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Ya no se entrena a Magikarp: de la economía del esfuerzo a la gratificación instantánea

En el mundo de los videojuegos, la cumbre ha sido regalada y se jubiló al esfuerzo. Subir de nivel no requiere de paciencia, a veces incluso basta con una transacción. La adicción a la dopamina es el gancho que la industria le ha lanzado a los jugadores, y en el camino mató a la voluntad.

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Juliana Vargas
29 de diciembre de 2025 - 06:21 p. m.
Imagen del videojuego "Leyendas Pokemón: Z-A".
Imagen del videojuego "Leyendas Pokemón: Z-A".
Foto: EFE - -

Pokémon solía ser un videojuego de paciencia, estrategia y repetición. No bastaba con entrenar un solo pokémon. Era necesario arriesgarse a sacar a tu pokémon débil, aunque fuera un par de turnos, para enfrentarlo a uno más fuerte y que ganara experiencia. Era necesario tener varios pokémon fuertes y de distinto tipo para ganarle a los rivales, en especial a los maestros de gimnasio. Ser un entrenador pokémon era un ejercicio de “grindeo” continuo. Para tener un Gyarados, primero tenías que lidiar con un Magikarp y su único “ataque”: Splash....

Por Juliana Vargas

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