“Peach fuzz”, o cómo el durazno pintó el mundo (Historias a color)
El Instituto de Color Pantone anunció recientemente su color para el año 2024. Eligió un tono durazno, que se podría describir como un naranja pastel, en contraste con el magenta que rigió las paletas de color en 2023.
Andrea Jaramillo Caro
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Entre los tonos de rosado y naranja se esconde un color derivado de una fruta. El durazno, más allá de su sabor dulce, es ahora el color del año del Instituto de Color Pantone, el cual eligió “Peach fuzz” o “Piel de durazno”, en español, como el color para el 2024. “Una sombra cálida y acogedora que resalta nuestro deseo de estar juntos con los demás y el sentimiento de santuario que esto crea”, son las palabras con las que el instituto describe este color.
De acuerdo con Leatrice Eiseman, directora ejecutiva del Pantone Color Institute, este color “brinda pertenencia, inspira recalibración y una oportunidad para nutrirnos, evocar un aire de calma, ofreciéndonos un espacio para ser, sentir, sanar y florecer ya sea pasando tiempo con los demás o tomándonos el tiempo para disfrutar de un momento a solas”. Encontrar paz y un impacto al bienestar, sumado al despertar de los sentidos a la calidez de este color, son las características atribuidas a este tono que marcará el 2024.
Pero este color tiene una historia que se remonta a siglos, e incluso milenios. La primera vez que el “durazno” fue mencionado como un tono en la paleta de color en Occidente fue en 1588. Sin embargo, su nombre deriva directamente de la fruta cuyo origen etimológico se encuentra en Persia con la palabra “pérsica” que significa “la fruta de Persia”. Esta combinación de letras cambió con el tiempo y con la geografía, para convertirse en “peche” en francés y, luego, “peach” en inglés. Aunque la fruta salió originalmente de China.
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En el gigante asiático el árbol que produce este alimento tiene una importancia más allá de sus propiedades nutricionales, pues en la mitología y creencias taoístas el durazno es un símbolo de inmortalidad. El mito del árbol de durazno de la inmortalidad cuenta que esta fruta es consumida por los inmortales, a quienes se les atribuye el concepto de “xian” en el taoísmo y adquirieron habilidades sobrenaturales y una conexión divina, cuando florece una vez cada 3000 años. En China esta fruta se cultiva desde aproximadamente el año 1000 a.C.
De acuerdo con el artista Jae Johns, la ruta de la seda fue la responsable de que el durazno apareciese en Occidente. “Debido a que Persia se encontraba entre China y Europa a lo largo de la ruta de la seda, fueron los melocotones plantados allí los que primero llamaron la atención de Alejandro Magno y fueron llevados al Imperio griego alrededor del 350 a.C”, escribió en su blog.
Como en China, la fruta adquirió en Europa un significado de fertilidad y unidad, como se puede ver en la obra de Jan Van Eyck, “El matrimonio Arnolfini” (1434). En esta obra que cuelga de los muros de la National Gallery, en Londres, el detalle de los duraznos se esconde en un rincón del lienzo. Para finales del siglo XVI, cuando el durazno apareció como color por primera vez, los artistas comenzaron a utilizarlo para añadir profundidad y complejidad a sus obras.
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Con el tiempo, el uso de este color, que se obtiene mezclando pintura rosa y naranja, se decantó para ser uno de los tonos utilizados en la interpretación de la piel humana en personas caucásicas.
Con el tiempo, este color comenzó a recibir el nombre de “piel”. Una denominación que, al principio, no fue controversial. Sin embrago, durante la década de 1960 la compañía Crayola cambió el nombre de su crayón en este tono entre el naranja y el rosado de “piel” a “durazno”. Pero la controversia no paró ahí, pues para el siglo XXI se dio otro incidente en el que algunos sectores de la sociedad cuestionaron el uso de la palabra “nude”, en español”, en español “desnudo”, para referirse al tono de un vestido del diseñador Naeem Khan que usó la ex primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, en 2010.
Según el recuento de Kassia St. Clair, autora del libro “Las vidas secretas del color”, “el problema surgió cuando se informó la historia. Associated Press calificó el vestido de "color piel"; otros utilizaron la propia descripción de Khan: "vestido sin tirantes color nude, con lentejuelas de plata de ley, flores abstractas". La respuesta fue inmediata. Como dijo Dodai Stewart, periodista de Jezabel: "¿Desnudos? ¿Para quién?". Los términos para este tono pálido particular, "desnudo" y "carne", e incluso los menos comunes, "bronceado" y "desnudo", presuponen un tono de piel caucásico y, por lo tanto, son problemáticos”.
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En la actualidad, las cajas de colores que los niños llevan a clases marcan el lápiz como “durazno”, en vez de “piel”, pues como aseguró St. Clair “todos sabemos que el “desnudo” es un espectro y no un color”. Peach fuzz comenzará a decorar los hogares y las prendas del 2024, sin embargo, no es la primera vez que este color se populariza en el mundo. Ya había sucedido en las décadas de 1920 y 1930, cuando el durazno fue el color predilecto para adornar los espejos y decoraciones de la época. También por esos años, la caricaturista estadounidense Rosie O’Neill llenó el país de unas criaturas similares a los querubines del barroco en este tono.