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La casa del silencio cumple 25 años. Desde su fundación, este grupo ha trabajado por ofrecer intercambios artísticos y académicos con artistas internacionales, así como espacios de investigación y formación, que se ha concentrado en la difusión de la técnica del mimo corporal dramático (Etienne Decroux) y aspectos del simbolismo y de la estilización del maestro Marcel Marceau, orientados a la construcción del teatro físico como base formativa para el actor.
La Casa del Silencio, bajo la dirección de Juan Carlos Agudelo, ha logrado obtener el reconocimiento del grueso de la escena teatral colombiana gracias a su consolidación de la estética e identidad propia en el teatro físico y silente colombiano.
Para la celebración del cumpleaños de este grupo, pero, sobre todo, para homenajear al teatro, se programó una temporada con el repertorio más reciente:
Programación sede Centro:
“Adentro… Gastom y Mandí”
(24 de febrero al 6 de marzo/ viernes y sábados 8:00 p.m. – domingos 4:00 p.m.)
“Adentro… Gastom y Mandí” es el más reciente espectáculo de la compañía de teatro físico La casa del silencio. En el escenario, las máscaras se unen al lenguaje del cuerpo y el movimiento en un relato que recorre el presente de una vieja pareja: la distancia en contraste con la unión, el desamor con el amor, la vida con la muerte.
Gastom y Mandí, él y ella juntos. Tantos años juntos que apenas se comprende su decisión: permanecer aislados en su eterna casa y apenas visitados por una torpe añoranza.
“Manú o la ilusión del tiempo”
(10 y 11 de marzo 7:30 p.m.)
Manú, un soldado gastado por años de batallas, concluye hoy la guerra; un hombre como él, demasiado sensible para soportar los desastres del combate, jamás debió participar en ella. Muchas caídas y muchos ascensos. Aunque bizarros, algunos recuerdos, aprendizajes y entrenamientos, pero sólo un gran deseo: regresar a casa y encontrarla a Magnolia, la mujer que le espera.
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“Kokoro”
(12 y 13 de marzo sábado 8:00 p.m. – domingo 3:00 p.m.)
En japonés, Kokoro significa corazón, mente, inteligencia, alma, centro, núcleo. El universo de Kokoro es único y pequeño en su inmensidad, como el planeta del Principito y como el zorro, muchos saldrán domesticados.
Kokoro es un homenaje al cine mudo, al teatro silente, a la infancia y al amor. Narra la historia de tres personajes inmersos en un territorio hecho de cartón y papel. El espectáculo, entre realidad y ficción, se sitúa en una narrativa atemporal que a manera de rompecabezas va descifrando la complejidad de las relaciones humanas. Los personajes, como habitantes de un efímero pasado, nos develarán trazos de su historia.