Vuelta al mundo a través de sus autores

Los 30 años de historia de la Filbo la han convertido en la tercera feria más importante de América Latina, junto con Guadalajara y Buenos Aires. La cuarta edición fue la primera que recibió un país invitado, Venezuela. Desde entonces, 26 países o regiones se han convertido en invitados especiales y solo cinco países han sido elegidos como eje central: Holanda, Francia, Brasil, Perú y México. Y Macondo, un escenario imaginario con el que se le rindió homenaje al nobel colombiano Gabriel García Márquez.

A lo largo de estos años, por sus pabellones han pasado cientos de autores históricos, entre los que se recuerda la participación de los premios nobel de Literatura Svetlana Alexiévich (Bielorrusia), Mario Vargas Llosa (Perú), Jean-Marie Gustave Le Clézio (Francia), J.M. Coetzee (Sudáfrica), V.S. Naipaul (Trinidad y Tobago), Gabriel García Márquez (Colombia), y la ganadora del Premio Nobel de Paz en 1997, Jody Williams (Estados Unidos).

También ocho premios Cervantes, tres premios Princesa de Asturias, siete premios Rómulo Gallego, seis premios Hans Christian Andersen y otros premios Nadal, Tusquets y Pulitzer.

Sus ceremonias de inauguración han sido precedidas por siete jefes de estado internacionales, la princesa Laurentien de Holanda; el ministro de Cultura español, Jordí Solé Tura; María Kodama, viuda de Jorge Luis Borges; los futbolistas Adolfo Pedernera, Néstor Raúl Rossi y Alfredo di Stéfano; entre otras personalidades.

En estas tres décadas, ningún presidente de Colombia o alcalde de Bogotá se han perdido la Feria. Y cada año ha albergado históricos eventos. Por ejemplo, en 2007, cuando se realizó un nuevo homenaje a Gabriel García Márquez, con motivo de sus 80 años, los 40 de Cien años de soledad y los 25 de haber recibido el Premio Nobel.

Ese año también causó revuelo la visita de Roberto Gómez Bolaños y su esposa Florinda Meza, Chespirito y doña Florinda. Una charla a la que se calcula asistieron 35.000 personas.

En 2011 se realizó la primera edición del Congreso Internacional de Ilustración y la primera jornada de la Noche de los Libros, que atrajo a unas 26.000 personas adicionales. En su segundo año, este evento alcanzó un récord de asistencia de 24.254 personas. Sin embargo, ese año la actividad más concurrida fue la consagrada a Gay Talese y el lanzamiento de El cuervo blanco, de Fernando Vallejo.

En 2013, por primera vez la Filbo alcanzó los 433.000 visitantes. Un año después se le volvió a rendir un homenaje a García Márquez, quien había fallecido doce días antes del inicio de la Feria, el 17 de abril. Y las cifras siguieron creciendo. En 2015, la presencia de 520 mil visitantes, 68.000 más que en 2014, fue un incremento de público tan inesperado como satisfactorio, en una feria que contó con 1.598 eventos, entre ruedas de negocio, actividades académicas y talleres.

Una franja nueva también se inauguró en esa edición llena de novedades: Libros para comer. Derivada del éxito que había tenido Perú en la Filbo anterior y sobre todo de la acogida de la programación y pabellones relacionados con la gastronomía.

Lo cierto es que este evento se ha vuelto tan relevante para el país y la región, gracias a que el 90 % de la industria editorial colombiana está presente en cada edición, que el año pasado las expectativas de negocios dejaron 9,5 millones de dólares y este 2017 el objetivo es multiplicar esa cifra.

Los 30 años de historia de la Filbo la han convertido en la tercera feria más importante de América Latina, junto con Guadalajara y Buenos Aires. La cuarta edición fue la primera que recibió un país invitado, Venezuela. Desde entonces, 26 países o regiones se han convertido en invitados especiales y solo cinco países han sido elegidos como eje central: Holanda, Francia, Brasil, Perú y México. Y Macondo, un escenario imaginario con el que se le rindió homenaje al nobel colombiano Gabriel García Márquez.

A lo largo de estos años, por sus pabellones han pasado cientos de autores históricos, entre los que se recuerda la participación de los premios nobel de Literatura Svetlana Alexiévich (Bielorrusia), Mario Vargas Llosa (Perú), Jean-Marie Gustave Le Clézio (Francia), J.M. Coetzee (Sudáfrica), V.S. Naipaul (Trinidad y Tobago), Gabriel García Márquez (Colombia), y la ganadora del Premio Nobel de Paz en 1997, Jody Williams (Estados Unidos).

También ocho premios Cervantes, tres premios Princesa de Asturias, siete premios Rómulo Gallego, seis premios Hans Christian Andersen y otros premios Nadal, Tusquets y Pulitzer.

Sus ceremonias de inauguración han sido precedidas por siete jefes de estado internacionales, la princesa Laurentien de Holanda; el ministro de Cultura español, Jordí Solé Tura; María Kodama, viuda de Jorge Luis Borges; los futbolistas Adolfo Pedernera, Néstor Raúl Rossi y Alfredo di Stéfano; entre otras personalidades.

En estas tres décadas, ningún presidente de Colombia o alcalde de Bogotá se han perdido la Feria. Y cada año ha albergado históricos eventos. Por ejemplo, en 2007, cuando se realizó un nuevo homenaje a Gabriel García Márquez, con motivo de sus 80 años, los 40 de Cien años de soledad y los 25 de haber recibido el Premio Nobel.

Ese año también causó revuelo la visita de Roberto Gómez Bolaños y su esposa Florinda Meza, Chespirito y doña Florinda. Una charla a la que se calcula asistieron 35.000 personas.

En 2011 se realizó la primera edición del Congreso Internacional de Ilustración y la primera jornada de la Noche de los Libros, que atrajo a unas 26.000 personas adicionales. En su segundo año, este evento alcanzó un récord de asistencia de 24.254 personas. Sin embargo, ese año la actividad más concurrida fue la consagrada a Gay Talese y el lanzamiento de El cuervo blanco, de Fernando Vallejo.

En 2013, por primera vez la Filbo alcanzó los 433.000 visitantes. Un año después se le volvió a rendir un homenaje a García Márquez, quien había fallecido doce días antes del inicio de la Feria, el 17 de abril. Y las cifras siguieron creciendo. En 2015, la presencia de 520 mil visitantes, 68.000 más que en 2014, fue un incremento de público tan inesperado como satisfactorio, en una feria que contó con 1.598 eventos, entre ruedas de negocio, actividades académicas y talleres.

Una franja nueva también se inauguró en esa edición llena de novedades: Libros para comer. Derivada del éxito que había tenido Perú en la Filbo anterior y sobre todo de la acogida de la programación y pabellones relacionados con la gastronomía.

Lo cierto es que este evento se ha vuelto tan relevante para el país y la región, gracias a que el 90 % de la industria editorial colombiana está presente en cada edición, que el año pasado las expectativas de negocios dejaron 9,5 millones de dólares y este 2017 el objetivo es multiplicar esa cifra.