
Al amor le sobra una letra. Al amor le falta el orden que tiene la palabra mar.
Foto: Jorge Arturo Díaz S.
Hay muchas formas de llegar al agua. La sed es una de ellas. Cuando me sumergí en esa fuente, mis papás me habían llevado a la orilla azulada, salada, de cierta isla en el caribe.
Era una niña muy pequeña en ese primer contacto. Son pocos los recuerdos que tengo. Uno de ellos tiene que ver con el miedo que sentí al ver la espuma en esa margen. Había cumplido algo así como tres años. El miedo, un sentimiento tan ligado al océano como el regocijo de nadar en sus aguas.
El mar es un lugar común. Aunque la gama de azules es tan diversa como las...
Por Julia Díaz Santa
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