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“La creación es pura libertad”: John Travolta

John Travolta celebra este año cuatro décadas de trayectoria en televisión y en cine. Para este actor, célebre por sus apariciones en “Fiebre de sábado por la noche”, “The experts” y “Pulp fiction”, el secreto está en hacer que los directores se enamoren de su trabajo.

Fabián W. Waintal
09 de mayo de 2016 - 02:20 a. m.
Cuando John Travolta había perdido la popularidad, le llegó la segunda nominación al Óscar, por la película “Pulp fiction”. / Cortesía
Cuando John Travolta había perdido la popularidad, le llegó la segunda nominación al Óscar, por la película “Pulp fiction”. / Cortesía

Este año se cumplen exactamente 40 años desde que John Travolta protagonizó el primer éxito en el cine, con la película Carrie, y es también una buena excusa para empezar a festejar los 40 años que cumplirá su primera nominación al Óscar con Fiebre de sábado por la noche, en el 2017, además del famoso musical de Grease, para el 2018. Tres clásicos del cine que sobrevivieron a las generaciones del VHS, el DVD y la más actual Netflix, con un actor que también supo conservar la fama a lo largo de toda su carrera.

¿Es un poco extraño el hecho de revivir cuarenta años de su vida en una pantalla de cine, con tantos éxitos en Hollywood?

Es algo que me da mucho orgullo, porque yo también logro separarme como persona y actor. Puedo ser muy buen espectador para muchas de mis películas.

¿Cuál fue la película que marcó el mayor cambio en su vida?

Ah, Fiebre de sábado por la noche, porque fue la primera nominación al Óscar. En aquel momento había firmado contrato para hacer tres películas: Fiebre de sábado por la noche, Grease y Urban cowboy, mientras en televisión estaba haciendo la comedia Welcome back Kotter. Era la primera vez que pasaba algo así, con un actor de televisión, con una popularidad incluso mucho más rápida que las de Clint Eastwood o Steve McQueen. Pero el éxito fue algo inesperado, que llegó al mundo entero como una tormenta. Después, vino el reconocimiento del Óscar… y supongo que cambió todo para mí y el cine también. Fue justo después de Mean streets o las películas de Scorsese, pero mucho más comercial.

¿Se puede comparar su fama de aquel entonces entre los adolescentes con la locura que hoy se vive por ejemplo con Justin Bieber?

Yo siempre me comprometí con la actuación, toda mi vida. Mi mánager también era muy serio con mi carrera. En aquel entonces, todo lo que importaba era conseguir buenos trabajos para ser el mejor actor de cine. Por eso nunca le presté atención al fenómeno adolescente. Para mí, era más importante la visión de los personajes que podía llegar a interpretar, mucho más que la fama.

¿Pero cómo reaccionaban los fans en aquel entonces, sin Facebook, Twitter o Youtube?

La gente se aparecía en mi casa o incluso adentro de un armario. Sí. Era una época diferente. Solamente en televisión, me veían 40 millones de personas por semana y el cine fue una explosión global, donde había muchos menos de nosotros con ese estilo de popularidad.

¿Cuál fue la mejor lección que aprendió de su madre, como maestra de teatro?

Ella era de la escuela de actuación que enseña a creer en los personajes, asumiendo la realidad. Enseñaba a construir un personaje en la forma que sintieras que podías construirlo. Y a mí me encantaba buscar los atributos de cada rol, imaginando cómo caminan, cómo hablan, cómo se ven y cómo piensan. Así me gustó siempre construirlos. Y dependiendo del personaje, siempre lo construí de una forma diferente.

¿Y sus hermanas también eran actrices?

Sí. Mis hermanas se ganaban la vida con el teatro de Broadway. Y yo tenía doce años cuando empecé con la actuación y me uní al grupo. Éramos una familia del espectáculo. Mis hermanas actuaron con más de diez estrellas del momento y era algo común tener gente famosa en casa, todo el tiempo. Era muy diferente, todo.

Su esposa, Kelly Preston contó que lo conoció cuando ella estaba haciendo un casting para la película “The experts”, ¿Cuál fue su reacción en aquel entonces?

Para empezar, mi esposa (Kelly Preston) es la mujer más hermosa del mundo. Y fue amor a primera vista. El problema es que al principio ella estaba casada (con el primer esposo, Kevin Gage) y nos tomó algunos años cruzarnos. Pero lo logramos. Ella tuvo una excelente prueba ante cámara y realmente se merecía el rol. Supongo que nos enamoramos durante esa película, pero teníamos un tema fuera de nuestro control. Entonces fuimos muy respetuosos de la situación y esperamos el tiempo apropiado.

Además de ser la copiloto de su vida, ¿alguna vez dejó que ella volara alguno de sus aviones?

Ella es maravillosa como asistente de vuelo y todo lo que ello implica. Incluso antes de estar juntos, cuando yo era jovencito solía pretender que tenía mi propio avión y a mis amigas de la cuadra las hacía vestirse con el uniforme de girl scout para pretender que eran azafatas. No cambié en nada (risas). Yo tenía 30 años cuando le pedí a Kelly Preston que se vistiera de azafata para invitarla a volar en avión. Y fue muy pero muy efectivo (vuelve a reír). Kelly me impresionó muchísimo. Hace poco, como regalo, le edité un video de sus actuaciones y cada una de ellas era realmente impresionante. Cambia por completo con cada actuación. Es una actriz de verdad.Cuando todos creían que John Travolta había perdido la popularidad, llegó la segunda nominación al Óscar y la película Pulp piction, marcó la segunda etapa de éxitos en su carrera. Apenas había cobrado 150.000 dólares por interpretar aquel rol de Vincent Vega, pero terminó ganando nada menos que 32 millones de dólares con las siguientes películas: Get shorty, Broken arrow, Phenomenon y Michael, además de otros 40 millones con la acción de Face/off y Mad city. Muy pocos lo saben, pero él también estuvo detrás de la voz original del dibujo animado de Disney Bolt, además de haber cantado con Miley Cyrus en la canción nominada de la misma película I Thought I lost you. Con la esposa Kelly Preston y la hija Ella Bleu también protagonizó la película Old dogs, antes de filmar Savages con Oliver Stone y Salma Hayek. Y después de 40 años, aceptó el desafío de volver a la TV con la miniserie American crime story, para contar en diez capítulos la historia real del juicio de OJ Simpson, detrás del rol del abogado Robert Shapiro.

¿Volver a la televisión con la miniserie sobre la historia de OJ Simpson fue una buena forma de homenajear el principio de su fama en ese medio?

Me sorprendió muchísimo que me lo ofrecieran, pero me imaginé en ese personaje, como actor. Me siento mucho más cómodo en esa clase de actuación, donde tengo que cambiar bastante. Y cuando el director Murphy Ryan me ofreció el rol del abogado defensor Robert Shapiro, me tomé varios meses en considerarlo. Lo pensé, lo evalué y recién cuando ordené todas las piezas del rompecabezas, decidí que podía buscar la forma de interpretarlo y cuando acepté, el verdadero Robert Shapiro me escribió una hermosa carta diciendo lo emocionado que estaba por representarlo.

¿Y sus otros personajes? ¿Cuál es el que recuerda más la gente cuando se lo encuentra en la calle?

Grease fue otro fenómeno global. Todavía hay gente que paga 275 dólares para cantar vestidos como aquella época, durante la proyección especial en el Hollywood Bowl. Claramente es la película más popular de todas, pero cada una de ellas tuvo un momento especial para todos.

Entre las nominaciones al Óscar de “Fiebre de sábado por la noche” y “Pulp fiction” pasaron más de quince años ¿Cómo fue aquel primer encuentro con Quentin Tarantino?

En realidad, él me había ofrecido la película de vampiros From dusk till dawn además de Pulp fiction, pero yo no soy un gran amante de los vampiros. No me interesaba esa película y él se sorprendió por completo. Le dije que la otra me parecía mucho más interesante, como actor, para mí. Y después, supongo que él también decidió que ese tenía que ser el rol para mí. Así nos pusimos de acuerdo.

¿“Pulp fiction” también cambió su carrera por completo?

¡Mi Dios! Cambió todo, porque empezó con una nominación al Óscar que no solo me permitió vivir esa experiencia por segunda vez, también abrió la puerta para darme prioridad en los mejores guiones que ofrecían en ese momento. Fue una forma maravillosa de recuperar la visión de la carrera que yo había imaginado siempre. Por eso, Pulp fiction fue tan importante.

¿Qué otros directores diría que lo tocaron con una varita mágica?

Hay varias respuestas para esa pregunta. Quentin Tarantino, seguro. Robert Altman, también. Y Brian de Palma también me dio la primera oportunidad, primero con Carrie y después con Blowout, que fue una película que también significó mucho para mí. Y Tony Scott es uno de los mejores directores con los que trabajé. El punto en común que todos tuvieron es la confianza que tenían en mí. Los mejores directores siempre confiaron en mí, asumiendo que soy buen actor para brindarles lo que ellos necesitaban. Eso me encanta. Todos esos directores son maravillosos.

¿Cuál fue el mejor consejo que recibió?

Los dos mejores consejos me los dio Marlon Brando. Fue un muy buen amigo mío durante los últimos cinco años de su vida y tuve la suerte de pasar mucho tiempo con él. Y uno de los consejos fue profesional, diciendo que nunca hiciera una película donde el director no estuviese realmente enamorado de mí, porque no suele funcionar. Y tenía razón, cuando lo veo en retrospectiva, porque las mejores actuaciones que tuve fueron con directores que estaban fascinados conmigo (risas).

¿Cuál fue el segundo consejo de Marlon Brando?

Me dio otro consejo personal, diciéndome que no busque en las personas lo que no tienen ni pueden darme. Y fue como si Dios me hubiera hablado, porque era lo que yo siempre esperé de la gente, toda mi vida, hasta ese momento. Fue una lección muy personal que cambió mi vida aquel día.

¿Qué consejos les da hoy a quienes recién empiezan en la actuación?

Básicamente, creo que los que tienen alma de actor no tienen otra elección que actuar. De verdad creo que no tienen elección. Lo harán en algún teatro comunitario, en alguna obra de teatro de verano, en cine o alguna publicidad. Los que tienen esa pasión, van a actuar sin importar al final del día cómo lo hagan, pero lo van a hacer. Eso es lo que yo sugiero. Que sigan haciéndolo y disfruten lo más que puedan, improvisando con amigos un par de horas, tal cual como si fuera una película de verdad. La creación es pura libertad. No trates tampoco de controlar demasiado la pasión, fíjate bien lo que buscas, pero no hay que olvidarse de disfrutarlo todo. El arte de vivir es tan importante como el arte que uno busca como artista.

 

Por Fabián W. Waintal

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