
Los que leían a Neruda o a Kafka, como Heredia, eran sospechosos. Los que se habían aliado al Partido comunista, también como Víctor Heredia, pasaban de sospechosos a culpables, aunque ni ellos supieran de qué.
Foto: Ilustración: Nátaly Londoño Laura
Cuando las distintas generaciones de argentinos que habían luchado y a veces hasta muerto por superar las dictaduras que se tomaron su país desde 1955 creyeron que la larga noche había concluido, se encontraron de frente con un espejismo que se llamaba Héctor J. Cámpora, y con una profunda pesadilla que se inició en junio de 1974 con la muerte de Juan Domingo Perón. Fue entonces cuando llegaron la presidencia de Isabel Martínez, viuda de Perón, una infinita inflación, el desconcierto, las presiones de los militares y de diversos empresarios...
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