Una madre que no conoce fronteras
Se reparte entre dos o más trabajos. Los que logre conseguir y le alcancen para sostener los gastos de ella y su hijo. Se transporta en bicicleta y en la noche llega rendida. Sin aliento. El domingo, único día que tiene para descansar, debe usarlo ayudando a hacer las tareas de su hijo. Ligdabeth Zerpa, es una de las miles de venezolanas en busca de un lugar en el que pueda conseguir más recursos. Es inofensiva. Por fortuna, son más los colombianos solidarios y conscientes de la situación de familias como la de ella. Cuenta con apoyo y lo encontró en este país.