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Lo acusaron de haber hecho parte del arreglo que les vendió los resultados de los juegos de la Serie Mundial de 1919 a los apostadores. Insinuaron que él, Ty Cobb, había sido el intermediario entre los capos de la mafia y los jugadores de las Medias Blancas, que por aquel suceso y por las investigaciones y condenas que produjo, pasaron a llamarse Medias Negras. La historia registró los sucesos en decenas de cientos de crónicas y libros, que contaron que a comienzos del mes de octubre del 19, un apostador de nombre Joseph Sullivan se le acercó a Chick Gandil para convencerlo de que fuera “a menos” en las finales contra los ojos de Cincinatti, y que le dijera en secreto a sus compañeros. Que habría miles de dólares para todos, que nadie iba a poder comprobar nada.
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