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¿Cómo llegó a un personaje como Roberto Carlos?
Fue algo muy curioso, porque soy director de un coro de niños desde hace cuatro años en el municipio Itagüí (Antioquia) y un día me puse a buscar canciones sobre la amistad. Entonces encontré Un millón de amigos y la cantamos. Desde ahí empecé a buscarlo y me enamoré de su música.
¿Cómo se fue apropiando de la voz y la indumentaria de Roberto Carlos?
Me fui aprendiendo sus canciones y a buscar el color de su voz, que gracias a Dios se asemeja a la mía.
¿Cuándo decidió que estaba listo para presentarse en un concurso de la magnitud de “Yo me llamo”?
Esa decisión fue radical porque pensaba presentarme en el 2018, cuando ganó Julio Jaramillo, pero digamos que no me sentía al 100 % y por eso esperé un año más, que aproveché para prepararme.
Hay dos particularidades de Roberto Carlos: el acento portugués y su pierna de palo. ¿Cómo preparó estos dos detalles tan significativos?
La verdad es que el portugués siempre me ha gustado mucho, pero nunca me había puesto a estudiarlo. Entonces empecé a hablarlo, pero de un modo más portuñol. En cuanto a lo de la pierna, lo empecé a hacer por recomendación del jurado porque no tenía eso muy presente. Al principio se me olvidaba mucho y ya después se volvió natural.
Desde la primera presentación hasta la última, ¿cómo percibió su evolución?
Considero que he sido uno de los participantes que más evolución tuvieron. Siempre acataba todas las recomendaciones del jurado y creo que eso me hizo mejorar. La clave fue estar concentrado y ser disciplinado con lo que me pedían y evolucionar con respecto a la peluca, el caminado, el acento, todo.
¿En algún momento pensó en retirarse del programa?
Sí, cuando mi perra en Itagüí desapareció.
¿Cuál es la canción más difícil de Roberto Carlos?
Emociones, porque uno tiene que hacer más agudos que en cualquier otra.
¿Conoce a Roberto Carlos?
Tuve la oportunidad de distinguirlo en el concierto. Tengo la esperanza de conversar con él.
¿Qué aprendió en este transcurso de “Yo me llamo”?
Demostrarme a mí mismo que soy una persona disciplinada, y cuando me propongo algo lo saco porque lo saco. También descubrí que uno, para representar a un personaje, no tiene que perder la esencia de lo que es. Yo soy un paisa y montañero que se hizo coger cariño de la gente. Pero lo más importante: descubrí cuándo ser Roberto Carlos y Albert Sánchez.
¿Pensó que podía llegar a la final y, más aún, ganar con un personaje tan poco mediático como Roberto Carlos?
Inicialmente, mi meta era estar entre los 10, pero a medida que el programa fue avanzando me propuse estar en la final.
¿Qué viene para usted y su personaje?
Yo me llamo Roberto Carlos seguirá deleitando a Colombia. Pero no me quiero quedar como él, porque quiero que la gente sepa que Albert tiene mucho para dar, quiero que Colombia me conozca a mí. También empezaré mi carrera como solista.
¿La voz de Roberto Carlos y Albert Sánchez son diferentes?
Sí, es muy diferente. Es un poco más juvenil.
¿Qué hará con el premio de ganador de “Yo me llamo”?
Llevar a mis papás a la playa para que conozcan el mar, invertir en mi carrera y en un apartamento, o algo así.