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La tradición bajo la cual se estructuró la jerarquía de la iglesia católica data de siglo IV, aunque el orden fue establecido por Cristo y tiene su origen en el Nuevo Testamento con la elección de los doce apóstoles y la designación de Pedro como cabeza de la iglesia. “Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo. Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”, según el Evangelio de Mateo.
Aunque con el paso de los siglos ha cambiado, la misión de la iglesia ha permanecido igual: el anuncio del Evangelio y practicar la caridad.
El papa
La punta más alta de esta estructura jerárquica es Cristo. Inmediatamente, le sigue el obispo de Roma, también conocido como el papa y sucesor del apóstol Pedro. Se dice que el término “papa” nació de la abreviatura de la frase “Petrus Apostolus Princep Apostolorum” que traduce "Pedro apóstol, príncipe de los apóstoles”.
Obispos y cardenales
Luego del papa se encuentran los obispos, quienes son los delegados del papa en el mundo. “Es aquel que liderará un territorio: el obispado, y mantendrá la ortodoxia de la fe, por eso es el que vigila. Cada obispo es elegido por el Papa y él los designa a qué lugar del mundo irán a desempeñar la función asignada”, reportó Infobae.
De acuerdo con ABC, los obispos cumplen tres misiones: “enseñar, santificar y gobernar una porción de la Iglesia con un criterio propio”, en su labor como sucesores de los apóstoles. Son enviados a diferentes diócesis alrededor del mundo.
“En sus respectivas diócesis, son responsables de atender a sus presbíteros; cuidar de que cumplan debidamente las obligaciones propias de su estado, y de que dispongan de aquellos medios e instituciones que necesitan para el incremento de su vida espiritual e intelectual”, reportaron.
Sin embargo, los cardenales, quienes son elevados a este cargo por el papa y lo asesoran en temas eclesiásticos. “Asisten al Santo Padre tanto colegialmente, cuando son convocados para tratar juntos cuestiones de más importancia, como personalmente, mediante los distintos oficios que desempeñan, ayudando al Pontífice sobre todo en su gobierno cotidiano de la Iglesia universal. Para poder ser nombrado cardenal basta con ser sacerdote, aunque el candidato deberá recibir la ordenación episcopal antes de recibir el anillo y la birreta de manos del Santo Padre”, escribió el diario ABC.
Presbíteros, sacerdotes o párrocos
Son colaboradores de los obispos y pastores de la parroquia que se les confía. "Entre sus tareas está la de conocer a los fieles que se le encomiendan. Para ello, visita las familias, a los enfermos, especialmente a los moribundos, fortaleciéndoles con la administración de los sacramentos. También está pendiente de los pobres y de aquellos que sufren especiales dificultades", escribió el diario ABC.
De acuerdo con Infobae, hay dos clasificaciones de sacerdotes: “los del clero secular, es decir que pertenecen a una diócesis y deben obediencia al obispo del lugar y los del clero regular, es decir que pertenecen a una orden o congregación que posee una “regla” de vida, como ser: los franciscanos, dominicos, jesuitas, etcétera".
