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A los cuatro integrantes de Carranga Kids los recibieron como héroes. Los subieron a uno de los dos camiones que el Cuerpo de Bomberos de Pamplona, Norte de Santander, tiene a su disposición. El recorrido fue del peaje de Pamplonita hasta la plaza central del municipio, un paseo de unos quince minutos que acompañaron cerca de 10.000 personas.
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“Fue muy lindo y emocionante el recibimiento porque había mucha gente. Cantamos, interactuamos, nos abrazaron y nos aplaudieron”, dijo Sara. Jerónimo aseguró que “hubo gente gritando y felicitándonos” y a Esteban le sorprendió que “las niñas corearan su nombre. Wilson Contreras, padre de Sara, dice que “hubo tantos niños que algunos no alcanzaron a tomarse fotos”.
Luego los subieron a una tarima en la Plaza Central y cuando el animador preguntó “¿quién suena?”, el público gritó, al unísono, “Carranga Kids”. Ese fue el sello de la agrupación durante todo el programa. Fue un invento del padre de Sara, quien también estuvo detrás del recibimiento y del grupo y quien ha estado gestándolo desde hace cuatro años. Desde entonces había tenido la idea de presentarse en La Voz Kids.
Al principio, el grupo estaba conformado por Sara y unos gemelos, quienes invitaron a Jerónimo, aunque luego ellos no siguieron. “Habíamos pensado en ingresar al programa, peros los papás de ellos no querían. Con los otros padres llegamos a un consenso”. De ahí quedaron Juanjo, a quien Wilson le enseñó a tocar la guacharaca, y Esteban, que fue descubierto por el mismo Wilson en un concurso.
“Estamos felices, con un panorama sin explorar y un poco de miedo. Ellos tienen que seguir viviendo su niñez, no les vamos a quitar la parte más importante de la vida. Vamos a su ritmo y seguiremos pendientes de sus clases y presentaciones”, expresó Wilson, quien ha sido la pieza no visible, pero fundamental en la carrera de los niños. “El objetivo es hacer un grupo profesional, que no tenga que ir a mendigar a pueblos, sino que sean estrellas de la música carranguera”.
En su colección de recuerdos, los niños tienen tres muy vívidos: cuando los entrenadores presionaron el botón al mismo tiempo en las audiciones a ciegas, cuando los llevaron a la mina de sal y cuando fueron los elegidos por el público en la final. Sin embargo, dice Juanjo, lo que más agradece es que pudo hacer amigos.
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¿Qué cambios sintieron desde el inicio hasta el final del programa?
Jero: Los sueños que cumplí. Cambió que antes no me saludaba la gente, no me prestaban atención y ahora me saluda todo el mundo.
Sara: La verdad fue un sueño cumplido porque yo veía a los niños que iban a La Voz Kids, por ejemplo, La Carranguerita. Siempre que venía del colegio me ponía a hacer juiciosa las tareas para poder ver el programa.
¿Cuál fue el mayor aprendizaje?
Wilson (papá de Sara): Hubo mejoras en la técnica porque cambiaron el ritmo de ensayo. Pasaron de ensayar unos días a la semana a practicar casi todos los días. El manejo del público cambió muchísimo porque tenían que estar pendientes de las cámaras, la sonrisa y demás. Ese fue el mayor cambio: la actitud en el escenario.
¿Cuál fue el factor diferencial para ganar el concurso?
Wilson (papá de Sara): En las últimas fases todos los niños eran muy buenos, pero yo creo que la actitud, más que lo musical. Se ganaron al público. Nosotros nunca presentamos historias tristes ni tratamos de conmover de esa manera, siempre presentamos nuestra música de la manera jocosa con coreografías y demás.
El premio fue de $150 millones, que podrán gastar en educación. Sara está en octavo grado y quiere estudiar Odontología sin dejar su carrera musical. Juanjo está en cuarto grado, quiere ser músico y médico, como su papá. Esteban quiere estudiar Ingeniería de Sonido e “interpretar la música para toda la vida”. Jerónimo quiere estudiar Música. Le encanta la percusión. “Es lo que amo”.
Con la producción de Universal Music, esperan hacer fusiones y dicen que se proyectan algunas colaboraciones musicales con Los Carramones, los Titanes de la Carranga y hasta con su entrenador Andrés Cepeda, a quien calificaron como una persona “cariñosa, bonita y tierna”.
Ahora todos están contentos y a la expectativa de lo que les deparará su futuro. Ya fueron recibidos como héroes y su mánager Wilson Contreras seguirá trabajando por la agrupación y para que la carranga sea un ritmo musical que se escuche en todo el país. Tienen ya la ruta para hacerlo, luego de llevarse el premio y que la carranga sea, como dice Juanjo, un ritmo que “hace a las personas bailar, cantar, disfrutar y divertirse”.
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