Alejandra Azcárate, el amor más allá de la apariencia

La colombiana hizo su debut este año en la televisión mexicana. Presentamos un recorrido por su carrera artística.

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Angela Martin Laiton*
13 de octubre de 2018 - 02:00 a. m.
Alejandra Azcárate debutó en la televisión mexicana con su nuevo show.  / Cortesía Universal
Alejandra Azcárate debutó en la televisión mexicana con su nuevo show. / Cortesía Universal
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El show terminó. La mujer alta y delgada llevaba un vestido rojo enorme, hacía unos minutos recitaba su número con la voz firme y movimientos elegantes, después rompió en llanto. Se cubrió el rostro y dejó ver su angustia. Estaba presentándose en uno de los festivales más importantes de Latinoamérica; el mítico escenario de la Quinta Vergara en Viña del Mar estaba atorado de gente. Un público exigente que veinte años atrás había sacado del escenario a Sarah Sanders con abucheos a los siete minutos de iniciar. Dos décadas sin recibir a una mujer extranjera en la tarima. Alejandra Azcárate acababa de recibir Gaviotas de oro y plata.

La colombiana ha tenido una carrera polifacética entre la presentación, el modelaje, la actuación y la comedia. En 2005 estrenó Los caballeros las prefieren brutas junto con Isabella Santodomingo. Participó en diversos programas de la televisión colombiana y llevó su monólogo teatral a diversos escenarios latinoamericanos. Sus opiniones controversiales y el humor negro en tarima le han conferido amores y odios dentro de la opinión pública.

Alejandra Azcárate en escena, todos los ojos sobre ella. Es un imán con su belleza y carácter. Sus opiniones resuenan al fondo de ese personaje que montó para hablar de la vida en pareja, de sus percepciones de lo que significa ser mujer. Ninguna feminista diría que hace parte del movimiento, ella tampoco ha dicho algo así. Su discurso en tarima pretende desnudar la intimidad de la pareja, lo que ocurre cuando el mito del amor romántico se desmorona con la costumbre.

Ella construyó la primera stand up comedy en Colombia en la que una mujer sola habla sobre estas cosas. La risa cómplice de las mujeres que están en el público da las herramientas para entender que, aunque estemos de acuerdo con ella o no, todas hemos vivido alguna situación así. El amor es una quimera, Alejandra Azcárate lo sabe y con acidez reparte comentarios sobre esto. La tragicomedia del amor es la clave de su número.

Azcárate nació en Bogotá. Hizo su debut en el canal City TV y desde entonces no ha parado. En el 2005 fue foco de múltiples señalamientos. Una recreación de la última cena renacentista, ella vestida de la hija de dios con el torso desnudo. Un montón de hombres alrededor. Cómo se atreve una mujer a desnudar su cuerpo para representar uno de los momentos más relevantes del catolicismo. El hijo de dios nunca será la hija de dios, la feminidad pecaminosa que mordió una fruta prohibida en el edén no puede desafiar el derecho divino de los hombres a reinar en la tierra. Vestida con una corona de espinas y los senos desnudos, faltaba más blasfemia en el país del sagrado corazón. Una vez más todos la señalaron.

El asunto no terminó ahí y llegó a los tribunales. “El tema de la Iglesia nunca me preocupó tanto: no solo nunca me dijeron que estaba excomulgada o que no podía entrar a una iglesia, sino que yo creo tanto en Dios que sabía que el hecho de que me excomulgaran no me iba a afectar.

Lo que jamás imaginé era que todo esto llegara a estrados judiciales. Me sorprendí bastante cuando me dijeron que teníamos que buscar abogados para presentarnos ante la Fiscalía, y mucho más cuando nos encontramos con que los que impusieron las demandas no eran miembros de la curia, sino laicos.

Luego nos dimos cuenta de que esos particulares en realidad estaban detrás de otras cosas: publicidad en la revista, publicaciones de artículos o simplemente plata”, afirmó para una entrevista en un portal chileno. Al final Soho y Alejandra ganaron el pleito, pero el estigma quedó ahí.

Contra viento y marea, la carrera de la artista continuó. Varias opiniones desafortunadas sobre política, el cuerpo de las mujeres y personas de otros países han desinflado a muchos de sus seguidores. Aunque no se trata de defender lo imposible y nada justifica los prejuicios o la xenofobia, hay que decir que Azcárate se ha retractado, con o sin arrepentimiento.

El 8 de octubre su carrera dio un salto gigantesco. Se estableció en la Ciudad de México y estrenó su primer programa en la televisión internacional. Hay que ver para querer, producido bajo la sombrilla de NBC Universal, se lanzó por primera vez en Latinoamérica. El formato que propone busca desarmar diversos prejuicios alrededor del amor y la construcción del discurso amoroso, incluso para Alejandra como conductora del programa.

El formato propone llevar distintos pretendientes a una persona que esté en búsqueda de pareja. La única condición que existe es que esa persona no puede saber cómo son físicamente quienes la pretenden. Se presentan, muestran sus actividades cotidianas y sus intereses. De acuerdo con ello se elige. Ante la pregunta de si considera que las reglas del romance pueden invertirse, Alejandra afirma: “Antes de hacer el programa estaba convencida de que sí era necesario para mí ver para querer. A título personal y no como conductora del programa sino como mujer, para mí sí era necesario, si no existía una atracción física me costaba trabajo generar un interés para establecer una relación. Y no por la superficialidad de que me quedaba con la fachada, pero sí en primera instancia me gustaba el físico. Pensaba que todo entraba por los ojos. Luego de hacer este programa cambié de opinión, porque entendí que hay otros ojos a través de los cuales se puede ver de una manera más profunda y más interesante conociendo el entorno, los intereses, los lugares de desarrollo de una persona y dejar en última instancia la fachada, que es con lo que de verdad uno debería negociar, porque al final lo importante verdaderamente en una relación es todo lo demás. Todos nos vamos a deshacer, todos nos vamos a acabar, la catástrofe viene para todos igual, pero lo que tienes como contenido es lo que puedes ofrecer. Entonces me cambió la perspectiva y creo que si me la cambió a mí se la va a cambiar a muchos televidentes.”

El debut de la colombiana en la televisión mexicana está a la expectativa, su misión es vislumbrar qué tan necesaria es la atracción física para el amor de pareja. “Ahora, ya que el programa va a salir, yo quisiera que el mensaje que se lleven las personas que ven el programa es la ruptura del esquema de la extrema importancia que le damos al qué dirán, al cómo nos ven, a cómo nos vemos y cómo nos juzgamos desde el punto de vista físico. Que retomemos la escala de valores y les demos justamente el valor a las personas por lo que son”.

* La periodista viajó a México por invitación de NBC Universal.

Por Angela Martin Laiton*

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