“Porque en la selva la locura es considerada una deshonra, la mayor de todas. Nosotros sabemos que se trata de la hidrofobia”.
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“El libro de la selva”.
Rudyard Kipling, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1907, fue un escritor controversial. Su obra ha sido interpretada en diferentes sentidos: unos han asegurado que en sus escritos defendió las culturas de la India y criticó el colonialismo; otros, en cambio, han argumentado que su obra rezumó una defensa a favor del colonialismo.
Lo cierto es que fue una pluma transgresora y prolífica que dejó una huella en nuestro imaginario literario; son pocas las personas que no tienen en sus recuerdos juveniles El libro de la selva, la historia de Mowgli, el niño que fue criado por lobos en las selvas agrestes de la India. Escribió crónicas, artículos periodísticos, novelas, cuentos, poesía y literatura infantil. La mayoría de sus escritos se caracterizaron por una cuidadosa observación de la vida en las colonias y el diálogo complejo entre las dos culturas. Dijo Jorge Luis Borges al referirse al afamado autor: “Su imaginación, su delicada artesanía, su oído, su economía verbal con probidad, describió la naturaleza de la India como jamás se había hecho en la literatura; Kipling, seguramente, entendió a su gente mucho más profundamente que cualquier otro visitante ocasional de la colonia inglesa; su ‘otro yo’ hindú nos ofrece la versión desde el punto de vista del aborigen colonizado…” (Introducción a la literatura inglesa, Emecé, 2002)
Joseph Rudyard Kipling nació en Bombay, India, el 30 de diciembre de 1865, en tiempos de la colonia británica en India, en el seno de una familia inglesa. Su padre, oficial del ejército británico, que también era profesor de arte e ilustrador, fue asignado profesor en la Escuela de Arte de Jeejeebhoy y trasladado a Bombay unos meses antes del nacimiento de Rudyard. A los seis años, sus progenitores lo enviaron a Inglaterra para que comenzara sus estudios en un internado. Él recordó esa época como una separación traumática y dolorosa. Cuando terminó sus estudios, regresó a Bombay y se empleó en el periódico local La Gaceta Civil y Militar. Allí empezó a publicar sus primeras crónicas y se aficionó por la escritura literaria. Cuentos de las colinas (1888) fue una recopilación de varias de sus historias previamente publicadas en el periódico. Luego, trabajó en otro periódico llamado El Pionero, donde siguió su labor tanto periodística como literaria. En 1889 se retiró y decidió regresar a Londres, donde consolidó su carrera de escritor. Fue además miembro de la logia masónica desde los veinte años hasta su muerte. Ganó el Premio Nobel de Literatura en 1907 y murió el 18 de enero de 1936.
Escribió cinco novelas, 250 relatos y mucha poesía. Sus principales obras, además de Cuentos de las colinas (1888), fueron El hombre que pudo ser rey (1888), relato de unos soldados que se convirtieron en reyes de Afganistán; El libro de la selva (1894); El segundo libro de la selva (1895), continuación de las aventuras de Mowgli y otros animales como Baloo y Baghera; Capitanes intrépidos (1897), novela sobre un joven inglés que se embarcó y tuvo muchas aventuras en sus viajes por mar; Kim (1901), que retrató la vida de un joven huérfano en la India colonial y su participación como espía en la lucha entre Gran Bretaña y Rusia por el control de Asia central y el Cáucaso; Puck de la colina de Pook, Duendes y hadas (1910) y Los cuentos de así fue (1902), que fueron colecciones de cuentos infantiles. Muchos de los relatos incluidos mezclan la fantasía con la historia.
El libro Writers: Their Lives and Works resaltó la importancia y novedad en la literatura infantil: “La reputación de Kipling ha variado a lo largo de los años, pero sus libros para niños han sido siempre populares. Se originaron en cuentos para ir a la cama escritos a sus propios hijos, todos con el encanto de dar a los animales calidades antropomórficas” (DK, 2018, p. 154). Justamente, El libro de la selva se inició con la vida cotidiana de una familia de lobos con características de comportamiento humanas: “—¡Ahuugr! —sentenció Padre Lobo—. Es hora de salir de caza —y ya estaba a punto de lanzarse pendiente abajo, cuando se presentó a la entrada de la cueva una sombra menuda y furtiva; era bien visible su cola esponjosa”; y lo mismo ocurrió con la colección de relatos: Los cuentos como son (1902), que incluyó, entre otros, “Cómo el leopardo consiguió sus manchas”, “Cómo el camello consiguió su joroba” y “El hijo del elefante”. El autor presentó en estos cuentos descripciones minuciosas y muchos diálogos en lenguaje coloquial, que reflexionaron sobre la naturaleza, los animales y el comportamiento de los humanos desde el punto de vista de los animales.
En suma, Rudyard Kipling fue una pluma transgresora que nos dejó numerosas obras literarias y reflexiones sociológicas sobre el colonialismo y sus implicaciones en la cultura de la India. Fue un escritor complejo en términos de capturar sus visiones políticas, pero su prosa y versos ocupan un lugar importante en las letras universales. Cierro con la cita de una estrofa de uno de sus poemas controversiales y criticados: “La carga del hombre blanco” (1899), en el que pareció sugerir que la colonización era una obligación de las naciones occidentales, porque debían civilizar las razas salvajes.
“Llevad la carga del hombre blanco.
Enviad adelante a los mejores de entre vosotros;
Vamos, atad a vuestros hijos al exilio
Para servir a las necesidades de vuestros cautivos;
Para servir, con equipo de combate,
A naciones tumultuosas y salvajes;
Vuestros recién conquistados y descontentos pueblos,
Mitad demonios y mitad niños”.