
En 1979, doña Nydia Quintero de Balcázar recibió la distinción Dama Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.
Foto: El Espectador
“¿Cómo sigue funcionando la gente del mundo tras la muerte de un padre querido?”, se preguntó Chimamanda Ngozi Adichie en su libro Sobre el duelo. ¿Y cómo siguió funcionando doña Nydia Quintero de Balcázar luego de la muerte de su hija Diana, que luchó tanto por rescatar, que esperó con tanta ilusión y que tuvo que enterrar? La primera dama se convirtió en una figura reconocida no solo por este cargo. Tampoco su gran visibilidad se debió solo a su liderazgo por la solidaridad en Colombia, sino a la dignidad con la que enfrentó un dolor...

Por Laura Camila Arévalo Domínguez
Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com
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