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“No estoy intentando sonar perfecto, solo quiero ser honesto”: Gregorio Umaña

El artista, quien hace poco estrenó su canción “Extraños”, habló para El Espectador sobre el origen de esta composición, su trayectoria artística y el sonido que lo caracteriza.

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Andrea Jaramillo Caro
08 de mayo de 2025 - 01:00 p. m.
La música de Gregorio Umaña está influenciada por Sam Smith y Luis Miguel.
La música de Gregorio Umaña está influenciada por Sam Smith y Luis Miguel.
Foto: Daniela Hernández
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¿Cómo nació su nueva canción “Extraños”?

La escribí en agosto 26 del año pasado, en un momento muy difícil de mi vida. Me cuesta mucho ser vulnerable, no solo frente a la gente. Protejo mucho lo que siento y siempre he sido muy reservado. Esta fue la primera vez en la que no fue así. Siento que la canción es para la gente que ha tratado todo para salvar su relación y cree que eso es lo mejor, pero a veces la vida sabe mucho más y simplemente no quiere que en ese momento pasen las cosas como se planearon. Es una canción sobre dos personas que han crecido tanto que, si algún día vuelven a encontrarse, ya se sienten como dos extraños.

¿Cómo se traduce este concepto en música?

Desde que me acuerdo, la música ha sido la forma más natural de expresarme. Hay momentos en los que tengo emociones muy claras que las palabras no logran captar, y la música me ha ayudado no solo a transmitir esa emoción, sino a que la gente conecte a niveles más profundos de lo que unas palabras pueden lograr. Lo estoy viviendo en este momento con “Extraños”.

¿Cómo describiría su sonido?

Me especializo en balada pop, eso es lo que más me gusta. No estoy intentando sonar perfecto, solo quiero ser honesto. Quiero que, con mi interpretación, la gente sienta lo que yo sentí en ese momento y que logren conectarse mucho más allá de las palabras. Mi sonido viene de un sitio muy vulnerable y si alguna vez alguien ha estado roto, conectaremos muy bien.

¿A qué artistas admira?

Tengo dos tipos de artistas. Me gusta conectar mucho con el arte que haga el artista, pero también me encanta, como vengo del mundo y el entrenamiento clásico, y como me obsesioné con la voz y la técnica, me gusta mucho analizar las voces. Entonces, un artista que tenga las dos y que siempre ha sido mi ídolo es Sam Smith, o Luis Miguel también me gusta mucho y conecto con ellos. Pero hay un artista en particular con quien últimamente he conectado mucho, que se llama Ethel Cain, una artista americana. Hay una canción que se llama Sun Bleached Files, con la que conecto a niveles que nunca me había pasado.

Mencionó que viene del mundo clásico, hablamos sobre los inicios de su trayectoria artística.

Desde niño, mi pasión fue cantar. Desde muy pequeño tuve muy claro lo que quería hacer con mi vida y el propósito de por qué lo quería hacer. Gracias a Dios he tenido unos padres que me han apoyado en todo y han creído en mí, muchas veces más que yo mismo. Les rogué que me metieran a clases de canto en el colegio y durante esa época recuerdo que fui a ver “El mago de Oz” de MISI y pensé que eso era lo que quería hacer el resto de mi vida. Le insistí a mis papás hasta que me consiguieron la audición, fue con la misma Misi. Ella me aceptó y participé en Oliver Twist, luego protagonicé La más grande historia jamás cantada como Jesús adolescente y con ese musical nos presentamos en el Lincoln Center. Ahí empezó a rodar la bola. Mi colegio hace unos intercambios a Alemania de tres meses, cuando los estudiantes tienen unos 13 años, yo no quería ir y le pedí al rector que me dejara participar en un colegio especializado en artes en California. Al principio, no me dejó, pero le di una boleta al musical y eso lo convenció. Cuando pisé ese colegio, no quería volverme nunca. Empecé ahí el entrenamiento fuerte con una profesora de canto clásico muy buena. Después, mi mamá pensó que era muy temprano para separarnos, así que nos fuimos a Miami, donde nací. Allá había un colegio con una parte artística muy desarrollada y conocí al director artístico, que había estado en Broadway. Tuve mucha suerte, él me ayudó mucho con la hoja de vida. Empecé a actuar en inglés e hice muchos musicales. Me dio la oportunidad de protagonizar muchas cosas en inglés. Al comienzo tenía un acento rolo, pero él me ayudó a corregirlo.

¿Qué siguió después de esas experiencias?

Antes de audicionar a universidades, estuve en un programa que daba el Metropolitan Opera con Julliard, en el que seleccionaban solo a ocho niños y gracias a Dios fui uno de ellos. Luego, entré a la universidad en Nueva York en el Mannes School of Music y ahí todo empezó a andar. Mi profesor de canto estuvo en El Fantasma de la Ópera y me empezó a entrenar. Yo quería entrar como fuera, no me importaba, limpiaba baños si tocaba, pero quería entrar. Justo cuando iba a entrar, llegó la pandemia. Me tuve que devolver. En ese momento apareció mi mánager, quien me ayudó a entrar a Disney+ con Carlos Vives en mi primera serie en cámara: El Club de los Graves. A mí me gustan las cosas en vivo, conecto más, pero no me cierro a nada. Me acuerdo que, aunque Carlos no se acuerde, él me dijo: “usted debería hacer su música, ¿por qué no lo hace?”. Tenía miedo. En los musicales te dicen quién eres, qué papel interpretas, pero en la música es: ¿quién es Gregorio? ¿Qué quieres decir? En 2021 empecé en serio por este camino. Comencé a trabajar con Julio Reyes Copello durante un año en Art House, Miami. Fue el primero que creyó en mí, me abrió las puertas y me sacó de mi zona de confort, lo más difícil pero también lo más importante. Estuve un año trabajando duro con él. Luego conecté con Isaac Lee, que me abrió las puertas con su equipo, y ese equipo terminó siendo Hype, que es con quien estoy trabajando hoy en día.

¿Cuál ha sido la lección más importante que ha aprendido en su carrera?

Defender la visión de quien soy para no dejar que nadie me impida llegar a donde sé que puedo.

¿Cómo se mantiene fiel a su visión?

Creo que es muy importante rodearme de un equipo que crea tanto en mí como yo lo hago. El éxito de un artista depende de quién se rodee y, en mi caso, ese equipo está cada vez más afinado. De todas maneras yo siempre estoy pendiente de cada parte del proceso, porque para mí es clave que todo lo que haga diga “Gregorio Umaña”, es decir, que lleve mi sello. Quiero que mi público vea, sienta y oiga que esta es música que sale de mi cabeza y mi corazón.

¿Qué le gustaría explorar en la música?

Todo lo que yo escribo es una pintura de lo que siento en ese momento. Lo que escriba siempre va a hablar de un momento de mi vida muy claro. En el futuro me imagino con una orquesta grande a mis espaldas y cantando baladas con un micrófono al frente, con gente que sienta mis canciones como yo las siento. No me quiero limitar, siempre quiero hacer algo fresco y algo nuevo que la gente nunca haya oído y puedan conectarse como si fuera su propia historia. Porque las canciones nacen y son mías, pero cuando las saco son del que las está oyendo. Cada uno las interpreta como quiera.

Andrea Jaramillo Caro

Por Andrea Jaramillo Caro

Periodista y gestora editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en temas de artes visuales e historia del arte. Se vinculó como practicante en septiembre de 2021 y en enero de 2022 fue contratada como periodista de la sección de Cultura.@Andreajc1406ajaramillo@elespectador.com
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