30 de noviembre de 2022 - 04:11 p. m.

¿Qué tuvo en cuenta la UNESCO en su nueva lista de patrimonio cultural inmaterial?

Los saberes ancestrales de los pueblos indígenas en la Sierra Nevada de Santa Marta ya hacen parte de las nuevas inscripciones a la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO. El comité consideró que “desempeña un papel fundamental en la protección del ecosistema y en la preservación de la identidad cultural”.

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Los saberes ancestrales de los pueblos indígenas en la Sierra Nevada de Santa Marta fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.

Según la valoración del comité, la sabiduría de los indígenas Kogui, Arhuaco, Wiwa y Kankuamo “desempeña un papel fundamental en la protección del ecosistema de Sierra Nevada y en la preservación de la identidad cultural”.

Además, se destaca que el sistema de conocimiento de estos cuatro pueblos se transmite gracias a las actividades comunitarias, el uso de la lengua indígena y la realización de misiones sagradas. Los “Mamos” (hombres) y las “Sagas” (mujeres) son las autoridades encargadas de transmitir su pensamiento ancestral en forma práctica y oral desde hace 3.600 años aproximadamente.

A la lista también se sumó el saber de los maestros del ron ligero cubano, una tradición cultural transmitida durante ocho generaciones dentro de las bodegas, durante más de 155 años. Ellos acumularon conocimiento sobre la preparación del ron ligero. Lo que saben lo han transmitido de manera oral y práctica a sus aprendices.

Actualmente, tres primeros maestros, siete maestros y cuatro aspirantes son depositarios, guardianes y encargados de la transmisión del conocimiento que se originó en el boom agroindustrial del azúcar en el siglo XIX.

Otra de las tradiciones reconocidas fue la de la “baguette” francesa, uno de los emblemas culinarios y sociales de Francia. Este pan apareció a principios del siglo XX en París y terminó siendo hoy en día el más consumido en en ese país.

Lo que valora la Unesco de este producto es la manera en la que se elabora, se amasa y se hornea esta barra de pan sin las incorporaciones de la industrialización. Se trata de la cultura y el ritual diario de panaderos y de consumidores. Además, esta inscripción hace énfasis en el reconocimiento a las panaderías tradicionales, que han ido cerrando en Francia.

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