¿Qué lo motivó a escribir “Mi vida de otra manera”? ¿Cuál fue la semilla de ese libro?
El núcleo de ese libro es una crisis personal. Es la constatación de que mi realidad no calza plenamente con el ideal y comienzo a pensar en la urgencia de mi reinvención. Me empiezo a dar cuenta de que debe haber nuevos procesos en mi vida y nuevas dinámicas. A partir de ahí tomo la decisión de cambiar de vida, porque yo los últimos 33 años los había vivido en el contexto eclesiástico.
Pero usted al comienzo dijo que no era necesario dar explicaciones, pero después cambió de opinión. ¿Por qué?
Al comienzo pensaba que la vida era de cada uno y no había tenido la intención de hacer algo biográfico, pero comienzan las preguntas de todo tipo y me meto en mi cuartel de invierno y trato de traducir en Mi vida de otra manera las razones que hay en mi corazón para reinventarme. Creo que no es suficiente contar la vida propia, sino que es necesario inspirar a los demás.
Lleva 25 publicaciones y es la primera vez que escribe en primera persona. ¿La entrega en esta ocasión fue distinta?
Los textos anteriores fueron fruto de investigaciones y de muchos años de reflexión. Este libro hace parte de mi propia vivencia y muestro lo que yo mismo he gozado y padecido. Ahora creo que los valores son mayores cuando las motivaciones están encarnadas en proyectos existenciales.
“Mi vida de otra manera” está integrada por cuatro capítulos, ¿desde el comienzo lo tenía pensado así?
Siempre escribo los libros en la mente primero antes de sentarme al frente del computador. Mis textos empiezan a escribirse mucho antes de los ocho meses que debo dedicarle a la elaboración propia del relato. Yo tenía claro que debía revisar muy bien el motivo de la crisis y argumentar el porqué creo que la crisis no es lo peor que nos puede pasar. La crisis es una oportunidad y le tenemos mucho miedo al fracaso, pero la vida se resume en la necesidad de ser vulnerable.
Además de la crisis como un nuevo orden, en su libro también tiene un contenido elevado de agradecimiento, ¿por qué?
Creo en el poder del agradecimiento y lo que nos hace personas es ser agradecidos. Uno no puede mirar la vida hacia atrás con quejas y resentimientos. Hay que sentirse feliz. Los otros dos capítulos son: no improvisar y diseñar lo que uno quiere. Finalmente está la valentía que hay que tener para construir lo que uno quiere construir.
¿Cómo enfrenta las crisis?
Yo enfrento las crisis entendiendo el hecho de que no soy absoluto. La gran tragedia de los colombianos es que partimos de absolutos y por eso estamos tan polarizados. Me doy cuenta de que me puedo equivocar y que está bien moverme de posición, así empiezo a salir de la crisis. También creo que hay que ser optimistas y ahora estamos equivocadamente convencidos de que el ser inteligente e intelectual es destruirlo todo y eso no es tan cierto. Salgo de una crisis estableciendo sinergias, incluso con quienes son diferentes a mí.
¿Qué quiere que pase con “Mi vida de otra manera”?
Quiero que lo lea mucha gente, pero no por el narcisismo de ser leído, sino por el desafío que el texto les puede representar a las demás personas. Me gustaría que el libro sirva de inspiración para que otros se cuestionen su vida.
¿Usted se dio cuenta del momento en el que empezó a ser una persona tan mediática?
Siempre he sido una persona que se mueve en el espacio público. Cuando reviso mi vida, me encuentro con que en el equipo de básquet yo era el capitán, en el equipo de fútbol, aunque yo era de los que menos jugaba, yo era uno de los líderes. Nunca fui un tipo introvertido y me motivaba mucho el diálogo público. A mí me atraparon muy rápido los medios y ahí me voy desarrollando. Debo decir que hoy extraño un poco el anonimato, pero también sé que ya no hay nada que se pueda hacer, porque esa ventana ya está abierta.
¿El mensaje cambió a raíz de su vinculación a los medios de comunicación?
El contenido siempre ha sido el mismo: un mensaje de esperanza y de ánimo. Yo no quiero ser un analista político, a mí lo que me motiva es ser alguien que ayuda a generar una mirada más trascendente de la realidad. Lo que hago en Blu y en Caracol Televisión es una reflexión, una propuesta reflexiva.
¿Por qué tiene esa facilidad de palabra?
Nací en el Caribe y mi abuela tenía una capacidad muy bonita para hablar y desde siempre supe que esa era una de mis habilidades. Muy rápidamente descubrí que tenía una fortaleza para conectarme emocionalmente con los demás a través de la palabra. Siempre he leído mucho y me encantan los muy buenos oradores.
¿En la reinvención que representa este libro hay arrepentimiento?
Los seres humanos nos tenemos que arrepentir de algo. Yo no creo que haya malgastado mi vida, pero claro que me debí equivocar en muchas decisiones que tomé que no fueron tan firmes. Yo volvería a ser sacerdote.
¿Le preocupa que lo sigan llamando padre Linero?
En absoluto. Yo también soy mi pasado y no me da vergüenza. Yo aspiro a ser Alberto Linero... a secas porque no me interesan los títulos. El hecho de ser padre me ha abierto puertas, pero también me las ha cerrado.
¿Qué proyectos tiene?
Los puedo resumir en cuatro verbos que están ahí en Mi vida de otra manera. 1. Educar, porque acabo de recibir mi doctorado en Educación. 2. Inspirar, lo haré a través de las conferencias a las que me invitan. 3. Escribir, yo siempre estoy leyendo, así que también siempre estoy en proceso de escritura. 4. Comunicar, porque pienso continuar en los medios.