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“No parece que estuviéramos a 13 días para elección de presidente. Qué campaña tan rara”. Fue lo que escribió el lunes pasado el senador Armando Benedetti en Twitter, refiriéndose a la “calma chicha” que hoy se vive en torno a la disputa electoral para la segunda vuelta presidencial del próximo 17 de junio entre Iván Duque y Gustavo Petro.
Porque, la verdad, después de la intensidad de la campaña en la primera vuelta —con múltiples debates, recorridos de los candidatos por todo el país, discursos por doquier en la plaza pública y presentación de propuestas—, en estos momentos, cuando el debate es solo entre los dos clasificados a la “final”, sus agendas están más concentradas en sumar apoyos, tanto políticos como aquellos que podría tener impacto en el llamado “voto de opinión”, y las salidas se han reducido al mínimo, a cambio de entrevistas en los medios de comunicación. Una nueva estrategia que minimiza los errores. Eso sí, la discusión en las redes sociales sigue siendo intensa, unas veces con buenos razonamientos y otras, con insultos de todo tipo.
Hablando de respaldos, ambas campañas han sumado en los últimos días voces de diferentes sectores: artistas, escritores, economistas, voceros de causas ciudadanas, gremios, en fin, personajes reconocidos no solo de Colombia, sino del mundo, que no tienen color político ni representan partidos.
Así, por ejemplo, Petro recibió el apoyo a su causa del economista inglés Thomas Piketty, del filósofo y animalista australiano Peter Singer, del premio nobel de Literatura sudafricano John Maxwell Coetzee, del cantante argentino Piero, del periodista y escritor Alberto Salcedo Ramos, del periodista y sicólogo Sergio Ocampo Madrid, del escritor Mario Mendoza, de la escritora Laura Restrepo y de los columnistas Antonio Caballero, Rodrigo Uprimny, Daniel García-Peña y Salomón Kalmanovitz. En Twitter, el candidato les agradeció a todos y les dio la bienvenida a su Colombia Humana y a su proyecto de una “gran coalición por la paz”.
Por los lados de Duque, ayer la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), uno de los gremios más importantes del país, calificó su programa para el sector como “el mejor” y el “más coherente” con la ruralidad nacional. Y entre las voces que recientemente han expresado su respaldo al candidato del Centro Democrático están las de los cantantes Silvestre Dangond, Maluma, Jorge Celedón, Lucas Arnau y Pipe Bueno; la ex miss Universo Paulina Vega, el exboxeador Miguel Happy Lora, el tenista Mauricio Hadad, Martín Cochise Rodríguez y el rector de la Universidad Icesi, Francisco Piedrahíta. Ya en abril pasado había recibido el espaldarazo del premio nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa. Y ayer se encontró con la líder opositora venezolana María Corina Machado.
La premisa de Duque, lo ha dicho, es hacer coalición “con la ciudadanía, por la ciudadanía y para la ciudadanía”. De ahí que, frente a los respaldos que ha recibido últimamente de algunas fuerzas políticas, se ha apresurado a enfatizar que no están fundamentados en acuerdos clientelistas y burocráticos.
Como era de esperarse, los seguidores de uno y otro bando han aprovechado estas adhesiones para resaltar a su candidato y enfilar baterías en contra de su rival. Los de la Colombia Humana sacan pecho mostrando la “categoría” de quienes rodean a Petro: “Movimientos sociales, líderes territoriales, los activistas, los académicos, literatos, los actores, los premio nobel, economistas de talla mundial, el padre del animalismo, lo rodea la gente decente”, reza un trino que promueve la etiqueta #YoConfíoEnPetro. Y cuestionan los apoyos de Duque, calificándolos de banales y de poca trascendencia.
En respuesta, los simpatizantes del candidato uribista han promovido etiquetas en Twitter como #YoCreoEnDuque y #ElFuturoEsDeTodos, en las que lo destacan como un hombre que “no agrede, él soluciona; une, no divide, construye país, y dialoga con la comunidad”. Y así vamos a 11 días de la segunda y definitiva vuelta de la elección presidencial, con una campaña que se juega más en las redes sociales que en la plaza pública, donde el pulso parece ser entre antipretismo y antiuribismo, y la lucha ahora es por conquistar el voto de los indecisos que dejó la jornada del 27 de mayo.