
Los libros de terror intentan ahondar en aquello que somos y nos horroriza, y también en lo estremecedora que puede ser la realidad.
Foto: Getty images.
Apagas la luz y te metes debajo de las cobijas. Respiras profundo y cierras los ojos. Crees escuchar pasos y entras en estado de alerta. La poca iluminación que se cuela por la ventana deja formas extrañas y siniestras sobre las paredes. Sin saber por qué, te paralizas; estás atrapado en el lugar en el que te sentías a salvo mientras los pasos parecen más cercanos. No es la primera vez que ocurre y te intranquiliza la idea de volver a experimentar esa sensación de pánico que hizo que muchos pensaran que estabas loco. La alarma te despierta y...
Por Esteban Parra
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