“Somos la música moderna del Río de la Plata”: Bajofondo

Lo de Bajofondo es más que ambición. Los integrantes del colectivo están de acuerdo en algunos aspectos esenciales. El primero es que llevan un poco más de 40 años sin escuchar un nuevo estilo musical porque las bandas en las regiones argentinas y uruguayas bañadas por el Río de la Plata hacen rock, jazz o experimentan con ritmos tradicionales, pero no se atreven a consolidar una propuesta novedosa que marque la pauta.

Esta comunión artística, liderada por el músico y productor Gustavo Santaolalla, quiere dar el primer paso para que la historia recuerde su iniciativa como un esfuerzo surgido en una región específica del mundo que logra alcances universales. Esa es su intención o, mejor, su pretensión.

Se cumplieron diez años de la publicación del primer trabajo discográfico del grupo. ¿Qué balance hace usted de esta primera década de actividad?
Bajo Fondo Tango Club es el álbum que más nos representa y de alguna manera marca estos diez años de estar trabajando juntos. Empezamos como una propuesta de laboratorio, que al ser llevada al vivo fue transformándose en una puesta en escena con muchos invitados. Luego llegamos a Presente, que es un registro mucho más personal y hemos logrado una fusión armónica de todos los elementos que nos interesan.

¿Esa mezcla de sonoridades fue dándose espontáneamente o es el producto de una investigación rigurosa?
Es una fusión entre ambas cosas, porque surge tanto en el estudio de grabación, trabajando en la intimidad, como se da cuando nos reunimos a tocar simplemente. Ha sido una combinación de las ideas, de los conceptos que podemos mentalizar, pero también se redondea cuando lo llevamos a la práctica.

Ahora que el llamado tango electrónico parece haberse decantado, o por lo menos ya no es una novedad, ¿cuál es el lugar que ocupa Bajofondo en ese espectro?
Desde hace mucho tiempo consideramos que no hacemos electrotango, porque es una descripción limitada. Cuando surgió coincidimos con muchas iniciativas, pero gracias al hecho de haber tocado tanto en vivo nos hemos convertido en una banda de 17 músicos que tocan en vivo y dejan menos del 20% a la programación. No somos ni nuevo tango, ni electrotango. Somos la música moderna del Río de la Plata.

‘Presente’ es el más reciente álbum y se diferencia de las demás producciones, que eran mucho más tangueras. ¿Así también lo perciben ustedes?
Claro. Lo interesante de lo nuestro es que no estamos buscando reescribir el tango. Lo empleamos porque nos da una identidad muy fuerte, pero ahí también está la energía de muchas otras músicas.

¿Cambió en algo la metodología respecto a los anteriores registros para crear este ‘Presente’?
Cambió mucho. Antes teníamos la participación de muchísimos invitados y en aquel momento teníamos un núcleo que nos gustaba abrir para involucrar a más gente, pero con los años fuimos encontrando la necesidad de asumir todos los roles entre los integrantes del grupo. En este álbum nosotros mismos cantamos, lo que no pasaba antes. El hecho de que tengamos a todos los chicos de la banda dispuestos a cantar hace que Presente sea mucho más personal.

¿Extrañaron esas colaboraciones externas en el más reciente álbum?
No. Fue absolutamente premeditado y queríamos hacer un registro propio. Tal vez luego vengan otras colaboraciones, porque nos encanta movernos y compartir con los demás, pero queríamos celebrar los diez años de una forma especial.

Usted es productor y está acostumbrado al trabajo en la intimidad de un estudio de grabación. ¿El trabajo con Bajofondo le proporciona el contacto que necesita con el público?
A mí Bajofondo me devolvió la posibilidad de tocar un tipo de música que había dejado abandonada por mucho tiempo. Este grupo es un componente esencial en la vida.

En el trabajo creativo de las canciones de la banda tienen en cuenta el desarrollo del tema en vivo. ¿Cómo estructuran las versiones para un concierto?
El hecho de haber tocado tanto tiempo en vivo nos ha facilitado el trabajo. Para Presente, por ejemplo, los recursos que utilizamos en vivo fueron apareciendo desde el mismo momento de la composición.

Con tanta experiencia como productor, ¿sigue encontrando elementos sorprendentes cuando entra al estudio de grabación o se le ha vuelto un ejercicio rutinario?
Siempre encuentro cosas nuevas, distintas. Uno mismo va encontrando el camino para reinventarse y para marcar la diferencia entre un trabajo y el próximo.

¿Siente alguna responsabilidad al ser catalogado como “el Productor”, con mayúsculas?
Algo que me encanta de Bajofondo es que somos una banda y cada quien tiene su rol dentro de la cancha. No somos Gustavo Santaolalla y Bajofondo, somos Bajofondo. Tengo algunos logros importantes, pero nada de eso me quita el sueño.

El concierto de este sábado se llama ‘Arte y cultura para la paz’. ¿Cómo siente usted la reunión de estas tres palabras en un evento musical?
Son tres palabras dentro del grupo de las expresiones hermosas que pueden resumir la vida. Las tres van de la mano y me encanta que podamos ser parte de este evento en el que hay figuras como Pablo Milanés. Nos gusta celebrar el arte, la cultura y la paz.

¿Habrá integración artística en este espacio?
No hemos cuadrado nada y siempre estamos abiertos a relacionarnos con los demás artistas. No hay mucho tiempo para cuadrar nada, pero somos materia disponible para lo que pueda pasar.

¿Qué viene para usted y para Bajofondo?
Con la banda queremos seguir tocando y moviendo el disco Presente, que no lleva mucho tiempo en el mercado. Tenemos gira en Europa y estaremos en el Festival de Glastonbury, en Inglaterra, que es una gran oportunidad. Yo estoy trabajando en una película de animación que se llama El libro de la vida, que será dirigida por Jorge Gutiérrez, y tengo todo el desarrollo musical de El laberinto del fauno, por supuesto con Guillermo del Toro.

Lo de Bajofondo es más que ambición. Los integrantes del colectivo están de acuerdo en algunos aspectos esenciales. El primero es que llevan un poco más de 40 años sin escuchar un nuevo estilo musical porque las bandas en las regiones argentinas y uruguayas bañadas por el Río de la Plata hacen rock, jazz o experimentan con ritmos tradicionales, pero no se atreven a consolidar una propuesta novedosa que marque la pauta.

Esta comunión artística, liderada por el músico y productor Gustavo Santaolalla, quiere dar el primer paso para que la historia recuerde su iniciativa como un esfuerzo surgido en una región específica del mundo que logra alcances universales. Esa es su intención o, mejor, su pretensión.

Se cumplieron diez años de la publicación del primer trabajo discográfico del grupo. ¿Qué balance hace usted de esta primera década de actividad?
Bajo Fondo Tango Club es el álbum que más nos representa y de alguna manera marca estos diez años de estar trabajando juntos. Empezamos como una propuesta de laboratorio, que al ser llevada al vivo fue transformándose en una puesta en escena con muchos invitados. Luego llegamos a Presente, que es un registro mucho más personal y hemos logrado una fusión armónica de todos los elementos que nos interesan.

¿Esa mezcla de sonoridades fue dándose espontáneamente o es el producto de una investigación rigurosa?
Es una fusión entre ambas cosas, porque surge tanto en el estudio de grabación, trabajando en la intimidad, como se da cuando nos reunimos a tocar simplemente. Ha sido una combinación de las ideas, de los conceptos que podemos mentalizar, pero también se redondea cuando lo llevamos a la práctica.

Ahora que el llamado tango electrónico parece haberse decantado, o por lo menos ya no es una novedad, ¿cuál es el lugar que ocupa Bajofondo en ese espectro?
Desde hace mucho tiempo consideramos que no hacemos electrotango, porque es una descripción limitada. Cuando surgió coincidimos con muchas iniciativas, pero gracias al hecho de haber tocado tanto en vivo nos hemos convertido en una banda de 17 músicos que tocan en vivo y dejan menos del 20% a la programación. No somos ni nuevo tango, ni electrotango. Somos la música moderna del Río de la Plata.

‘Presente’ es el más reciente álbum y se diferencia de las demás producciones, que eran mucho más tangueras. ¿Así también lo perciben ustedes?
Claro. Lo interesante de lo nuestro es que no estamos buscando reescribir el tango. Lo empleamos porque nos da una identidad muy fuerte, pero ahí también está la energía de muchas otras músicas.

¿Cambió en algo la metodología respecto a los anteriores registros para crear este ‘Presente’?
Cambió mucho. Antes teníamos la participación de muchísimos invitados y en aquel momento teníamos un núcleo que nos gustaba abrir para involucrar a más gente, pero con los años fuimos encontrando la necesidad de asumir todos los roles entre los integrantes del grupo. En este álbum nosotros mismos cantamos, lo que no pasaba antes. El hecho de que tengamos a todos los chicos de la banda dispuestos a cantar hace que Presente sea mucho más personal.

¿Extrañaron esas colaboraciones externas en el más reciente álbum?
No. Fue absolutamente premeditado y queríamos hacer un registro propio. Tal vez luego vengan otras colaboraciones, porque nos encanta movernos y compartir con los demás, pero queríamos celebrar los diez años de una forma especial.

Usted es productor y está acostumbrado al trabajo en la intimidad de un estudio de grabación. ¿El trabajo con Bajofondo le proporciona el contacto que necesita con el público?
A mí Bajofondo me devolvió la posibilidad de tocar un tipo de música que había dejado abandonada por mucho tiempo. Este grupo es un componente esencial en la vida.

En el trabajo creativo de las canciones de la banda tienen en cuenta el desarrollo del tema en vivo. ¿Cómo estructuran las versiones para un concierto?
El hecho de haber tocado tanto tiempo en vivo nos ha facilitado el trabajo. Para Presente, por ejemplo, los recursos que utilizamos en vivo fueron apareciendo desde el mismo momento de la composición.

Con tanta experiencia como productor, ¿sigue encontrando elementos sorprendentes cuando entra al estudio de grabación o se le ha vuelto un ejercicio rutinario?
Siempre encuentro cosas nuevas, distintas. Uno mismo va encontrando el camino para reinventarse y para marcar la diferencia entre un trabajo y el próximo.

¿Siente alguna responsabilidad al ser catalogado como “el Productor”, con mayúsculas?
Algo que me encanta de Bajofondo es que somos una banda y cada quien tiene su rol dentro de la cancha. No somos Gustavo Santaolalla y Bajofondo, somos Bajofondo. Tengo algunos logros importantes, pero nada de eso me quita el sueño.

El concierto de este sábado se llama ‘Arte y cultura para la paz’. ¿Cómo siente usted la reunión de estas tres palabras en un evento musical?
Son tres palabras dentro del grupo de las expresiones hermosas que pueden resumir la vida. Las tres van de la mano y me encanta que podamos ser parte de este evento en el que hay figuras como Pablo Milanés. Nos gusta celebrar el arte, la cultura y la paz.

¿Habrá integración artística en este espacio?
No hemos cuadrado nada y siempre estamos abiertos a relacionarnos con los demás artistas. No hay mucho tiempo para cuadrar nada, pero somos materia disponible para lo que pueda pasar.

¿Qué viene para usted y para Bajofondo?
Con la banda queremos seguir tocando y moviendo el disco Presente, que no lleva mucho tiempo en el mercado. Tenemos gira en Europa y estaremos en el Festival de Glastonbury, en Inglaterra, que es una gran oportunidad. Yo estoy trabajando en una película de animación que se llama El libro de la vida, que será dirigida por Jorge Gutiérrez, y tengo todo el desarrollo musical de El laberinto del fauno, por supuesto con Guillermo del Toro.