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“Me gusta la gente, me gustan los espacios que habitan … Este es un toldillo suspendido en el cuarto de una niña. Lo encontré en una de las pocas casas habitadas en El Porvenir, un pueblo fantasma”. La imagen hecha por el fotógrafo caleño Juan Cristóbal Cobo en 2016 registra un espacio de la vida privada de las pocas familias que se atrevieron a regresar al corregimiento de Puerto Gaitán (Meta), cuya historia está marcada por la violencia que produjo la llegada del paramilitarismo y del narcotráfico en los años ochenta. Nadie por estas tierras olvida la masacre de 1987 perpretada por ´Los Masetos´ que arrasó el pueblo y suscitó el desplazamiento involuntario hacía el otro lado de río Meta.
Veintinueve años después – según narra Cobo – aún se respira ese pasado, pero hay algunos lugares donde emerge la vida, como esta casa que fotografió en donde funciona una tienda que acoge a quienes recorren los caminos de la zona. La imagen sin este contexto no sería la imagen que es. Su poder radica en la capacidad de expresar la resilencia de los seres humanos, es el síntoma de un comienzo lento y silencioso. La sutileza del material del toldillo y la forma en que está dispuesto encarnan la belleza de lo simple y la imagen toda es un gesto de voluntad. “Viví durante un periodo extenso fuera del país. Cuando viajo por Colombia experimento cierta búsqueda de arraigo, reconocerme en esas imágenes que capturo… Es una búsqueda propia a través de la fotografía”.
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