve latentes se opacaron un poco y debido a ataques que recibí resolví venirme a los Estados Unidos siguiéndole los pasos a mis hijos que ya estaban radicados y casados allí”.
Sobre ese episodio, Ferreira Vanegas señala en su texto: “Mario Gareña se lanzó como candidato a la presidencia de Colombia, por lo que el gobierno nacional le dio un espacio en televisión, para que expusiera su programa de gobierno. Pero Mario, jocosamente tomó el asunto alegremente, para dar la fórmula del Sancocho Costeño, y «mamar gallo». La registraduría le dio a cada candidato un adelanto de diez millones de pesos para cubrir gastos de la campaña, que serían deducidos del total de votos que obtuvieran. Recuerdo que Regina 11, rompió en el programa de televisión, el cheque que le habían dado, pero Mario «se gastó la platica». La votación obtenida no alcanzó a cubrir el reembolso, por lo que prefirió viajar a los Estados Unidos”.
Sin embargo, Gareña no se arrepintió de esa aventura electoral. “Me faltó madurez. Lo hice muy improvisadamente, aunque en mi cabeza me venía dando vueltas aquello de Colombia necesita un cambio. Fue una insistencia apresurada de mi parte, pero si se me presentara la oportunidad de nuevo, lo volvería a hacer”.
En Salt Lake City, capital del estado de Utah, Estados Unidos. Lejos del Caribe siguió escribiendo y componiendo música, sin embargo, esas últimas letras, hasta ahora, no han sido convertidas en canción.
“En cuanto a mi vida artística no hay mucho que contar. Llevo diez años que no piso los escenarios en ningún lugar. Estoy prácticamente retirado de la vida artística. Escribo mucho, muchas canciones. Ya terminé un libro que estoy viendo como hago para editarlo y publicarlo”, le contó al periodista Julio Sánchez Cristo en 2012 a propósito de su cumpleaños número 80.
“El libro tiene mucho de fantasía. Tiene muchas anécdotas de mi vida. Las escribo en una forma que no me señalo yo mismo, pero sí soy yo el protagonista. Son 350 páginas. Muchas fantasía, mucha realidad, muchos sueños inconclusos. Un desahogo de los últimos años”, dijo sobre ese proyecto editorial que aún no ha visto la luz.
Mario Gareña compuso obras maestras como: “Te dejo la ciudad sin mí”, balada ganadora del Festival de la canción de Nueva York. “Esta noche la paso contigo” bolero famoso con “Los ángeles negros”. «Cimarrón», joropo llanero. «Señor Bambuco», Bambuco. «Qué linda”, porro. «Raza», Cumbia. «La esquina caliente», Porro.