Septiembre, 1989. Un carro azul se detiene en un retén. Dos hombres armados comprueban la identidad del conductor: David Gutiérrez (Juan Pablo Barragán), el nuevo juez asignado al pueblo. En el casco urbano reina una incómoda quietud interrumpida por los anuncios del Morena, un movimiento liderado por Ismael Mateus (Carlos Hurtado), quien realiza visitas constantes al juzgado.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Gutiérrez, oriundo de Bogotá, tiene que enfrentarse a una nueva realidad. La presencia de una figura conocida solo como “El cuervo” y la indicación de su predecesor: “Cuando escuche los tiros, busque dónde esconderse”.
A los tres meses de su llegada, en la noche de velitas, Rocío (Lucía Orozco), su secretaria, lo invita por unos tragos a la taberna del pueblo. En el lugar, su subalterna le presenta a dos amigos, Francisco Mateus (David Gómez) y su novia, Camila Barragán (Myra Patiño), quienes pelean antes de irse.
Ese fugaz momento fue la última vez en la que vieron a Camila con vida.
Este es el mundo que nos propone “La sombra del juez”. El filme, que se estrenó en salas el 3 de abril, nos presenta el conflicto armado bajo otro lente. No desde las víctimas y los victimarios, sino a través de un juez que oculta parte de su pasado, y un espinoso camino para esclarecer los hechos que llevaron a la muerte de Camila Barragán.
Este drama, con tintes de thriller policiaco, es la cuarta película de Libia Stella Gómez y marca el primer largometraje escrito por Julián Camilo Sánchez, quien señaló para El Espectador que tomó inspiración de una noticia de un impostor que trabajó en Medicina Legal sin tener ningún tipo de credenciales. “En ese momento, estaba leyendo mucho sobre la historia de la violencia en Colombia y decidí situar la película en un período crítico para el país: el año 1989”.
Con un ritmo que en ocasiones se siente lento, nos van integrando a las complejidades del conflicto en el pueblo. Quizá puede acercarse al postulado que presentó el novelista y productor cinematográfico estadounidense Richard Price, quien afirmó: “No se escribe sobre los horrores de la guerra. No. Se escribe sobre los calcetines quemados de un niño tirados en la calle”, al mostrarnos el impacto que ha tenido la violencia desde los lazos familiares.
De esta forma, guió la mirada hacia los secretos de Gutiérrez y las amenazas que le hace Mateus para que “hiciera justicia” por el asesinato de la joven. Escenas tensas a través del diálogo que nos harán preguntarnos sobre la verdad que se encuentra en el fondo de un hecho, aquello que están luchando por ocultar.
Conocemos parte del pasado de Gutiérrez. Un empleado descontento en su puesto, envidioso de un compañero, interpretado por Walther Luengas, que parecía tener la vida que él ansiaba. “Yo simplemente empecé a trabajar con un verbo: la envidia. Creo que la envidia siempre ha estado presente en todas las épocas y las ha sobrevivido”, afirmó Juan Pablo Barragán para este diario.
Luengas se refirió a una escena en particular, un momento del pasado de Gutiérrez, que marca un antes y un después en la vida del juez, en el que conversan mientras están algo pasados de tragos. “Encontrar ese punto medio fue un reto para ambos, tanto para Juan Pablo como para mí. Lo importante era que la situación y la historia primaran sobre todo lo demás. Logramos capturar la naturalidad de una borrachera sin que se sintiera forzada, alcanzando un nivel muy especial. Cuando vean la película, lo notarán”.
Lucía Orozco, quien debutó en la pantalla grande, relató que durante su tiempo en la Academia Superior de Artes de Bogotá (ASAB) trabajó con Libia Stella Gómez, además de los retos que tuvieron durante el rodaje de “La sombra del juez” en la pandemia. “Todo el tema del protocolo de bioseguridad fue fundamental. Había un control estricto del tiempo y de cómo llegábamos a las locaciones. Todo estuvo meticulosamente preparado para evitar cualquier inconveniente”, resaltó.
Al estilo de Alfred Hitchcock, la película realizó un movimiento en el punto central de la historia que cambió el balance del drama sobre un grupo distinto de actores, además de contar con una breve aparición de la directora en un papel figurante, como solía hacer el británico en sus filmes.
Este cambio, que catapultó la historia del drama a estar más cercana del thriller, hizo que pudiéramos llegar a temer por la vida de los personajes, así en ocasiones su historial no fuese del todo limpio. Si bien este temor se mantuvo hasta el final del filme, en ocasiones los arcos de redención y las motivaciones de algunos personajes quedaron un poco desdibujados, para dejar un final agridulce.
“La sombra del juez” abordó temáticas como el desplazamiento forzado, la corrupción institucional y la búsqueda por la verdad. Según afirmó Luengas, “esta película habló sobre cómo los seres humanos, en general, nunca estábamos completamente satisfechos con lo que teníamos, siempre buscando aquello que no se nos había perdido o sintiendo envidia por lo que otros poseían. Era un tema universal, no solo colombiano”.
Este filme también marcó el inicio de los estrenos de Red Collision Studios. Sebastián Caballero, CEO de esta empresa, apuntó que “La sombra del juez” representó un reto de producción por las locaciones, la ambientación de época y el talento que querían tener. Destacó, además, que el elenco, no solo de esta película, sino de otras que estrenarán entre este año y el siguiente, se eligieron con el objetivo de trabajar con nuevos talentos acompañados de actores con gran trayectoria.
“La sombra del juez” también fue una apuesta por buscar públicos internacionales. De acuerdo con Vanessa Gómez, productora ejecutiva del estudio, “el thriller es un género que capta mucho la atención, gracias a su suspenso y su capacidad de atrapar al espectador desde el primer minuto hasta el final. Precisamente, ese es nuestro objetivo: crear historias que mantengan a la audiencia enganchada y que realmente quieran ver”, dijo.
Al preguntarle a Juan Pablo Barragán sobre su percepción de la brecha entre las audiencias y el cine nacional, el actor lanzó una pregunta para contestar: “¿Cuál fue la última película colombiana que vio en cine?”.
El filme estará disponible en salas como parte de la programación de “Abril, mes del cine colombiano”, un evento que tendrá cuatro estrenos, “La sombra del juez” (3 de abril), “Semilla del desierto” (10 de abril), “Astronauta” (17 de abril) y “El paraíso” (24 de abril); además de tres reestrenos entre los que se incluyen “El páramo” (27 de marzo), “Gente de bien” (1 de mayo) y “El bolero de Rubén” (1 de mayo).