Desde el primer momento el pequeño mostró su grandeza. Lo hizo al enfrentarse a su ídolo Camarón de la Isla para decirle que debían repetir algunas tomas musicales del disco La leyenda del tiempo (1979). Aquella era la décima producción de la estrella del cante y, tal vez, la primera aparición importante de un joven guitarrista llamado José Fernández Torres, a quien todos acordaban en llamar, simplemente, Tomatito. Para don José Monge Cruz (Camarón de la Isla) el registro era genuino, con todas las vísceras por fuera como gritan los cánones del flamenco, pero para el adolescente de las cuerdas era necesaria la repetición de cada instrumento para acercarse a la perfección.
Con el paso de los años, Tomatito se dio cuenta de que su maestro tenía razón y que el flamenco, más que perfección, es vida. “Yo tuve el privilegio de acompañar a Camarón de la Isla y con eso ya puedo decir que los he acompañado a todos, aunque también he compartido escenario con Enrique Morente. Uno para innovar en el flamenco tiene que escuchar las raíces y ellas son Camarón y Paco de Lucía. Yo ya toqué con el mejor de los nacidos”, dice el guitarrista, para quien el palo (estilo) que más se adapta a sus capacidades es la bulería.
Pero además de recorrer todas las vertientes del flamenco, que le vienen por herencia gracias a su padre, a su tío y a su familia de guitarreros de la calle, como él mismo los llama, Tomatito ha realizado apuestas mucho más arriesgadas al fusionar esas sonoridades con ritmos más universales, como el jazz latino y el tango. Con el género del arrabal se encontró en el camino gracias a su colega Luis Salinas, quien además lo invitó a Buenos Aires, donde tuvo la oportunidad de escuchar a Astor Piazzolla. En ese momento, el gusto por el tango se transformó en fascinación. Con el jazz latino la historia fue un poco diferente y sus mieles las descubrió de la mano del pianista Michel Camilo, con quien a la postre realizó los dos ejemplares del álbum Spain.
“A raíz de que nosotros hicimos ese disco, la gente se ha atrevido mucho más a mezclar la guitarra y el piano, dos instrumentos con registros similares. La gente tenía mucho miedo de esa fusión, pero cuando escucharon nuestros discos se aventuraron a profundizar en ese binomio”, comenta Tomatito, cuya más reciente producción es Sonata suite, en la que además de los 80 músicos de una Orquesta Sinfónica, lo acompaña su hija Mari Ángeles en las voces. Pocas veces una orquesta en formato completo se le ha medido a tocar flamenco y lo hizo con Tomatito, el mismo que desde niño, contrariando al Camarón, empezó a demostrar su grandeza.
Jueves 31 de marzo y viernes 1º de abril a las 8 p.m. Teatro Julio Mario Santo Domingo, calle 170 N° 67-51. Tel. 593 6300 y www.tuboleta.com.