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La mirada de un colombiano del sindicato de guionistas

Felipe Torres Medina trabaja en el sector audiovisual en Estados Unidos como guionista del programa de entrevistas “The Late Show with Stephen Colbert”. Es uno de los 11 mil integrantes del sindicato “Writers Guild of America”.

Sarah Gutiérrez
29 de julio de 2023 - 12:07 a. m.
Felipe Torres Medina este año se llevó su quinta nominación en los Premios Emmy por su trabajo en "The Late Show with Stephen Colbert". / Mindy Tucker.
Felipe Torres Medina este año se llevó su quinta nominación en los Premios Emmy por su trabajo en "The Late Show with Stephen Colbert". / Mindy Tucker.

Desde el 13 de julio la industria audiovisual de Hollywood está paralizada por cuenta de la huelga que inició el sindicato de guionistas, y a la que se sumó el poderoso sindicato de actores SAG-AFTRA. Es un reclamo sin precedentes. Es la primera vez en 60 años que ambos grupos se unen para hacer sus demandas. Las relaciones se rompieron definitivamente en mayo, cuando los guionistas y la Alianza de Productores de Cine y Televisión no lograron ponerse de acuerdo tras seis semanas de negociaciones. El gremio manifiesta su preocupación ante el creciente uso de Inteligencias Artificiales (IA) en las producciones y pide un mayor porcentaje salarial en las ganancias residuales que se obtienen cada vez que una serie o película es retransmitida.

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El bogotano Felipe Torres Medina es escritor en uno de los ‘talk shows’ más populares de Estados Unidos, “The Late Show with Stephen Colbert”, programa que ha sido nominado en cinco ocasiones a los Premios Emmy, un reconocimiento a lo mejor de la televisión norteamericana. “Hasta el momento creo que soy el colombiano con más nominaciones”, dice Torres Medina en entrevista para El Espectador. Nació en Bogotá, cursó el bachillerato en el Colegio San Carlos y estudió Literatura en la Universidad de los Andes, donde se gradúo en 2013. Soñó con trabajar desde la creatividad y la escritura. Así llegó a la Universidad de Boston, en Estados Unidos, a estudiar una maestría en guion cinematográfico y de televisión. “Me mudé a Nueva York porque aquí o en Los Ángeles es donde están el 90 % de las grandes producciones”.

Se preparó para hacer comedia. Le gustaba el formato de los ‘talk shows’ al estilo de “Saturday Night Live”, e integró grupos de improvisación con actores en el teatro Second City de Chicago. Empezó a escribir algunos bocetos mientras trabajaba en publicidad y llegó a escribir columnas para BuzzFeed, Romper/Bustle y The Newyorker. De a poco y con participación en pequeños ‘shows’ se fue adentrando en la escena televisiva estadounidense. “En estos formatos de ‘late show’ es muy común que te inviten a participar como escritor, así que envié varios textos y llegué al show de Stephen Colbert. Llevo cuatro años trabajando ahí. Ha sido una experiencia gratificante”, señaló el guionista.

El paro que ha llevado a que el gremio de guionistas y actores de Hollywood se unieran es un hecho que no se veía desde 1960, cuando la llegada de la televisión llevó a las productoras a establecer el sistema de regalías o residuales, como se le llama técnicamente. El streaming se presentó como un caballo de Troya. En un inicio no representó un reto para el mercado, pero en los 2000, el monstruo enseñó sus cabezas. “Cuando se negociaron los residuales por primera vez en 2007, las ganancias eran bajitas para el streaming, porque antes consistía en colgar una parte de un capítulo en una página web. Ahora, todo se hace para las plataformas”.

Según el Acuerdo Básico Mínimo (MBA), que es el convenio de negociación colectiva que cubre los beneficios, derechos y protecciones para la mayor parte del trabajo realizado por los miembros del Sindicato de Guionistas (WGA), se menciona cuáles son los porcentajes que estaban vigentes hasta el último trato que se había negociado con la AMPTP antes de la huelga. Cada tres años, los tres grandes sindicatos de Hollywood, actores (SAG – AFTRA), guionistas (WGA) y directores (DGA) se reúnen con los representantes de las productoras, la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) para renegociar sus contratos y “definir las condiciones y porcentajes de pagos que recibirán las personas que hagan parte de esta industria creativa en Estados Unidos, dependiendo de la forma en la que vaya evolucionando”, afirma Rolling Stone.

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Estas negociaciones, usualmente toman de cuatro a seis semanas, dependiendo de lo que se esté exigiendo por cada parte, y así como menciona Torres Medina, suele ser “muy complejo”, ya que en el caso de los guionistas, no se calculan los porcentajes por igual, porque no es lo mismo escribir para una serie dramática de 40 a 60 minutos que se transmite cada semana, a libretear los monólogos que puede hacer un presentador como Jimmy Fallon o Stephen Colbert en sus ‘talk shows’ de lunes a viernes y que tienen una duración de 60 minutos.

Según el MBA, los escritores de programas de entrevistas que incluyen representaciones actuadas de comedia, o ‘sketch’, son contratados como “agregados”, refiriéndose a que “se emplean como un grupo para trabajar por un período específico, o por programa”. A partir de esto, cada caso se mira desde “la fecha en la que se fue contratado, cuántos escritores están en el equipo, la duración del programa con el guion y la frecuencia con la que se ejecuta el programa”, si es una vez o más por semana, y se define la base de su salario residual. Esta base va en aumento dependiendo del contrato que cada uno de los escritores involucrados haya tenido con la productora directamente, donde influye en el porcentaje del salario, el tiempo de experiencia, estudios, y demás. “Cada persona que trabaje como escritor en el medio (cine y televisión), se debe unir al Sindicato de Guionistas después de un tiempo y unas ganancias determinadas. Cuando cumples con los requisitos, empiezas a pagar un porcentaje que se va directo a tu pensión y servicio de salud”, agrega.

Desde que se inició la huelga, ya hace más de 80 días, Felipe Torres Medina y su esposa, que también hace parte del sindicato, trabajan haciendo textos para agencias de publicidad. De esta forma sostienen la economía del hogar. “Una huelga no era lo que esperábamos, pero presentimos que iba a pasar, así que guardamos un fondo en caso de que se hiciera realidad”. El panorama se ve poco alentador. Mientras guionistas e intérpretes se encuentran en las calles exigiendo sus derechos, algunos de los directores ejecutivos de estas megaempresas afirman que sus solicitudes son “poco realistas”, como mencionó Bob Iger, CEO de Disney, un día después de que Fran Drescher, presidenta del sindicato de actores, llamara a todos a unirse a la huelga. Esta semana se conoció que a pesar de la batalla a la que se enfrentan productoras y creativos, Netflix ofrece un puesto de trabajo para un desarrollador de Inteligencia Artificial (IA), el cual ganaría US $ 900 mil al año. En el sector artístico se temen los reemplazos generalizados. Los guionistas están alertas porque con la IA se pueden hacer textos indiscriminadamente y los actores rechazan la creación de personajes con tecnologías. “Dudo que un chatbot esté a la altura de hacer un guion original como Barbie u Oppenhaimer (…). Ojalá las productoras se den cuenta de que lo que le importa al público es ver un material innovador”.

Sarah Gutiérrez

Por Sarah Gutiérrez

Periodista de entretenimiento. Interés por la música, la cultura, la música, los libros y el cine.sgutierrez@elespectador.com

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