A Edwin Garrido lo salvó el gimnasio

Hace tres años usted lanzó su línea de ropa, pero apenas ahora sus productos llegan a Colombia, ¿por qué?

Hace tres años hice el lanzamiento en Miami y allí les llegué a todas las colonias latinas y a mucha gente que se identificaba con mi estilo. En esa oportunidad agoté existencias y ahora vuelvo con una nueva colección, integrada por cuatro diseños de ropa interior masculina. Lo que más me interesa es mostrar la versatilidad de las prendas sin olvidarme de los diseños atrevidos.

¿Los gustos en materia de ropa interior masculina o prendas deportivas son distintos dentro y fuera de Colombia?

A raíz de lo que pasó hace tres años en Miami, lo que pude identificar es que los hombres que están radicados fuera de Colombia son más intrépidos que los que habitan nuestras ciudades. Ahora estamos empezando en el mercado nacional y la aceptación ha sido muy buena por fortuna.

Son cuatro diseños, ¿cómo fueron creadas esas prendas?

Con mi socia Linda Villarraga miramos mucho qué era lo que se estaba consumiendo en materia de ropa interior masculina. Esa exploración me sirvió para establecer qué tipo de prendas me gustaría portar a mí. Hice varias pruebas con los cortes, porque yo soy el primero que se mide las piezas para saber cómo se puede sentir uno. Me encantó el diseño, las prendas quedaron muy funcionales y tomé la decisión de salir al mercado nacional.

Usted es un preparador físico reconocido y tiene trayectoria como actor, ¿cuándo se dio cuenta de que podía ser un empresario también?

Siempre me ha gustado tener proyectos propios. Desde niño he sido negociante y gracias a eso siempre he tenido mis propios ingresos. Tengo mi grupo de teatro y desde hace muchos años un gimnasio en Barranquilla, mi ciudad, así que me propusieron sacar mi propia línea de ropa y acepté el reto. Ahora estoy próximo a lanzar prendas deportivas con la marca Garridomen.

¿Cómo fue su infancia en Barranquilla?

Mi infancia fue en el barrio 20 de Julio, en el sur de Barranquilla. Mi mamá vendía sopas y mi papá tenía un estadero, del que yo era mesero. Jugué fútbol, pero luego me incliné por los juegos electrónicos y de ahí llegó la vida desordenada hasta que encontré el gimnasio, que me salvó la vida. El gimnasio me sacó del camino que no era.

¿Cómo apareció el gimnasio en su vida?

El gimnasio fue el resultado del bullying del que fui víctima. Yo medía 1,85 y pesaba 48 kilos. Era muy flaco por la mala vida que llevaba. Incluso mi novia tenía los brazos más gruesos que los míos. En una oportunidad hablé con un entrenador de un gimnasio y así empecé a aficionarme por eso. Yo estudiaba Ingeniería en la tarde, así que me tocaba estar en el gimnasio toda la mañana y parte de la noche. Me enamoré de la Educación Física.

¿Cómo llegó a ser Mister Colombia?

Fue un proceso extraño. A los 17 años empecé a entrenar en forma y me llamaban para ser modelo en centros comerciales. Gané varios concursos en ese ámbito y alguien fue a hacerme la propuesta para participar en ese evento, después de competir como fisicoculturista durante mucho tiempo. Me patrocinaron todo y me inscribí en 2011, cuando quedé como Mister Colombia.

Se presentó cuatro veces al “reality” “Protagonistas de novela”, ¿por qué?

Yo nunca veía el programa, pero sí tenía claro qué era lo que pasaba con la gente que participaba ahí. Hice cuatro veces la fila sin decirle a nadie para que no me molestaran mis amigos. Las primeras veces me dijeron que no quedaba porque era muy niño. Insistí hasta que me escogieron y gané ese reality.

¿Qué proyectos tiene?

Ahora participo en una obra de teatro que se llama Casting, en Cabaret (en Bogotá), y también estoy en la serie Presos en el extranjero, de Natgeo. Me estoy moviendo muy bien con mi marca de ropa y pronto voy a lanzar productos de nutrición con mi nombre.

Hace tres años usted lanzó su línea de ropa, pero apenas ahora sus productos llegan a Colombia, ¿por qué?

Hace tres años hice el lanzamiento en Miami y allí les llegué a todas las colonias latinas y a mucha gente que se identificaba con mi estilo. En esa oportunidad agoté existencias y ahora vuelvo con una nueva colección, integrada por cuatro diseños de ropa interior masculina. Lo que más me interesa es mostrar la versatilidad de las prendas sin olvidarme de los diseños atrevidos.

¿Los gustos en materia de ropa interior masculina o prendas deportivas son distintos dentro y fuera de Colombia?

A raíz de lo que pasó hace tres años en Miami, lo que pude identificar es que los hombres que están radicados fuera de Colombia son más intrépidos que los que habitan nuestras ciudades. Ahora estamos empezando en el mercado nacional y la aceptación ha sido muy buena por fortuna.

Son cuatro diseños, ¿cómo fueron creadas esas prendas?

Con mi socia Linda Villarraga miramos mucho qué era lo que se estaba consumiendo en materia de ropa interior masculina. Esa exploración me sirvió para establecer qué tipo de prendas me gustaría portar a mí. Hice varias pruebas con los cortes, porque yo soy el primero que se mide las piezas para saber cómo se puede sentir uno. Me encantó el diseño, las prendas quedaron muy funcionales y tomé la decisión de salir al mercado nacional.

Usted es un preparador físico reconocido y tiene trayectoria como actor, ¿cuándo se dio cuenta de que podía ser un empresario también?

Siempre me ha gustado tener proyectos propios. Desde niño he sido negociante y gracias a eso siempre he tenido mis propios ingresos. Tengo mi grupo de teatro y desde hace muchos años un gimnasio en Barranquilla, mi ciudad, así que me propusieron sacar mi propia línea de ropa y acepté el reto. Ahora estoy próximo a lanzar prendas deportivas con la marca Garridomen.

¿Cómo fue su infancia en Barranquilla?

Mi infancia fue en el barrio 20 de Julio, en el sur de Barranquilla. Mi mamá vendía sopas y mi papá tenía un estadero, del que yo era mesero. Jugué fútbol, pero luego me incliné por los juegos electrónicos y de ahí llegó la vida desordenada hasta que encontré el gimnasio, que me salvó la vida. El gimnasio me sacó del camino que no era.

¿Cómo apareció el gimnasio en su vida?

El gimnasio fue el resultado del bullying del que fui víctima. Yo medía 1,85 y pesaba 48 kilos. Era muy flaco por la mala vida que llevaba. Incluso mi novia tenía los brazos más gruesos que los míos. En una oportunidad hablé con un entrenador de un gimnasio y así empecé a aficionarme por eso. Yo estudiaba Ingeniería en la tarde, así que me tocaba estar en el gimnasio toda la mañana y parte de la noche. Me enamoré de la Educación Física.

¿Cómo llegó a ser Mister Colombia?

Fue un proceso extraño. A los 17 años empecé a entrenar en forma y me llamaban para ser modelo en centros comerciales. Gané varios concursos en ese ámbito y alguien fue a hacerme la propuesta para participar en ese evento, después de competir como fisicoculturista durante mucho tiempo. Me patrocinaron todo y me inscribí en 2011, cuando quedé como Mister Colombia.

Se presentó cuatro veces al “reality” “Protagonistas de novela”, ¿por qué?

Yo nunca veía el programa, pero sí tenía claro qué era lo que pasaba con la gente que participaba ahí. Hice cuatro veces la fila sin decirle a nadie para que no me molestaran mis amigos. Las primeras veces me dijeron que no quedaba porque era muy niño. Insistí hasta que me escogieron y gané ese reality.

¿Qué proyectos tiene?

Ahora participo en una obra de teatro que se llama Casting, en Cabaret (en Bogotá), y también estoy en la serie Presos en el extranjero, de Natgeo. Me estoy moviendo muy bien con mi marca de ropa y pronto voy a lanzar productos de nutrición con mi nombre.