
Foto: Panamericana editorial
Lejos del pueblo, más allá de los límites de la mirada y la razón, surge entre el horizonte la isla Jackson, sobre la cual recae una terrible leyenda y maldición. Aquella isla coloreada con el apacible anaranjado del atardecer, que evoca la bella sensación de estar en calma, se transforma rápidamente en un vacío y frío azul, iluminado tenue y siniestramente por la luna incipiente. El contraste entre la inocencia de los juegos infantiles y los efectos de una maldad ancestral son conducidos por una tensión permanente y genialmente tratada por...
Por Jahir Camilo Cediel Rincón
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