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Luego de las huelgas por parte del sindicato de escritores (Writer’s Guild of America) en 2023, entró en debate el uso de material generado o asistido por inteligencia artificial. Esta discusión no solo tomó el camino de la ingesta de datos —entre los que se encuentran miles de trabajos protegidos por derecho de autor—, sino de la capacidad de registrar obras hechas con IA.
La Oficina de derecho de autor de Estados Unidos inició un estudio de caso sobre las discusiones del uso de la inteligencia artificial. La primera publicación de los resultados ocurrió en julio de 2024.
En el documento, se indagaba sobre la legalidad de las “réplicas digitales”, sugiriendo legislaciones federales para proteger a los individuos ante la utilización no autorizada de su imagen para crear estas representaciones virtuales, cuya distribución las presentara con ciertos índices de falsedad.
La segunda parte, publicada en 2025, indagaba sobre la posibilidad de registrar obras que fueran hechas con o asistidas por inteligencia artificial en esta institución y la Biblioteca del Congreso.
Shira Perlmutter, directora de este ente gubernamental, indicó que el resultado de sus investigaciones y sondeos públicos resultó en determinar como central la creatividad humana para aplicar el derecho de autor. “Cuando esa creatividad se expresa mediante el uso de sistemas de inteligencia artificial, sigue gozando de protección”, afirmó en un comunicado.
Es por esto que el informe presentado revela que solo las obras que cuenten con un apoyo de inteligencia artificial y sea notoria la presencia de un autor humano pueden ser sujetos del registro de derecho de autor. Esto excluye los materiales generados en su totalidad mediante “prompts” y publicados directamente como los sistemas de IA los entregan.
El reporte no sugiere una ampliación en la legislación existente para los materiales de inteligencia artificial. Para esto, seguirán rechazando las peticiones de registro de obras hechas por estos sistemas e inalteradas por el peticionario.
“Extender la protección a materiales cuya expresividad está dictada por una máquina, debilitaría en vez de fortalecer las legislaciones de derecho de autor”, aseveró Perlmutter para AP News.
La tercera parte del informe, que se espera su pronta publicación, presentará los resultados de la investigación de la Oficina de derechos de autor acerca del entrenamiento de modelos de inteligencia artificial con obras que se encuentren ya amparadas bajo este marco legal.