Publicidad

Obras son amores (Opinión)

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Jorge Piotrowski
13 de mayo de 2023 - 06:46 p. m.
En una democracia la única forma que existe para poder hacer cambios es logrando consensos. En elecciones, compiten entre diferentes candidatos en un mecanismo de debate público sobre prioridades y asuntos nacionales.
En una democracia la única forma que existe para poder hacer cambios es logrando consensos. En elecciones, compiten entre diferentes candidatos en un mecanismo de debate público sobre prioridades y asuntos nacionales.
Foto: Pexels
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

En la novela del escritor portugués Valter Hugo Mãe “La deshumanización”, un texto que relata la historia de una niña a la que se le muere su hermana gemela; la infanta le dice a su padre: “Cuando hablo, no entrego nada. Dejo igualmente despojado a quien tiene frío y no lleno la barriga de quienes tienen hambre. Cuando hablo, lo que hago está cerca de no hacer nada y, entre tanto, nos hace creer en la sensación de estar haciendo mucho. Como si hablando pudiéramos hacerlo todo. Lo que digo solo es bueno porque puede ser dicho, pero no sirve de pared para la casa ni de barco para la fuga. No podemos navegar, en una palabra. Ni siquiera podemos partir. Hablar es quedarse”.

Dicta el refrán popular: “Obras son amores, y no buenas razones”. Todos soñamos con profundas transformaciones en nuestro país, lo difícil es lograr que sucedan. Para que podamos vivir sabroso, hace falta algo más que un discurso en el balcón del Palacio de Nariño. La inequidad social no desaparece al acusar a los más privilegiados. Certificar públicamente ante las Naciones Unidas que Colombia es uno de los países más hermosos del mundo, no cambia la forma como nos perciben internacionalmente. Asociar directamente la tragedia que viven los venezolanos en los últimos tiempos, con la explotación de materias primas; nada repercute en la de vida de los noruegos, país que, aparte de ser potencia petrolera, tiene uno de los más deseables niveles de bienestar. El problema del recrudecimiento del conflicto armado, del control territorial de las rutas del narcotráfico, no se resolverá afirmando que Colombia es la nueva potencia mundial de la vida.

En una democracia la única forma que existe para poder hacer cambios es logrando consensos. En elecciones, compiten entre diferentes candidatos en un mecanismo de debate público sobre prioridades y asuntos nacionales. Sin embargo, una vez finalizadas las elecciones, los políticos deben encontrar una forma de cooperar y gobernar para el beneficio de todos. Tiene toda la razón el jefe de Estado cuando afirma que: “el verdadero cambio es con el pueblo”; se equivoca en creer que “el pueblo”, se reduce a los ocho millones y medio de personas que votaron por él en la primera vuelta presidencial; o al treinta y cinco por ciento que apoya su gestión en las encuestas. El pueblo también está compuesto por los más de dieciocho millones y medio de ciudadanos que votaron en las elecciones legislativas ¿Con quién es el pacto histórico?, ¿Con sus seguidores? ¡A ellos ya los convenció! Ante los últimos sucesos, pareciera que el Pacto Histórico tiene de “pacto” y de “histórico”, lo mismo que el Centro Democrático tiene de “centro” y de “democrático”.

No le va a resultar efectivo al presidente encontrar gobernabilidad en contravía de las instituciones o creyendo que está por encima de ellas. Él sabe muy bien que no tiene el poder absoluto, pero a veces se comporta como si lo tuviera. Es muy difícil lograr acuerdos si se pretende llegar a ellos imponiéndose. Estos solo se logran convenciendo y cediendo de forma simultánea. Las más grandes transformaciones no han sido fruto de la unanimidad, han sido logradas a través de acuerdos parciales. Aquellos proyectos de reforma que el presidente considera “perfectos” pueden terminar siendo buenos para una mayoría, pero solo después de haber sido transformados, cambiados y depurados en una discusión colectiva. Los cambios verdaderos no se llevarán a cabo desacreditando al Congreso, a los empresarios, a las Cortes, a la Fiscalía, a los Partidos; todo lo contrario, solo se lograrán junto con la mayoría de ellos. Así se gobierna en las democracias.

Por Jorge Piotrowski

Conoce más

Temas recomendados:

 

Magdalena(45338)15 de mayo de 2023 - 03:58 a. m.
Como usted afirma en síntesis "El papel aguanta todo"pero en la realidad es muy difícil buscar consensos,dígale al Polo Polo que impulse un proyecto con su compañera Francia ya tienen en común el mismo origen africano,,dígale a la Cabal que ella no es aria o al que brama en el Senado que los héroes del ejército que mataron a mansalva a los campesinos merecen ser castigados ,que desde la fiscalía no oculten pruebas de los traficantes de drogas.
Antonio(42652)13 de mayo de 2023 - 07:21 p. m.
En teoría es hermoso lo que dice, pero porque NO se habla de la difamación, del ocultamiento de información, de los ataques de esos sectores privilegiados e intocables. En la democracia contender se hace con transparencia y no con mezquindad. Es lamentable que solo figuren en primera plana los errores del presidente, Por qué ocultan los logros que el gobierno alcanza para Colombia?
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.