Vamos en el transporte público camino a la universidad o al trabajo, pensando en lo que tenemos que hacer durante la jornada mientras el tráfico parece más insoportable que el día anterior. Las aceras están invadidas de personas que miran sus teléfonos celulares, se alejan de todo con un par de audífonos en los oídos o simplemente caminan apresurados hacia su destino. Pero detrás de esa cotidianidad hay cosas extraordinarias que suceden sin que nos demos cuenta, como lo narra el escritor colombiano David Vélez Gómez en La fuerza imparable, primera entrega de la saga El caminante de mundos, una historia que transita entre la realidad urbana y la fantasía épica.
El protagonista de esta travesía es Vancrux Seif Reikar (Van), un archimago de 1.206 años que ostenta el título de guardián de la magia, labor que lo hace el encargado de transitar por las realidades de múltiples universos aprendiendo sus artes para preservarlas del olvido. Él creció en un mundo lleno de fuerzas, dragones y batallas a muerte, pero en uno de sus viajes quedó atrapado en nuestro tiempo y ahora debe tratar de salvar su vida en un entorno plagado de enemigos, entre ellos su exesposa.
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A pesar de que la narración se inicia en el presente, la mayor parte de la historia ocurre en el pasado y en el lugar donde Van desarrolló sus habilidades, uno en donde la diosa de la oscuridad reunió a un poderoso ejército con el objetivo de imponerse sobre las demás razas.
Leer este libro es entrar en un universo tan vasto como las posibilidades del sistema de magia que en él se desarrolla, que es en sí mismo un personaje vital dentro de las contiendas que van teniendo lugar con el avance de la lectura; la acción no se detiene en ningún momento y el lector se verá inmerso en luchas descarnadas en donde elfos, orcos y gigantescos dragones se enfrentan.
Al ritmo frenético que estas batallas le otorgan al relato, se le suma el papel que tienen los recuerdos en los misterios que esconde la familia de Van y en las relaciones que él tiene con quienes lo rodean. Somos individuos, pero hacemos parte de una sociedad y los lazos que formamos se convierten en algo trascendental en nuestra construcción como personas y en nuestras elecciones.
Esta novela incluye dos elementos importantes cuando de literatura de fantasía se habla: un glosario de términos y un mapa del territorio en el que todo tiene lugar. Estas herramientas son perfectas para generar mayor familiaridad con lo que se narra, los parajes por los que nos movemos tras cada capítulo y un universo del que aún queda mucho por explorar.
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La idea de esta historia llegó en 2009 y fue ajustándose con el paso del tiempo hasta que el autor puso punto final al manuscrito en 2017, mismo año en el que tomó la decisión de autopublicarlo sin dejar de lado la búsqueda de una casa editorial que le ayudara a llevar a otro nivel este relato.
Su necesidad de crear mundos empezó con la lectura de Viaje al oeste, de Wu Cheng’en, una de las obras más populares de la literatura asiática. En su niñez y juventud escribió a mano algunas novelas, pero la señal definitiva llegó luego de que, a los 27 años, sufriera un accidente que lo dejó quemaduras en el 30 % del cuerpo. Tras pasar el proceso de recuperación, decidió tomarse la escritura como oficio y robarle tiempo a la rutina para pulir la que ahora es su primera novela publicada.
La historia de Van apenas comienza y pronto veremos un poco más del mundo moderno en el que está atrapado cuando El ser inamovible, la segunda entrega de esta saga, llegue a las librerías.
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Por Esteban Parra
