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Teatro español, el gran invitado al Iberoamericano de Bogotá

Desde ya se pueden comprar los abonos del festival que tiene el lema ‘Únete a la fiesta, el festival es tuyo'.

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El Espectador
07 de octubre de 2009 - 03:27 p. m.
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Bajo el lema Únete a la Fiesta, el Festival es Tuyo, desde el 19 de marzo hasta el 4 de abril de 2010 se realizará la XII edición del Festival Iberoamericano de Bogotá, que esta vez contará con más de 60 compañías internacionales de 35 países diferentes, destacando la participación de Cataluña y Baleares como invitado especial.

Por eso, con el apoyo del Institut Ramon Llull programaron las obras de teatro, danza y circo, así como la música que representa a Cataluña y las Islas Baleares.

Entre ellas se encuentran Molts records per a Ivanov, una suerte de relectura contemporánea de Chéjov escrita por Albert Tolá y Pep Tosar, y dirigida por este último; La casa de Bernarda Alba de García Lorca, dirigida por el reconocido director Lluís Pascual, y Pantera Imperial, una obra cuyo protagonista es la música, dirigida e interpretada por el músico y compositor Carles Santos.

De igual forma, estarán presentes los textos de dramaturgos como Josep Pere Peyró, Josep M. Benet i Jornet y Jordi Casanovas a través de lecturas dramatizadas a cargo de actores colombianos, en una especie de intercambio cultural muy interesante que también incluye una gala de poesía en la cual se recitarán los versos de poetas como Josep Carner, Salvador Espriu y Blai Bonet, en la voz de actores consagrados como Vicky Peña y de su propio director, Mario Gas.

También se destaca la obra de teatro Cuttlas, de la compañía Produccions Essencials, en la cual se fusionan el bunraku (o teatro de marionetas japonés), el teatro de sombras y el teatro negro para que el pistolero más popular del cómic español de la tira cómica al teatro.
Por su parte, el famoso actor Sergi López deleitará con el monólogo teatral Non Solum, la Compañía Res de Res traerá un estreno pensado especialmente para la calle y la cantante Concha Buika llenará los oídos con su indescriptible voz.

La venta de abonos está abierta desde este 7 de octubre y hasta el próximo 31 de enero a través de Multimarketing Financiero Ltda, la nueva empresa encargada de la comercialización de la Tarjeta Primera Fila, pasaporte de entrada para todas las funciones y actividades del XII Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá.

Capos del teatro en Bogotá

Dentro de los personajes más esperados en el Festival Iberoamericano de Teatro 2010 se encuentra Bob Wilson. Este reconocido actor y director de teatro norteamericano viene con la obra La última cinta de Krapp, obra nada menos y nada más que escrita por Samuel Beckett, a quien le tomó doce años terminar esta pieza teatral en la que Krapp, interpretado magistralmente por el propio Wilson, cumple setenta años, decide ponerse a escuchar una suerte de archivo sonoro que ha recopilado para registrar anualmente un balance de de su vida, y encuentra una cinta que grabó en su cumpleaños número 39.

Entonces comienza un reencuentro con el personaje irónico, divertido y egocéntrico que fue en el pasado, en el cual revisa con nostalgia lo que hizo y lo que dejó de hacer. Change Performing Arts de Milán, la compañía con la cual Wilson montó esta obra, se ha caracterizado siempre por trabajar con personajes de su talla, como Peter Greenaway y Phillipe Glass.

Otra de las grandes personalidades que vendrá, como parte de la muestra de nuestro invitado especial, Cataluña y Baleares, en alianza con el Instituto Ramon Llull, es Carles Santos.

Si alguien merece ser llamado un artista integral, es este pianista y compositor, que además es guionista, actor, gráfico, escultor, fotógrafo y poeta. Santos presenta Pantera Imperial, una obra en la que la música es la protagonista central. Los bustos colgantes de Bach se mecen, los pianos recorren el espacio como si tuvieran vida propia, los músicos interpretan piezas clásicas a cuatro manos, un tenor canta cada vez que su cabeza sale del agua, una pianola mecánica expulsa a los actores fuera del escenario, piezas de madera caen ruidosamente sobre el piso y los actores, a manera de stamp, llevan el compás de la música con sus cuerpos.

Adaptaciones magistrales

Todo lo que plasmó Kafka sobre ese hombre que amanece convertido en un insecto enorme en su famosa Metamorfosis es llevado a las tablas con asombroso ingenio por el actor, mimo y gimnasta Bjorn Thors.

Desde otras latitudes viene una combinación de dos culturas con gran tradición teatral: la griega y la japonesa. ¿Cómo resulta la interpretación de la obra de teatro clásico Medea en manos de unas geishas de principios de siglo que sirven té un restaurante? La respuesta la tiene el reconocido director Satoshi Miyagi (miembro del grupo P4 conformado por él y otros tres grandes directores japoneses: Yukikazu Kano, Oriza Hirata y Masahiro Yasuda), que utiliza técnicas de teatro japonesas tradicionales para adaptar clásicos como este de Eurípides, en el que una mujer decide traicionar la confianza de su padre por amor y es traicionada, a su vez, por ese hombre que la abandona luego de que tienen dos hijos.

Australia, por su parte, nos trae una adaptación de El inspector, del famoso Nicolai Gogol, un gran exponente de humor negro de todos los tiempos. Pero lo más negro de esta puesta en escena es que John Bell, un gurú del teatro en su país y en el Reino Unido, dirige sólo dos actores que interpretan los diecinueve personajes que componen esta historia sobre el arribismo y la corrupción, dos males atemporales que en este caso aquejan a un pueblo lejano de Rusia cuando confunde la llegada de un oportunista con la de un supuesto inspector del gobierno.

Y aunque su nombre sea menos conocido que el de otros Premios Nobel de literatura, el autor judío norteamericano de origen polaco, Isaac Bashevis Singer, merecedor de dicho galardón en 1978, estará presente a través de la adaptación de una de sus obras que el Teatro Gesher de Israel ha sabido poner magistralmente en escena. Se trata de Enemigos: Una historia de amor.

En ella su personaje central, Herman, vive en el epicentro de un torbellino conformado por varios amores, reproches, lujuria, y egoísmo, después de perder a su familia en los campos de concentración nazi y rehacer su vida en Conney Island. La existencia atormentada de los personajes de esta historia, originalmente escrita en yiddish e inscrita dentro de las más profundas raíces judías, tiene algo de carácter tan universal, que conmueve a cualquier público sin importar credo ni costumbres.

Por El Espectador

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