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Las librerías se han convertido en el principal lugar de compra de libros en América Latina, pues, según datos de la Cerlalc, el 60% de la población los obtiene en estos lugares. En este sentido, la Asociación Amigos del Parque 93 impulsa la realización de eventos en torno a la lectura, reuniendo, desde hace cinco años, a importantes librerías en este espacio público de Bogotá, para brindar a los ciudadanos una variada oferta literaria que permita fortalecer la labor de los libreros y aportar al incremento de los índices de lectura de libros del país.
Consulte aquí la programación del festival
Para el 2018 el escenario será el Festival del Libro Parque 93, que reúne a 25 librerías independientes con una oferta inmejorable de libros para todos los gustos y edades, permitiendo dar visibilidad al oficio de los libreros, que en ocasiones pasa desapercibido, pero que es vital para el fomento de la lectura, pues son personajes que tienen la capacidad y el conocimiento para asesorar a los lectores.
Este Festival es posible gracias a un trabajo público privado, liderado por la Asociación y un comité de libreros, en el cual participan representantes de las librerías, empresas patrocinadoras, y entidades del orden distrital y nacional, con el fin de aportar al desarrollo cultural de los habitantes de Bogotá. Además, con este trabajo se logró consolidar una variada programación con 35 espacios culturales y literarios, a los que tendrá acceso toda la comunidad de manera gratuita; agenda que incluye la presencia de importantes escritores, poetas, artistas y personajes de la vida pública, que compartirán sus conocimientos a través de diferentes actividades. Entre los invitados está Ricardo Silva Romero.
Como escritor, ¿para qué cree que sirven los festivales de libro?
Es curioso porque mi instinto es no salir de la casa para nada que no valga demasiado la pena, además porque tiendo a creer que es más que suficiente que el libro sea el lugar del encuentro; pero he sido testigo de que hay ciertos lectores que disfrutan enormemente los festivales y pienso que es eso –y también que hay escritores a los que vale la pena oír– lo que lo justifica.
Según su experiencia, ¿cuál es la importancia de los libreros en las librerías?
Los libreros son las librerías. Las librerías son obras de autor. Entrar a una librería no es muy diferente a entrar a una casa, porque es ser testigo de una persona, es reunir señales de qué clase de persona es el librero. Tengo claro que los libreros son artistas, que su arte también ata los cabos y refleja el mundo y conecta a las personas con sus sospechas.
¿Cree que los libreros deberían ser siempre asesores de los visitantes a la librería o deberían tener un papel más activo dentro de la cadena?
Creo que tienen que ser lo que son: figuras importantes e interlocutores –traductores, mejor–tanto de los escritores como de los lectores. Creo que una charla sobre un libro nuevo o viejo debe ser liderada por el librero. De cierto modo ser librero es como manejar una parroquia, y, cuando alguien entra en una librería, está entrando en un clima y unas reglas del juego.
¿Qué le diría a alguien que cree que las ferias de libros son sólo para un tipo de personas “intelectuales”?
Que no hay que temerles ni a las ferias ni a los “intelectuales”. Que cuando uno los pronuncia entre comillas son como esos matones del curso que un día resultan más frágiles e infantiles que nosotros. Y cuando uno los pronuncia sin comillas son personas generosas con el conocimiento, conscientes de que la inteligencia es la bondad, que jamás se sienten por encima ni por debajo de nadie. Dicho esto, las ferias son para todos, para los que quieran un libro, sea el que sea.
¿Para qué visitar una feria del libro?
Para recobrar la fe en la gente.
¿Le ha cambiado de alguna forma la vida visitar alguna feria?
Pues sí: en una feria conocí a mi esposa. Ahora ya puedo quedarme en la casa, pero sigo yendo porque a todos los de mi casa les gusta el plan.