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“Twitter da derecho de palabra a legiones de imbéciles”, frases para recordar a Umberto Eco

Las opiniones que el filósofo y escritor italiano Umberto Eco consagró en sus ensayos, entrevistas y libros, siguen vigentes porque allí se encuentran explicaciones a, entre otras cosas, la voracidad en el uso de las redes sociales y el descenso en picada de la reputación de los medios de comunicación.

19 de febrero de 2021 - 10:10 p. m.
El filósofo italiano falleció en 2016 en Milán a los 84 años de edad y, para conmemorar la efeméride, la televisión pública de su país ha preparado una maratón de emisiones a lo largo de la jornada con sus intervenciones más aplaudidas.
El filósofo italiano falleció en 2016 en Milán a los 84 años de edad y, para conmemorar la efeméride, la televisión pública de su país ha preparado una maratón de emisiones a lo largo de la jornada con sus intervenciones más aplaudidas.

Hace cinco años en Milán, Italia, falleció el escritor y filósofo italiano Umberto Eco. Su obra es y será recordada, entre otras cosas, por esa capacidad de navegar entre la más elevada intelectualidad, fruto del apetito voraz de conocimiento que sació en los tomos de los grandes del medievo o del enciclopedismo, y el interés por la cultura de masas, a la que siempre interpeló, una característica que ya había quedado reflejada en su ensayo “Apocalípticos e integrados” (1964), texto en el que plantea una discusión crítica en la cultura popular y los medios de comunicación masivos.

Para conmemorar la efeméride, la televisión pública italiana preparó una maratón de emisiones a lo largo de la jornada con sus intervenciones más aplaudidas. Asimismo la editorial “La Nave di Teseo”, fundada por él pocos meses antes de morir, ha publicado su autobiografía de la prestigiosa colección estadounidense “Library of Living Philosophers” (2017), inédita hasta la fecha en italiano.

Podría interesarle este texto: La muerte según Umberto Eco. En enero de 2013, El Espectador publicó “Baile en torno a la muerte”, la única columna en la que el escritor y semiólogo italiano fallecido el pasado viernes imaginó el fin de su vida.

Aunque se destacó por su trabajo literario con títulos como “El nombre de la Rosa” (1980), que agrandó su éxito con la adaptación al cine protagonizada por Sean Connery en 1986; “El péndulo de Foucault” (1988), “La isla del día antes” (1994) o “El cementerio de Praga” (2010), definitivamente los ensayos, conferencias y libros en los que Eco expresó sus opiniones y reflexiones en torno a las redes sociales, la hiperconectividad y los medios de comunicación, lo mantienen vigente, pues en sus textos se hallan pistas para entender, por ejemplo, la voracidad de por el uso de las redes sociales y el descenso en picada de la reputación de los medios de comunicación.

Sobre el uso poco cuidadoso que se les da a las redes sociales, comentaba que estas, le habían otorgado “el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”.

En 2015, durante un discurso en la Universidad de Turín, señaló: “El fenómeno de Twitter es por una parte positivo, pensemos en China o en Erdogan. Hay quien llega a sostener que Auschwitz no habría sido posible con Internet, porque la noticia se habría difundido viralmente. Pero por otra parte da derecho de palabra a legiones de imbéciles”.

Sobre Facebook, la red social más utilizada en el mundo apuntó: “Mark Zuckerberg, ha ganado 50,000,000,000 con su empresa, centrándose en nuestro miedo a la soledad”.

De hecho, en una entrevista con El País de España, calificó las redes sociales como “una trampa”.

“La cuestión de la identidad ha sido transformada de algo que viene dado a una tarea: tú tienes que crear tu propia comunidad. Pero no se crea una comunidad, la tienes o no; lo que las redes sociales pueden crear es un sustituto. La diferencia entre la comunidad y la red es que tú perteneces a la comunidad, pero la red te pertenece a ti. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionadas. La gente se siente un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización. Pero en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales (...) Las redes son muy útiles, dan servicios muy placenteros, pero son una trampa”.

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Sobre la influencia de Internet en los medios de comunicación dijo en una entrevista con el medio español: “Internet puede haber tomado el puesto del periodismo malo… Si sabes que estás leyendo un periódico como EL PAÍS, La Repubblica,Il Corriere della Sera…, puedes pensar que existe un cierto control de la noticia y te fías. En cambio, si lees un periódico como aquellos ingleses de la tarde, sensacionalistas, no te fías. Con Internet ocurre, al contrario: te fías de todo porque no sabes diferenciar la fuente acreditada de la disparatada. Piense tan solo en el éxito que tiene en Internet cualquier página web que hable de complots o que se inventen historias absurdas: tienen un increíble seguimiento, de navegadores y de personas importantes que se las toman en serio”.

Galería fotográfica: Tras los signos de Umberto Eco

La contaminación del debate que se perpetra en las redes le preocupaba sobremanera: “El gran problema de la escuela actual es cómo enseñar a filtrar la información de internet”, advirtió al recibir la Honoris Causa en Turín en 2015.

Algunas críticas al trabajo de los medios de comunicación condensadas en el ensayo “Apocalípticos e integrados”

“Los mass media se dirigen a un público que no tiene conciencia de sí mismo como grupo social caracterizado”.

“Los mass media no promueven renovaciones de la sensibilidad”.

“Los mass media tienden a provocar emociones vivas e inmediatas”.

“Los mass media difunden productos de cultura superior pero nivelados y “condensados” de forma que no provoquen ningún esfuerzo por parte del fruidor”.

“Los mass media alientan una visión pasiva y acrítica del mundo”.

“Los mass media, hechos para el entretenimiento y el tiempo libre, son proyectados para captar solo el nivel superficial de nuestra atención”.

“Los mass media imponen símbolos y mitos de fácil universalidad, creando “tipos” reconocibles”.

“Los mass media se presentan como el instrumento educativo de una sociedad de fondo paternalista, individualista y democrática, tendiente a producir modelos humanos héterodirigidos”.

Por otro lado, Eco conoció en su infancia la doctrina de la Italia de Benito Mussolini.

En sus “Cinco escritos morales” (1998) ahonda, entre otros temas y a modo de advertencia, en lo que tildaba de “fascismo eterno”.

¿Sus ingredientes? El tradicionalismo, la ausencia de pensamiento crítico, el rechazo a la diversidad, la explotación de la rabia social, el nacionalismo exacerbado o el “elitismo popular”.

Eco confesaba en el texto, en realidad un discurso ante la Universidad de Colombia en 1995, que con solo diez años ganó un premio con un ensayo sobre el tema “¿Debemos morir por la gloria de Mussolini y el destino inmortal de Italia?”

“Mi respuesta era afirmativa, fui un chico espabilado”, señalaba, irónico.

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Helga66(40077)20 de febrero de 2021 - 02:50 a. m.
Bien por El Espectador. Este ensayo y el Estalislao Zuleta, justifican la suscripción.
  • Helga66(40077)20 de febrero de 2021 - 02:51 a. m.
    Corrijo y el de Estalislao...
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