Publicidad

Paula Rodríguez habla sobre la pasión por llevar el cuerpo al límite

Este año, Rodríguez estuvo en Río de Janeiro en una competencia de hyrox, una disciplina que combina varios tipos de entrenamiento. Su vida gira en torno al deporte y su sueño es poder transmitir esa pasión a muchas personas más.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Santiago Gómez Cubillos
15 de diciembre de 2025 - 12:00 p. m.
Además de deportista, Paula Rodríguez es maestra en Artes Escénicas.
Además de deportista, Paula Rodríguez es maestra en Artes Escénicas.
Foto: @valerialruiz
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

¿Cuándo se dio cuenta de que el deporte sería parte importante de su vida?

Desde niña; siempre he sido bastante activa. Aparte, mi papá siempre ha hecho deporte y es, sobre todo, muy aventurero, entonces yo me crié con una mentalidad de “si quieres hacerlo, ve y pruébalo”. El deporte se convirtió entonces en mi manera de comunicarme con el mundo, de mantenerme aterrizada. También por eso creo que me han interesado muchos deportes.

¿Cuántos deportes ha practicado?

Tengo la mentalidad de que uno no se tiene que casar con una sola cosa, sino que el cuerpo está diseñado para probar de todo, así que ¿por qué no hacerlo? El deporte con el que empecé de chiquita fue el tenis; después hice escalada, danza aérea, gimnasia y running... He pasado por diferentes disciplinas, pero más que un deporte en específico, lo que me gusta es la sensación de movimiento. Siempre que me preguntan cuál es mi deporte, entro en crisis porque no sé qué decir. Lo que me gusta es moverme.

Hacer deporte, estar cansado… Todo eso es incómodo, pero ¿cómo la hace sentir a usted eso?

Para mí es una sensación de libertad absoluta, sobre todo por la conexión que tengo con mi cuerpo, porque el movimiento es lo que me permite expresarme. Muchas personas ven el deporte como algo que tiene que ser explosivo, y por eso lo odian, porque eso es en lo único que piensan cuando les dicen que tienen que hacer un deporte. Pero eso no tiene por qué ser así. Yo puedo hacer yoga, estirar durante 20 minutos; igual me moví, igual tuve ese momento consciente conmigo misma; entonces eso, para mí, también es hacer deporte.

¿Lo toma entonces como un tipo de meditación?

Totalmente. Siento que es el espacio en el que mi yo externo e interno están más conectados entre sí. Es un momento de plenitud total y una pasión absoluta.

Eso también lo puede pensar alguien que solo haga ejercicio por placer, pero usted lo hace de manera profesional. ¿Cómo cambia eso el panorama?

Hay siempre un diálogo entre mis retos como deportista profesional y los límites de mi cuerpo. Es un ejercicio de constante equilibrio entre empujarme a no quedarme en mi zona de confort, pero sin llegar a ponerme en peligro. Y lo aplico siempre que me enfrento a situaciones como ir a una competencia que nunca he probado o entrar en un ámbito deportivo nuevo para mí, porque eso implica cambiar toda mi rutina. Por otro lado, para mí también es importante siempre recordar por qué lo estoy haciendo, para que no se vuelva algo mecánico, sino que esté todo el tiempo conectado con mi pasión. Claro, ahí entran las métricas, los objetivos y los alcances que quiero lograr, pero el reto es que eso no me drene, sino que pueda conservar esa sensación de sentido, de “por esto lo hago”.

Cuénteme sobre la competencia en la que participó hace poco en Río de Janeiro.

La disciplina se llama hyrox: es una combinación entre running y elementos de entrenamiento funcional. Llegué a esta disciplina porque me llamó mucho la atención: combina no solo fuerza, sino también resistencia. Eso me sacó de la zona de confort, porque normalmente en esos ámbitos o uno es corredor o levanta pesas, pero acá se combinan las dos. Además, es una disciplina muy retadora en términos de resistencia cardiovascular y oxigenación.

¿Cómo terminó participando allá?

Justo había regresado a vivir a Bogotá y empecé a entrenar con unos amigos. Yo lancé la idea de por qué no hacer esto, y ellos la tomaron y la aterrizaron por completo. Fue como si yo ya tuviese las alas, pero necesitaba de ellos para que me ayudaran a volar. Nos preparamos durante tres meses con un entrenamiento muy específico. Detuvimos todo lo que estaba pasando alrededor y al final decidimos competir con un amigo, en la categoría Open. Hay dos categorías: la Pro y la Open, que es un nivel un poco menor al del atleta profesional.

¿Cómo describiría su rendimiento en esa competencia?

Al principio estaba muy preocupada, con muchos nervios y ansiedad por mi rendimiento, pero cuando empezamos, nos sentimos muy bien. Al mismo tiempo, nos dio un poco de rabia porque, por estar tan emocionados, la mente nos jugó una mala pasada y terminamos saltándonos una parte del circuito. Eso no era como en una maratón en la que uno corre siempre hacia adelante, sino que había que completar cierta cantidad de metros corriendo y luego entrar a cada una de las estaciones. Además, la pista no era muy intuitiva, entonces teníamos que estar muy concentrados llevando nuestras cuentas siempre. Sin embargo, en una de esas por estar haciendo todo tan rápido nos dimos cuenta de que nos habíamos saltado una parte. Mi amigo me dijo que corriéramos las vueltas de más, para que nos las contaran, pero ya sabíamos que nos iban a penalizar, así que también fue un ejercicio de soltar expectativas y decir: estoy aquí para disfrutar. Al final fue como aceptar que me sentía muy bien, que nos estaba yendo bien y que estábamos entre lo que nos habíamos proyectado, pero sin la presión de ganar. Entonces fue solo eso: soltar y seguir.

¿Cómo maneja la desilusión de perder una competencia?

Ha sido un aprendizaje constante. Cuando era muy pequeña me afectaba mucho, sobre todo a nivel emocional, pero con el tiempo he aprendido que ganar no es lo único que importa y que lo más hermoso es el proceso. Ahí es donde pasa la mayor parte de lo que uno hace. La competencia dura muy poco en comparación con todo el camino previo. Entenderlo me ha ayudado mucho a lidiar con eso.

¿Cuál es su sueño con el deporte?

Uno de mis sueños es continuar moviéndome hasta el fin de mis días. Me gustaría llegar a una vejez funcional, en la que conserve una buena calidad de movimiento. Además, me encantaría inspirar a muchas personas y poder transmitir mi pasión por el deporte.

Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

Santiago Gómez Cubillos

Por Santiago Gómez Cubillos

Periodista apasionado por los libros y la música. En El Magazín Cultural se especializa en el manejo de temas sobre literatura.@SantiagoGomez98sgomez@elespectador.com
Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.