En agosto de 2022 falleció Diana Navarro Sanjuán, en Bogotá. Una mujer trans que ejerció la defensa de los derechos humanos en el territorio nacional para lograr el reconocimiento de los derechos fundamentales y sociales, económicos y culturales de las personas transgénero, las personas en ejercicio de prostitución, las personas en habitabilidad de calle y las personas migrantes.
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Para esta época, casi un año después de su muerte, se estrena ‘Todas las flores’, documental de la cineasta Carmen Oquendo-Villar, quien ha estudiado a fondo la vida, entornos sociales y problemáticas de las personas trans en Latinoamérica.
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En el preestreno -realizado en la Cinemateca Distrital, ubicada en el centro de Bogotá- se organizó una gala. Esa noche, personas del Barrio Santa Fe -icónico por ser una zona de ejercicio de prostitución en la localidad de Los Mártires- bajaron de un autobús con trajes elegantes, sonrisas en sus rostros y deseos de verse en la pantalla, dándole a la exhibición de la película un valor agregado. Cada uno de los protagonistas se sintió orgulloso de su participación y del valor de su historia.
La proyección se inició con una contextualización del barrio, del entorno y del ejercicio de la prostitución. Después de mostrar el bar más representativo del sector, detalló la cotidianidad de las mujeres en ejercicio de prostitución. Así mismo, contó en voz de sus protagonistas cómo vivían la vejez.
Historias autónomas acompañaron ese contexto: los relatos de cada uno de los miembros de la familia a cargo del bar ‘Tabaco y Ron’, así como la descripción de las habitaciones donde vivían las mujeres trans y los servicios de cuartos de alquiler para servicios sexuales. Cada historia en este documental fue pertinente, humana y digna de contar.
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Avanzó la historia y se evidenció la humanidad, fragilidad y vulnerabilidad de quienes fueron protagonistas. Cada momento en la película fue relevante.
Fue fácil entender desde lo humano, lo difícil de la prostitución. En cada narrativa se expuso la crueldad del ser humano con lo distinto o lo que para la sociedad se consideraba impuro (así fuesen ellos quienes pagaron por los servicios sexuales), lo desafiante de la migración y, más complicado aún, la reunión de todos estos problemas: una mujer trans, migrante y que se sostenía a partir de la venta de su cuerpo. La vulnerabilidad máxima.
En la película apareció Diana Navarro Sanjuán. ”Negra, marica y puta”, así se presentó. Una mujer que personificó todas las minorías en un solo cuerpo. Luchó por la igualdad, la obtención de los derechos y la dignidad humana. En su aparición, la historia se partió en dos momentos. La fuerza de sus acciones hicieron que el documental tuviera un sentido de lucha y una fuerza distinta en la historia. Navarro Sanjuan, la ‘Diana del Santa Fe’, mostró de primera mano lo difícil de la calle y la violencia policiva. Evidenció cómo las mujeres en ejercicio de prostitución no podían acceder a la salud o a medicamentos claves para su sistema inmune o el acceso a preservativos. Con su aparición fue imposible no sentir un vacío en el estómago.
Este documental fue humano, sensible. Su narrativa fue acertada y presentó de manera clara y real las vivencias de quienes la sociedad siguen pretendiendo invisibilizar.
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