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Una mirada sobre la película “Llueve sobre Babel” (Opinión)

“Llueve sobre Babel”, el primer largometraje de la directora Gala del Sol tuvo su premiere nacional el pasado domingo 12 de octubre en el marco del Bogotá International Film Festival (BIFF). El filme, que ha acuñado varios reconocimientos a nivel mundial, propone una nueva visión para el cine colombiano.

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Pablo Marín J.
19 de octubre de 2025 - 08:20 p. m.
La película "Llueve sobre Babel" participó en el Festival de Sundance 2025.
La película "Llueve sobre Babel" participó en el Festival de Sundance 2025.
Foto: Cortesía BIFF 11
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Hay algo hipnótico en el aire cuando la primera imagen de “Llueve sobre Babel” inunda la pantalla de la Sala Capital de la Cinemateca de Bogotá. No es solo la expectativa que carga la audiencia, es la voz del Ángel que nos interpela directamente. Es una voz que nos muestra al guía para entrar a este mundo: El Boticario.

Con un ritual donde este hombre toma cuarzos de múltiples colores y otras piedras de un soporte metálico en forma de pentagrama en clave de sol, El Boticario nos lleva directo al corazón de esta historia: Babel. Un bar que combina fuertes neones que en ocasiones recuerdan a los tintes de los barrios bajos de “Blade Runner” (Ridley Scott, 1982), acompasados de una salsa caleña.

Es en Babel donde se nos presenta la polifonía de personajes que habitan en este filme. Todos están conectados con La Flaca, una mujer que envía a Dante a cobrar sus deudas, quien también apuesta constantemente con Uma, que negocia con Monet… Como bien dice El Boticario, todo rodea a La Flaca.

Babel se siente cercano. Se siente latino, se siente caleño. Sus espacios —así el conocedor de Cali pueda ubicarlos— los mezcla sin temor con elementos que potencian la narrativa. Su diseño de producción toma del steampunk (una corriente de la ciencia ficción que mezcla la maquinaria victoriana con inventos futuristas), de la fantasía, de la mitología griega, de monjes shaolin, entre muchos otros, para darnos un vistazo cohesivo a la Ciudad de Maya.

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Gala del Sol, quien no solo dirigió, sino también escribió, editó y produjo la cinta, logra una narrativa que por sus juegos estructurales recuerda a la filmografía de Wes Anderson: sus personajes atraviesan por muchas situaciones distintas, en espacios distintos, con conflictos con el exterior o, como en el caso de Jacob, consigo mismos, pero en ningún momento el espectador se pierde.

Es también a través de estos juegos de perspectiva que Del Sol aborda temáticas complejas: el temor a la muerte, al juicio paternal, a la búsqueda de una propia identificación, entre muchos otros a través de un lente queer. A través de la historia de Dante, la película reflexiona sobre el amor como un vehículo poderoso para seguir luchando; a través de Uma habla de la devoción de una madre, y con Darla muestra la fuerza de una comunidad de drag queens.

La cinta tampoco teme hacer guiños a clásicos del cine. La relación entre La flaca y sus apuestas con Uma parecieran recordar a las escenas de ajedrez del caballero templario de “El séptimo sello” de Ingmar Bergman; o también alude a “Fallen Angels” de Wong-Kar Wai; o quizás un ligero gesto de Dante al encender un cigarrillo que recuerda a Paul de “Masculin-Feminin” de Godard.

Al hablar con tanta simpleza de la muerte, sea ya de forma directa o metafórica, “Llueve sobre Babel” se convierte en una meditación intensa del valor de la vida. Sin máscaras, nos habla del poder de las segundas oportunidades, de los sacrificios que se toman por el bienestar de otros, de cómo los símbolos del bien y del mal pueden interpretarse depende de quien los mire. Es una manera de observar la vida como es. Una forma de confiar, como menciona Dante, en que los dioses saben quiénes somos.

El largometraje propone una nueva perspectiva para el cine de género hecho en Colombia, como lo hizo en meses anteriores “Adiós al amigo” de Iván D. Gaona, pero esta vez muestra que la fantasía (aunque quizá sea errado limitarla a esta categoría) nos es tan propia como cualquier otro género. Es, quizás, el nacimiento de una nueva voz que no solo toca la puerta para entrar, la abre de golpe.

Los reconocimientos que ha tenido en festivales de cine a nivel mundial —entre los que se encuentran premios del jurado del Inside Out Toronto LGBT Film Festival y el Out Film de Connecticut— muestran una posible conexión de las audiencias con esta pieza. Después de exhibirse en Estados Unidos en el Festival de Cine de Sundance, hasta llegar al Festival de Cine de Oldenburg (por mencionar un par solamente), se evidencia el potencial universal de las historias que se sienten profundamente colombianas.

Pablo Marín J.

Por Pablo Marín J.

Profesional en Creación Literaria. Escritor de cuentos y novelas de ciencia ficción. Apasionado del cine y guionista de varios cortometrajes.pmarin@elespectador.com
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