El Magazín Cultural

“No me gusta Barcelona como un escaparate”: Carlos Zanón

“Barcelona es libertad y anonimato, pero también es soledad y desarraigo”. Así habla el escritor español sobre su ciudad natal, que se ve reflejada en su obra literaria.

Isabel-Cristina Arenas
24 de abril de 2018 - 13:27 p. m.
El escritor español Carlos Zanón, quien comenzó a escribir poemas en la adolescencia y publicó su primer libro de poesía a los 22 años.  / Ana Portnoy
El escritor español Carlos Zanón, quien comenzó a escribir poemas en la adolescencia y publicó su primer libro de poesía a los 22 años. / Ana Portnoy

Pertenecer a una ciudad va más allá del barrio en donde uno se mueve cada día, en donde trabaja o los lugares que frecuenta.

Sandino, el protagonista de Taxi, parece ser parte de cada una de las calles de Barcelona, maneja sin GPS, lee durante los semáforos en rojo, intenta encontrarse a sí mismo en sus recorridos, en la gente que lo rodea y en su soledad.

La ciudad de la novela no sale en las guías turísticas y las referencias del taxista serán, años más tarde, las ausencias del escritor detrás de la novela. Carlos Zanón (Barcelona, 1966), ensayista, articulista, poeta, crítico literario y guionista, ha escrito una novela en donde el protagonista anda como un “Mastroianni en un taxi en sus seis noches de La dolce vita”.

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¿Por qué “Sandino” como nombre (apodo) del personaje principal?

Por una lealtad. Sandino es un hombre infiel en su búsqueda, pero leal. De chaval le gustaban The Clash y estos dijeron en su día que su disco Sandinista! sería con el tiempo mejor que su antecesor London Calling, cosa que ya se veía imposible. Pero mi personaje sigue en ello, en creer batallas perdidas. Se construye a partir de eso. También porque el disco como la novela es muy ecléctico, desmesurado, barroco. O al menos lo pretendía.

Sandino conoce a la perfección cada calle de Barcelona, conduce sin GPS, sin mapa. Él tiene lugares, como Montjuïc, en donde aplaca un poco sus ideas, amores, miedos y contradicciones. ¿A usted como autor le interesan los mismos sitios?

Son lugares de recuerdos o mitificados por la memoria. Una ciudad no deja de ser gente aquí y ahora. A medida que envejeces, la ciudad se te puebla de ausencias: buscas los sitios donde antes hubo algo.

En varias partes del libro se siente una Barcelona que podría llegar a ser tan dura como Bogotá, en donde tomar un taxi no es una idea inocente. En la novela describe no a la ciudad de cielo siempre azul, sino la peligrosa ¿Por qué decidió mostrar a la Barcelona “zombi”, melancólica y criminal?

No creo que mi Barcelona sea tan peligrosa. Pero es cierto que es dura. Cualquier metrópoli es dura si no tienes suficiente dinero. No me gusta la Barcelona como un escaparate. Yo nací y vivo aquí. Mis padres son de aquí y viven aquí. La ciudad es libertad y anonimato, pero también es soledad y desarraigo.

¿Qué parte de la ciudad no turística escogería como postal nunca antes vista?

El cementerio de Montjuïc, sobre el puerto de Barcelona.

¿Qué Barcelona prefiere, en la que se mueve Sandino o la que conoce alguien que pasa algunos días en la ciudad?

Los ojos del turista son otros. Mi mirada de Bogotá, Buenos Aires o París es una mirada de asombro, de recuperación de la mitificación. Cuando vives ahí tu mirada es la de lo cotidiano. No puedo ser turista en mi casa.

La música y Sandino, la literatura y Sandino; junto con las películas son parte importante en la historia, definen al personaje. Él es un taxista fuera de lo común, llegado a este oficio más por herencia que por gusto. ¿Qué tan importantes son las referencias en la novela, cómo fueron escogidas?

Necesito saber a qué va a sonar mi novela, el tempo, el ritmo, el camine musical. Es imprescindible para mí. La literatura es música, si no son instrucciones de funcionamiento de una lavadora. Las referencias librescas eran de buenos libros en mi opinión. De música, un poco de todo. Taxi no es la novela documento de un taxista, es un personaje a la deriva, es Mastroianni en un taxi en sus seis noches de La dolce vita.

La vida de Sandino da un giro en solo una semana, la novela está llena de imágenes, de sonidos, de movimiento. Es como ver una película, una serie. ¿En algún momento se la planteó así?

Desde el principio. Quería una experiencia a todos los niveles y que el lector, al acabar, dijera: ¿dónde he estado?, ¿qué ha pasado?

La abuela de Sandino, Lucía, es un personaje fuerte narrativamente. Es un cofre en el que el lector quiere seguir buscando. Allí hay otra novela, o el “spin-off” de la serie “Sandino”. Ella sola representa a una Barcelona muy diferente a la de hoy. ¿Qué queda de la ciudad de Lucía?

Es un trasunto de mi abuela. Sí, es el mismo espejo del clasismo en una sociedad como Barcelona, que refleja a Sandino cuando se mira. Supongo que queda eso, las clases sociales, los tics de tribu, el arribismo, las ansias de unos y el tedio de los otros.

¿Cree que Sandino podrá encontrar lo que busca (o que no sabe qué busca) si deja Barcelona?

No, pero ojalá me equivoque y acabe con una pelirroja en un pueblecito irlandés rodeado de niños y ovejas (lo de las ovejas es opcional).

En Colombia, y en general en el mundo, parece que últimamente está prohibido reírse de ciertas cosas. Amenazas o cárcel en el menor de los casos. Hace poco estuve en la presentación del libro “Humor negro”, de La Fuga Ediciones, en donde usted participó en video (muy divertida, por cierto), y después, leyendo lo que ocurre con las cenizas de la abuela Lucía o con Jesús en el cementerio en “Taxi”, veo que el humor es importante para usted. ¿Planea estas escenas? ¿Se puede uno reír de todo?

La risa es la única venganza que se me ocurre contra el dolor, la injusticia y la muerte. En un libro, la risa es distancia. Es relativizar lo trascendente. Creo que uno se ha de reír de todo. El problema no es reírse de algo serio sino, en ocasiones, la injusticia de lo serio.

Finalmente, he visto que usted ha dicho en otras entrevistas que “Taxi” no es una novela negra, aunque esté clasificada como tal. Estoy de acuerdo, es más bien poética. Entiendo que usted es poeta, ¿podría hablarnos de su poesía?, ¿un verso suyo que siempre tenga en mente?

Escribo poesía desde crío. Publiqué mi primer libro de poemas con 22 años. No recuerdo versos míos, pero te diré uno: “cuando solo soy un sótano / que en ocasiones es asaltado / por recuerdos más altos que rascacielos”.

Por Isabel-Cristina Arenas

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