La artista y gestora cultural nacida en Argentina y nacionalizada colombiana, que murió el sábado pasado de una afección renal, recibió así el tributo que ella quería para este momento. “Ella será recordada siempre como una de las grandes de Colombia”, aseguró el presidente Álvaro Uribe en un mensaje desde Atlanta (Estados Unidos), a donde viajó en visita oficial.
La nota fue leída por la ministra de Educación, Cecilia María Vélez, en medio de la interpretación de “El día que me quieras”, de Carlos Gardel, por el tenor colombiano Valeriano Lanchas.
Era el tango que “más le gustaba a ella”, según dijo previamente el artista lírico, que subió al escenario luego de que la Orquesta Filarmónica de Bogotá interpretara un movimiento sinfónico de marcha fúnebre de Ludwing van Beethoven y “Tangazo”, del compositor argentino Astor Piazzolla.
La velada fue cerrada por el músico y cantante colombiano César Mora con “Fanny”, canción de salsa compuesta por él en honor de la creadora de la Fundación Teatro Nacional, en 1978, y del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá (FITB, bienal), en 1988.
“Es la mayor reunión mundial del teatro”, sostuvo Uribe en su mensaje con motivo de los funerales de la artista, nacida en 1930 en Buenos Aires y que en 1959 llegó a Colombia, por Buenaventura, puerto sobre las costas del océano Pacífico, para radicarse en Cali, primero, y posteriormente en Bogotá.
El gobernante escribió que “hoy despedimos a (...) un ser excepcional, una gran mujer, una gran maestra, una gran actriz, una gran empresaria, pero sobre todo para los colombianos: una gran compatriota”. “Fanny Mikey era de tanto vigor, la veía uno a toda hora en el emprendimiento, en la iniciativa cultural, que uno pensaba a Fanny como un ser inmortal”.
Centenares de personas concurrieron a la Plaza de Bolívar para este homenaje, que comenzó tras la retirada del féretro del Salón Elíptico del Congreso, donde se le veló en cámara ardiente desde el domingo por la mañana. Los despojos mortales fueron luego trasladados hasta el Cementerio de Chapinero, en una funeraria seguida por sus compañeros y discípulos de aventura teatral, entre ellos del arte escénico de calle, por el que el FITB se ha hecho multitudinario.