Publicidad

Neurorrehabilitación en Colombia: hacia un tratamiento integral

Betsy Jaramillo habló del modelo que combina tecnología de última generación con un compromiso con los pacientes y sus redes de apoyo, en un país donde la neurorrehabilitación suele asociarse a largas rutinas con resultados inciertos.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Paula Andrea Baracaldo Barón
03 de julio de 2025 - 01:00 p. m.
Betsy Jaramillo es fisioterapeuta, especialista en neurorrehabilitación y magíster en investigación. / Mobility Group
Betsy Jaramillo es fisioterapeuta, especialista en neurorrehabilitación y magíster en investigación. / Mobility Group
Foto: Mobility Group
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Este es uno de los centros más avanzados tecnológicamente a nivel de rehabilitación. Cuando llegó, ¿qué esperaba encontrar? ¿Qué ha descubierto en la práctica?

Comencé a trabajar en Mobility con la oportunidad de crecer dentro de la empresa y ser parte de la construcción del modelo que nos permitieron estructurar conjuntamente. Cuando llegó esta tecnología, nos dimos cuenta de que Colombia tenía una oportunidad frente a otros países: un fuerte componente humano.

Unirme fue la oportunidad de generar cambios en los procesos de rehabilitación, de entender que la discapacidad no viene con la enfermedad, que la rehabilitación no debe estar limitada por lo que las políticas tradicionales determinan —como decir que es un año de tratamiento o que la persona solo debe ir a sesiones una vez por semana—. Poder certificarnos a nivel mundial es muy valioso. No hay muchas personas certificadas: estamos hablando de que hay cerca de 40 en todo el mundo, y que Colombia tenga personas certificadas realmente nos da reconocimiento y posicionamiento internacional. Se ha hecho un esfuerzo muy grande en generar espacios de formación académica, de conocimiento, de capacitación, pero sobre todo en tener un enfoque integral en la rehabilitación de los pacientes.

Menciona que el tratamiento debe ser integral. ¿Por qué considera que es crucial que los pacientes con este tipo de lesiones reciban un tratamiento multidisciplinario?

La neurorrehabilitación es una especialidad que ha tomado mucho auge en los últimos años a nivel mundial. Toma los objetivos de diversas áreas y los unifica para hacer un abordaje integral de la persona, de modo que no se divida lo físico, lo funcional o lo cognitivo, sino que todo se trabaje en simultáneo, dentro del mismo proceso y en las mismas sesiones.

Hay pacientes que han tenido lesiones medulares, traumas craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares, pacientes con párkinson o alzhéimer. Desde la investigación uno entiende los procesos y trabaja día a día con la convicción de que la neuroplasticidad comienza cuando la persona nace y continúa hasta que muere. Por lo tanto, siempre hay una oportunidad de seguir mejorando.

La rehabilitación debe estar orientada a la autonomía de la persona, a la funcionalidad, a que por más grave que sea su lesión vuelva a participar en la sociedad.

¿Cómo describiría la diferencia entre un tratamiento tradicional y el que aplican en Mobility? ¿Qué aporta la tecnología desde su perspectiva?

Primero, entender que no atendemos enfermedades. No se atiende al paciente con lesión cerebral porque tuvo un impacto de proyectil, porque se cayó o porque tuvo una lesión dolorosa; se atiende a un ser humano que tiene necesidades, expectativas y que pertenece a una familia. Hay una creencia muy fuerte que dice que el proceso de rehabilitación debe tener un fin, que al año la persona ya adquirió las máximas habilidades posibles y que lo que queda son secuelas. Desde la evidencia científica nos dicen que eso no es verdad, porque la neuroplasticidad es para toda la vida.

Desafortunadamente, los costos de la rehabilitación en Colombia hacen que muchas veces el proceso termine muy pronto, entre seis meses y un año. Pero he visto pacientes con lesión medular que vuelven a hacer parapente, que vuelven a montar en cuatrimoto. Eso es más significativo que solamente volver a caminar, aunque no lo haga como antes. Es darle calidad de vida. El equipo humano y la tecnología te ayudan a alinear al paciente para que sea feliz en terapia, que disfrute la rehabilitación.

¿Cómo maneja el reto de acompañar en el proceso a familiares que suelen sentirse desesperados o angustiados por la situación de sus seres queridos?

Desde la educación. Es fundamental entender que si una persona sufre una condición, esto afecta a toda la familia, no solo a ellos, sino incluso a los amigos y al entorno cercano. Educar significa entender y enseñar que la vida de la persona no termina ahí, sino que se retoma con nuevas habilidades y capacidades. La familia es fundamental en ese proceso, pero su propia vida también debe continuar.

Aquí tenemos programas estructurados para el cuidado del cuidador. En las sesiones no solo se atiende al paciente, sino que se escucha a la familia: ¿qué esperan?, ¿qué necesitan saber? Por ejemplo, explicar que es normal que el paciente camine de cierta forma y qué esperar en el proceso. Cuando la familia se siente acompañada, la carga disminuye; así es más fácil aceptar y adaptarse al camino. Asimismo, educamos sobre la importancia de entregar responsabilidad al paciente. La tendencia es a sobreproteger: “No puedes caminar, yo te alzo”. Pero ese no es el mejor camino. Es mejor ayudar a que el paciente recupere sus capacidades, porque se pueden desarrollar independientemente del nivel de complejidad. No concibo la enfermedad como el fin, sino como una condición de salud que requiere desarrollar nuevas habilidades.

¿Qué la motiva a seguir trabajando cada día, incluso cuando los resultados en neurorrehabilitación no son inmediatos ni siempre visibles?

Entender que la neurorrehabilitación no es predecible, que nada está escrito. Siempre digo que uno tiene que preguntarse: “¿Qué voy a entregar de mí?”, “¿qué voy a hacer hoy por las personas que nos entregan sus vidas, sus sueños, sus familias?”. No es solamente impactar en la parte clínica, sino en la parte académica, para contagiar a todo el equipo profesional de esa humanización.

En la neurorrehabilitación no existen pequeños logros. Todo se ve. Me motiva que las familias terminan siendo muy comprometidas, aunque vean barreras en el proceso, y ayudarles a aceptar que la vida va a cambiar, pero que podemos explorar y darle funcionalidad. Cada paciente aporta algo nuevo y la vida no se ve igual después de estar aquí. Siempre quiero estudiar más para aportar más, investigar más, darles más a los pacientes.

Paula Andrea Baracaldo Barón

Por Paula Andrea Baracaldo Barón

Comunicadora social y periodista de último semestre de la Universidad Externado de Colombia.@conbdebaracaldopbaracaldo@elespectador.com
Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.