"Yo no estoy loca"

Marcela Valencia es básicamente una actriz, y aunque ser actriz no es poco, ella va más allá, es una creadora integral que comunica con cada gesto, que posee recursos inagotables para encarnar sus personajes, y dota a cada uno de características tan específicas que son irrepetibles. En esta oportunidad se enfrenta sola al escenario y al público para narrar la historia de Cielo, una mujer de esas que siempre genera molestia, por no ser dócil, por discutir, por decidir, por alzar la voz, por decir “no” y exigir sus derechos.  

Yo no estoy loca es un monólogo, bajo la dirección y dramaturgia de Fabio Rubiano, que se basa en hecho reales. Es una amalgama de experiencias personales sobre la frustración de vivir en una sociedad como la nuestra. La pieza surge de una investigación sobre los conceptos de rabia y locura, pero termina en un tema que les interesaba mucho: “Todas aquellas situaciones en que a una mujer, sobre todo a una mujer, le dicen que está loca; ¿y cuándo se lo dicen? sobre todo, cuando exige sus derechos. Y no solo estamos hablando del derecho al voto, aunque también, a las sufragistas las tildaban de locas, cuando exigen libertad sexual, por hacer un escándalo en una situación determinada o no, es eso lo que planteamos en la obra, todos esos momentos donde le dicen a una mujer que está loca”,  comenta el director. 

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Según Valencia, la obra es un espacio para hablar de algunos temas personales y decantar rabia y frustraciones.  Ella despliega todo su talento y rigor escénico para construir y llevar a los espectadores a diferentes lugares y situaciones, además de dar vida a cerca de quince personajes, pasando por una gran cantidad de rangos actorales, que arrancan risas de principio a fin. “Esto lo logramos a través de mucho trabajo y ensayos, cuento con una dirección muy acertada por parte de Fabio Rubiano. Desde el principio tenía claro que los personajes debían surgir de la acción y las situaciones”, afirma. Yo no estoy loca es una historia que también juega con el tiempo, que va y vuelve, pero que se decodifica fácilmente. 

Teatro Petra estaba en deuda con su público, le debía un monólogo, y en medio de la producción de dos obras de gran formato, como Labio de liebre y Cuando estallan las paredes, presentan esta pieza que ha evolucionado gratamente. Se estrenó en junio del 2017 en un espacio no convencional para apenas 25 personas y ahora llega a escenarios hasta de 800 butacas, en Colombia, México, Brasil, Venezuela y España. “Es muy emocionante ver cómo una sola persona llena el espacio en todo sentido. Marcela logra construir cada situación con gran belleza, es un ejercicio encantador, es un montaje preciso en cada uno de sus elementos. Siempre he tenido un sueño, y es ver al teatro de pie, sobre todo aplaudiéndola a ella, saber que sola logra cautivar a ese público; es la consolidación de su trabajo como actriz”, concluye Rubiano. 

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Algo que también es interesante sobre la pieza es que aunque toca temas locales, mujeres de diferentes nacionalidades se identifican con las situaciones que narra. “No creo que sea una obra feminista, pero terminó siendo un referente donde las mujeres se identifican y los hombres la pasan muy bien. Nuestra intención no es decir ‘las mujeres son víctimas y los hombres son malos’, pero si se habla desde el punto de vista femenino, vivimos en una sociedad machista donde al hombre se le permiten cosas que a nosotras no”, complementa la actriz.  

Marcela Valencia tiene una amplia trayectoria teatral, con más de 30 obras, y en Yo no estoy loca, basada en hechos reales, deja clara su impronta. La obra estará en temporada del 14 de noviembre al 15 de diciembre en la sede de su compañía. Como el personaje tiene pensamientos catastróficos, los ataques de pánico están neutralizados y los triglicéridos están bien

Marcela Valencia es básicamente una actriz, y aunque ser actriz no es poco, ella va más allá, es una creadora integral que comunica con cada gesto, que posee recursos inagotables para encarnar sus personajes, y dota a cada uno de características tan específicas que son irrepetibles. En esta oportunidad se enfrenta sola al escenario y al público para narrar la historia de Cielo, una mujer de esas que siempre genera molestia, por no ser dócil, por discutir, por decidir, por alzar la voz, por decir “no” y exigir sus derechos.  

Yo no estoy loca es un monólogo, bajo la dirección y dramaturgia de Fabio Rubiano, que se basa en hecho reales. Es una amalgama de experiencias personales sobre la frustración de vivir en una sociedad como la nuestra. La pieza surge de una investigación sobre los conceptos de rabia y locura, pero termina en un tema que les interesaba mucho: “Todas aquellas situaciones en que a una mujer, sobre todo a una mujer, le dicen que está loca; ¿y cuándo se lo dicen? sobre todo, cuando exige sus derechos. Y no solo estamos hablando del derecho al voto, aunque también, a las sufragistas las tildaban de locas, cuando exigen libertad sexual, por hacer un escándalo en una situación determinada o no, es eso lo que planteamos en la obra, todos esos momentos donde le dicen a una mujer que está loca”,  comenta el director. 

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Según Valencia, la obra es un espacio para hablar de algunos temas personales y decantar rabia y frustraciones.  Ella despliega todo su talento y rigor escénico para construir y llevar a los espectadores a diferentes lugares y situaciones, además de dar vida a cerca de quince personajes, pasando por una gran cantidad de rangos actorales, que arrancan risas de principio a fin. “Esto lo logramos a través de mucho trabajo y ensayos, cuento con una dirección muy acertada por parte de Fabio Rubiano. Desde el principio tenía claro que los personajes debían surgir de la acción y las situaciones”, afirma. Yo no estoy loca es una historia que también juega con el tiempo, que va y vuelve, pero que se decodifica fácilmente. 

Teatro Petra estaba en deuda con su público, le debía un monólogo, y en medio de la producción de dos obras de gran formato, como Labio de liebre y Cuando estallan las paredes, presentan esta pieza que ha evolucionado gratamente. Se estrenó en junio del 2017 en un espacio no convencional para apenas 25 personas y ahora llega a escenarios hasta de 800 butacas, en Colombia, México, Brasil, Venezuela y España. “Es muy emocionante ver cómo una sola persona llena el espacio en todo sentido. Marcela logra construir cada situación con gran belleza, es un ejercicio encantador, es un montaje preciso en cada uno de sus elementos. Siempre he tenido un sueño, y es ver al teatro de pie, sobre todo aplaudiéndola a ella, saber que sola logra cautivar a ese público; es la consolidación de su trabajo como actriz”, concluye Rubiano. 

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Algo que también es interesante sobre la pieza es que aunque toca temas locales, mujeres de diferentes nacionalidades se identifican con las situaciones que narra. “No creo que sea una obra feminista, pero terminó siendo un referente donde las mujeres se identifican y los hombres la pasan muy bien. Nuestra intención no es decir ‘las mujeres son víctimas y los hombres son malos’, pero si se habla desde el punto de vista femenino, vivimos en una sociedad machista donde al hombre se le permiten cosas que a nosotras no”, complementa la actriz.  

Marcela Valencia tiene una amplia trayectoria teatral, con más de 30 obras, y en Yo no estoy loca, basada en hechos reales, deja clara su impronta. La obra estará en temporada del 14 de noviembre al 15 de diciembre en la sede de su compañía. Como el personaje tiene pensamientos catastróficos, los ataques de pánico están neutralizados y los triglicéridos están bien