Proyectos intensivos en Odeón

Mamut, del artista colombiano Juan Mejía. / Cortesía

El arte toma fuerza y su viveza se concentra en una semana del año en la ciudad de Bogotá. Las propuestas artísticas, creaciones y construcciones se fijan más allá de la materialidad, entre la poética y los discursos que se empoderan en comunicar y reflexionar frente al mundo que nos rodea. Es así que las acciones se apoderan de las calles, de los sitios inhabitados para ser recintos artísticos, de ideas descabelladas que se definen como obra, como instalaciones efímeras y actos performáticos que componen la escena artística. Durante la semana del arte en Bogotá las actividades económicas se activan y se disparan. Interesados en esta escena de todo el mundo se fijan en el país, así como los colombianos logran obtener gran interacción con las obras de artistas internacionales que se establecen en los distintos mercados del arte, ahogando por momentos el impulso puro del arte en medio de intercambios mercantiles. Por eso, las actividades paralelas son las que salvan esta semana para fijarse puramente en la satisfacción por conocer y poder vivir por medio de las obras artísticas que se presentan en los distintos espacios.

Es entonces que el sentido ferial de exhibición artística puede llegar a convertirse en una actividad necesaria pero paralela para definir esta época del año como la preferida para la escena artística. Es así que las exposiciones temporales en los diversos espacios de la ciudad logran mantener una mayor actividad, recalcando el proceso artístico, la esencia y la materialidad, que confluyen cuando del mundo del arte se habla. Es necesario un contrapeso, uno que no hunda al arte únicamente en la compra y venta, sino más bien que fije su horizonte hacia el contenido artístico, los procesos, sucesos, encuentros investigativos, críticos y educativos que alimentan todo este encuentro con expertos del arte de todo el mundo.

Hace siete años surgió el Espacio Odeón, interesado en el arte contemporáneo, presentándose como la segunda feria artística en el país que lograba mantener lo alternativo frente a la idea convencional de feria que se establecía en aquel entonces en las ciudades más importantes del mundo. “Hemos venido reestructurando el programa de Odeón, tratando de ser muy coherentes en lo que nosotros buscamos como espacio, teniendo un programa sólido, que cada exposición y cada actividad se haga alimentando este espacio de creación que muestra propuestas de arte experimental, interdisciplinario, procesos de investigación, obras in specific, efímeras y temporales alejadas de los lineamientos comerciales”, dice Tatiana Rais, directora del Espacio Odeón. Es así que fijan su frente a partir del arte contemporáneo, partiendo de una programación anual envuelta en un lineamiento curatorial propuesto por Alejandra Sarria, curadora del espacio, que para este año plantea una realidad alternativa, ficción y puesta en escena.

Esta transformación fija sus lineamientos hacia proyectos no comerciales y de experimentación, y siendo la Feria Odeón el evento que surgió en las raíces de este espacio dedicado al arte contemporáneo, vendría a cambiar completamente hasta no existir más en la proyección de sus actividades, surgiendo más bien un proyecto completamente afín con el programa de Odeón. “Odeón Intensivo” es un proyecto que busca resaltar el arte experimental, inédito y disruptivo que durante tres días de la semana del arte ofrece proyectos instalativos, interactivos y performance que responden a una pregunta acerca del cuerpo, el tiempo y el espacio.

“No nos queremos plantear en oposición al mercado, porque finalmente entendemos la importancia del mercado, entendemos lo que pasa esa semana a nivel comercial, porque es una parte importante de cómo se sostiene casi toda la escena artística de la ciudad. Tomar la decisión de no hacer la feria y de irnos por otro lado es como una reacción frente a lo que nosotros sentimos que está pasando en la escena, esa concentración de lo comercial, para finalmente cuestionarnos si Bogotá tiene el mercado para sostener todas estas ferias, preguntarnos sobre el modelo de feria que, igualmente a nivel internacional, se está cuestionando mucho”, explica Rais.

Es así que “Odeón Intensivo” plantea proyectos que estarán distribuidos por todo el espacio por medio de artistas como Juan Mejía, quien propone un mamut que en sus entrañas tiene un video con contenido irónico sobre las instituciones en las que se circula y atesora la memoria, el arte y la educación, o el colectivo Laagencia, que presenta Efecto invernadero, una obra en la que convierte una sala en un invernadero hecha para experimentar con el cuerpo, aprender de él, de los gestos, de las sensaciones, de cómo podemos desaprender sus movimientos propios.

“Queríamos que hubiera una diferencia en cuanto a trayectoria artística. Hay artistas que tienen representación en galerías, artistas que tienen otro proceso completamente distinto, pero que de alguna forman cumplen con ese propósito de ser arte experimental, disruptivo, inédito y efímero”, comenta Tatiana Rais sobre la determinación de los artistas que componen “Intensivo”. La cuota performática es de gran relevancia en “Intensivo”, dada la esencia que tiene con lo efímero y la experimentación. Durante los tres días del evento se contará con actividades performáticas de más de seis artistas, tanto nacionales como internacionales. Según Rais, “como queríamos propuestas experimentales, interdisciplinarias y no comerciales, el performance en el arte ha sido la única forma que se ha resistido a la comercialización; obviamente hay personas que compran performance a través del registro o el video, pero el performance es completamente efímero. Lo puedes ver en un video pero no es lo mismo verlo en vivo, de tener la sensación de la inmediatez en el proyecto”.