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Fecha: agosto de 2020.
Nombre del observador: Juan Andrés Romero Prada, docente universitario de origen indígena.
Cuidad: Ibagué, Tolima.
Lugar: comuna 2, formada por un conjunto de barrios periféricos anclados en el corazón de la ciudad.
Temática: aprender, enseñar, investigar y sobrevivir en la pandemia.
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Salgo con mi pareja y mis amigos a celebrar el cumpleaños de uno de ellos, luego de siete meses de aislamiento. Vamos a un café del centro a compartir una torta, una gaseosa y algunas cervezas. Salimos del lugar después de una hora, caminamos varias calles del centro y nos detenemos en un restaurante de frituras. Recibo una llamada por teléfono. La coordinadora de un programa de comunicación de la ciudad quiere contratarme como docente investigador. Acepto la propuesta. Le cuento a mi compañera, llamo al celular de mi papá y le digo la buena noticia, lo escucho congestionado al otro lado del teléfono.
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Escucho la alarma del celular y me levanto de la cama, a las cinco de la mañana, enciendo el computador y reviso mi correo electrónico personal. Pico en el último mensaje enviado por la coordinadora del programa, quien me solicita el envío inmediato de algunos documentos necesarios para la contratación, entre los que se encuentran: el certificado de afiliación a salud, el certificado de afiliación a pensión y el contrato laboral firmado, de manera electrónica, sumado a más de una docena de documentos que debo gestionar antes del mediodía, escucho a mi papá toser en el cuarto del lado.
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Mi papá respira con dificultad y un fuerte dolor en el pecho. Termino el almuerzo en silencio, lavo los platos en la cocina y vuelvo al cuarto rápido, orando mentalmente. Reviso el correo electrónico. La coordinadora me envío un nuevo mensaje con el usuario y la contraseña de una plataforma de capacitación docente, donde debo realizar cinco cursos de formación en manejo de: plataformas web, herramientas digitales y didácticas mediadas, antes de las seis de la tarde. Llega otro mensaje de la coordinadora con un enlace de Meet para ingresar a la primera reunión del programa, a la que me debo unir de inmediato para presentarme al resto de los profesores.
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Mi papá tiene una fiebre irregular que no se detiene con los remedios comunes ni con los medicamentos dados por nuestro médico familiar. La coordinadora me asigna ocho clases remotas. Leo los micro currículos, creo los planes de curso y realizo los acuerdos pedagógicos. En la primera clase presento el curso, realizo una pregunta de diagnóstico y dejo un trabajo para la próxima sesión, hay estudiantes de Ibagué, Neiva, Bogotá y Santa Martha. Termino la clase media hora antes. Voy a la sala y encuentro a mis papás esperándome en silencio. Mi papá me abrasa llorando, me dice que irá al hospital y que debo cuidar a mi mamá.
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Me levanto temprano, sin haber dormido más de una hora, llamo a mi compañera y a algunos amigos cercanos. Salimos de la casa con mi papá y mi mamá y tomamos un taxi. El vehículo nos deja al frente del hospital. El portero nos mira a la distancia, hace una serie de preguntas y nos envía al edificio de urgencias. Un médico nos recibe en la puerta, nos realiza más preguntas y envía a mi papá a sentarse en una silla, aislado, solo le permiten el ingreso a mi mamá. Me quedo afuera. Recibo una llamada de la coordinadora, necesita que suba los enlaces de Meet de las clases a un documento de Excel compartido. Mi papá da positivo en la prueba, mi mamá lo acompaña hasta una puerta y él se despide con una mirada a la distancia.
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Mi mamá llora en el patio de la casa donde florecen las rosas. Llevamos aislados más de siete días. Entro a su cuarto sin que se dé cuenta, me arrodillo frente a una imagen de la virgen, que instaló mi papá en una repisa, y rezo todas las oraciones que él me enseñó en voz baja. Llamo al hospital a averiguar por mi papá, nadie contesta. Recibo una llamada del líder de investigación quien me dice que mi proyecto sobre radio comunitaria fue aprobado, me explica el número de tareas que debo desarrollar en cuatro meses, además de ejecutar el estudio: escribir dos artículos de investigación, elaborar una obra-creación, ser ponente en un evento, orientar un semillero de investigación, ser par evaluador en otro evento, escribir, en compañía de otros docentes, las líneas de investigación de la escuela, y al final del semestre presentar otra propuesta de investigación. Termino la llamada, me siento en la cama, al lado que duerme mi papá, se me humedecen los ojos.
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