La Mirilla
Hoy quiero referirme especialmente y destacar a Teresa Saldarriaga, una de las pioneras del cine colombiano y de la realización audiovisual. Ha dirigido y producido cine y televisión durante más de 45 años. Se ha dedicado y especializado en la tv. pública con énfasis en contenidos sociales, culturales y DDHH. Aborda estas temáticas desde el documental, argumental y la reconstrucción histórica. Cuenta con tres películas mediometrajes que han ganado varios premios a nivel nacional y un buen número de documentales que le han valido reconocimiento internacional, como el Festival de Derechos Humanos de Buenos Aires, Casa de América en Madrid, Festival de Cine Africano en Tarifa y Festival Latinoamérica de Trieste.
En la actualidad, Teresa es la Vicepresidenta de la Sociedad Colombiana de Gestión Directores Audiovisuales (DASC) y Directora de AGESTAR Asociación de Productores Audiovisuales.
Teresa se ha dedicado a ser narradora de historias nuestras. A lo largo de su extensa trayectoria, escogió resaltar la labor y el desempeño de la mujer colombiana en diferentes épocas, y cuenta cómo descubrió a la heroína: “La vida de Simona Amaya, mujer de Paya Boyacá, la encontré durante la investigación que estaba haciendo sobre mujeres anónimas de la historia nacional en 1997. Duré 22 años con la idea de poder llevarla al cine. Esta mujer me fascinó porque era una auxiliadora de los patriotas, como la mayoría de las campesinas de la época”. Añade: “Realmente la historia y los colombianos estamos en deuda con esta gran cantidad de mujeres que lucharon por nuestra independencia, porque fueron muchas las que desde diferentes frentes lo hicieron, como lo muestra la película.” Y agrega: “Nos sentimos muy contentos todo el equipo, porque logramos poner en el imaginario nacional el nombre y rostros de estas mujeres olvidadas, y sobre todo en esta época de celebración patria.”
Puedo decir que esperar y construir un proyecto cinematográfico durante veinte y dos años, demuestra una perseverancia y persistencia tenaz. Solo quien está convencido, ama y honra su pasión, es decir su profesión, lo logra. ¡Felicitaciones por eso además!
Quiero decir, sin que me cueste, que estas mujeres realizadoras, que han sembrado en el cine la semilla femenina son un referente y orgullo, gracias a todas ellas.
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Hoy, 40 años o más después de su primera realización, celebra -como bien lo dice a carcajada limpia- estrenando su ópera prima: “Simona Amaya, vivir o morir por la libertad”. Conmemora a los 70 años Teresa finalmente haciendo su largometraje, razón de sobra para festejar. La incansable Teresa nos sorprende con una sencilla y sensible historia que, además de refrescarnos la memoria con respecto a lo que ha sido el desarrollo y las luchas del pueblo colombiano por lograr la independencia, un equilibrio, una justicia, nos da a conocer la vida de una joven mujer comprometida al punto de sacrificar su condición femenina y camuflarse en una identidad masculina, de dar su vida por la causa, de amar sin condición con ilusión y sin esperanza, de abandonarlo todo por la libertad de su pueblo.
El mérito de esta narración, aparte de todo lo que podemos apreciar en materia de realización de la película, es el sentimiento que acompaña a la directora, como ella misma lo expresa desde siempre, es ese propósito y deseo de visibilizar heroínas de nuestra patria que desconocemos o a las que no se les ha dado el mérito y el reconocimiento suficientes.
En primer lugar, hay que subrayar la juiciosa investigación que evidente hay detrás del guion, sustentando este impecable desarrollo hasta el desenlace en la batalla del pantano de Vargas, relato en manos de Idania Velásquez Luna y Teresa Saldarriaga.
Tenemos pues una película hecha por mujeres. “Simona Amaya” transcurre en la época de la lucha por la independencia, entre batalla y batalla, va de pueblo en pueblo, lo que nos regala gran riqueza de paisajes de nuestra hermosa tierra. Se desarrolla en el altiplano Cundiboyacense, escenarios naturales llenos de cascadas, montañas, páramos y el luminoso cielo azul andino. Apreciamos Monguí, Paya, Tasco, Tutazá, Socha viejo. Teresa quiere mostrar su película en las regiones protagonistas, recorrer los caminos andados por la gesta libertadora, difundirla en escuelas, colegios y universidades de todo el país.
Las necesidades de producción saltan a la vista; es una película de época, con muchos actores y figuras importantes de la actuación, con extras, armamento, toldas y caballos. Efectos especiales. Una producción que demanda empeño, precisión y mucho esfuerzo tanto a nivel humano como económico. Sin embargo, es grandioso ver cómo de manera sobria, sin excederse, logra contar y hacer creíble una historia real, recrearla y conmovernos, tocar esa fibra que genera el amor imposible y el sacrificio de una muchachita muy joven que tiene convicciones y compromisos claros. Un personaje construido a partir de un referente lejano pero que se compone de sentimientos ideales, de cualquier mujer del ayer y de hoy.
Camila Suárez es Simona Amaya, una actriz joven que reúne muchas condiciones que dan por resultado un trabajo creíble, convincente y conmovedor. La acompaña Alejandro Gómez, interpretando al Coronel Antonio Arredondo del batallón Cazadores, militar independentista, que logra con su actuación darle credibilidad a su personaje y humaniza al guerrero; además, encanta con el canto del enamorado Arredondo, que sin precisarlo vaticina un final. Estos actores están rodeados de un reconocido y buen reparto, actores de trayectoria como Constanza Gutiérrez, la tía acomodada al sol que más le alumbre, Gerardo Calero, Jairo Soto interpretando al sacerdote característico, Juan Sebastián Calero, Armando Gutiérrez, por mencionar solo algunos. Puedo decir que complacen con su intervención, como lo han hecho durante muchísimos años en la pantalla nacional, chica o grande.
Indispensable el arte para recrear la época y darle credibilidad a esta historia, esto corre por cuenta de la misma Constanza Gutiérrez, -la negra-, quien se ha desempeñado durante muchísimos años en este campo y que logra un trabajo impecable y veraz.
Suena música que ambienta la época, en la banda sonora se siente un trabajo dedicado, para cautivar al público a través de estas notas. Subraya la acción y despierta emociones también.
Toda esta atmósfera solo se logra con el buen ojo detrás y al frente de la imagen, en este caso del destacado fotógrafo Fernando Laverde.
No puedo dejar de repetir apartes textuales de la apreciación del reconocido Victor Gaviria que dice: “Agradecido de que veamos la gesta libertadora desde otro punto de vista, desde el punto de vista de las mujeres y del pueblo... porque siempre hemos estado acostumbrados a ver la historia desde la óptica de las élites, siempre militares, hombres, ahora es el pueblo el que narra la historia.
La gente en esas casas aisladas en las montañas, toda la reconstrucción popular de esa cultura, la del pueblo y cómo la guerra, cómo la crueldad y la violencia caen siempre sobre la gente más humilde, entonces uno entiende porqué surge esa insurrección de una mujer; de mujeres, y es porque han sido perseguidas, asesinadas, así es que uno realmente sabe el compromiso de estas mujeres con la libertad.
Al mismo tiempo, incluso los mismos generales, los libertadores Santander, Arredondo, están vistos de una manera muy distinta, solo como una mujer los puede ver.. Tanto la directora como Simona, el personaje.
Agradezco mucho a Teresa que dé otro punto de vista de la independencia, más conmovedora, más popular.”
Después de estas palabras, solo me resta firmar debajo del maestro Victor Gaviria.