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La artista Anamaría Gutiérrez propone el diálogo de dos formas, la primera a través unas hojas de cuaderno, en papel de 250 gr y utilizando el sistema de impresión tipográfico donde se permite “revelar la incoherencia de los pensamientos”. Las palabras quedan separadas de la hoja, convirtiéndose en formas sutilmente legibles para nosotros creando un juego de sombras que distorsionan el escrito y su significado. Con esta obra, Gutiérrez evidencia la incapacidad de expresar que existe permanentemente, y que interrumpe o bloquea la posibilidad de un diálogo.
Para su segunda aproximación al diálogo, propone una instalación de ladrillos intervenidos. Los muros hacen parte de su historia personal, han sido protagonistas en sus obras anteriores, usándolos como la base literal de su obra, como soporte, o bien como inspiración. Los muros son elementos que crean divisiones en los espacios, entre el bien y el mal, entre el odio y el amor, entre la vida y la muerte. Es en los múltiples ladrillos donde se imprime sublimemente el diálogo personal, permanente y evolutivo en su obra.
La instalación incluye algunos ladrillos, que no han sido trabajados en este diálogo interior, acentuando así el proceso de una obra que no termina, sino que esta en constante evolución. La obra de Gutiérrez rescata y reinterpreta toda la información y energía que se encuentran en las calles. En sus trabajos ha tratado temas como lo que para ella es la “incapacidad de expresar” haciendo uso de materiales como el alambre, retablos, metal y cemento.
Arranca afiches de las paredes de las calles y los incorpora en sus obras que luego interviene con dibujo y pintura creando imágenes y texturas. Gutiérrez comienza sus estudios en el taller de María Angélica de Brigard, Miami, FL. Es aceptada por el “Estudio 1156″ en Miami, FL. para trabajar bajo la tutoría del maestro chileno Jaime Ferrer, donde madura su obra junto a Isabel Brinck (Chile) y Laura Villarreal (México) entre otros.
Ha participado en los talleres de dibujo e historia del arte en la Academia Fábula, Bogotá. Sus obras se encuentran en colecciones privadas en Estados Unidos, Reino Unido, México y Colombia. Ha participado en exposiciones individuales y colectivas, y en ferias a nivel nacional e internacional. Ha trabajado con la Galería Otros 360 Grados desde el 2014.