Catalina Aristizábal, lista para caminar hacia adentro

Para Catalina Aristizábal, lo que se refleja en el espejo es el amor propio. Ahí aparecen las intenciones, los deseos y las proyecciones. Eso lo entendió después de casi 25 años de historia en los medios de comunicación y luego de superar algunos complejos de infancia que hoy, por fortuna, son únicamente parte de su anecdotario.

Estar reconciliada con ella misma, conocerse cada vez mejor por dentro y por fuera, y querer compartir su estilo de vida la motivaron para hacer públicas sus rutinas y determinar que lo que la hacía feliz y mejor cada día también les podía funcionar a otras mujeres, sin importar edad, nivel cultural o estrato social.

El proceso de Catalina Aristizábal comenzó de adentro hacia afuera. En la actualidad es capaz de conceptualizar sobre la estética vinculada con aspectos como la salud y el bienestar, pero no siempre fue así. Se demoró para encontrar el sendero e incluso tuvo que vivir situaciones dolorosas para darse cuenta de todo lo que podía ofrecer a las demás mujeres.

“Desde que tengo a mi hija Oriana he percibido un cambio importante en mí. Ella nació con unos crespos divinos y los estaba odiando porque no era lisa como el resto de sus amigas y está aprendiendo a valorar la diferencia. Yo de pequeñita tenía mis complejos porque tenía una hermana con ojos azules y mona. Me sentía el patito feo, pero me di cuenta de que era mi decisión el seguir viéndome fea a mí misma”, cuenta Catalina Aristizábal, quien acaba de terminar la presentación del Desafío Superhumanos, 15 años, una experiencia que define como dos meses en los que puede desconectarse de todo.

Ha escrito dos libros y en este momento está en la redacción de un tercer texto que quiere dedicar a la familia, a los hijos y a los hábitos. A veces siente que su mente va a mucha más velocidad que su cuerpo y por eso busca siempre un equilibrio, un balance, entre el pensar y el hacer. Trabaja con la cadena NBC y para E Entertainment en programas de salud, por lo que está constantemente elaborando cápsulas sobre ejercicios, cuidados corporales y de la piel.

“Todo empezó como una cuenta aspiracional de Instagram. Compartía mi estilo de vida y las mujeres me preguntaban por mis hábitos y mis comidas. Después de cuatro años eso se transformó en libros, una marca y unos cosméticos naturales a base de las propiedades medicinales de la planta del cannabis. Ahora tengo claro que no publico para que nadie se compare conmigo”, dice esta mujer que se destacó como actriz durante cinco años, pero que abandonó el oficio porque a su esposo, Lucas Jaramillo, lo espantaba todo lo relacionado con ese ámbito.

Acaba de establecer una alianza con el Éxito para lanzar la marca Bronzini Active by Catalina Aristizábal, una campaña con diseños deportivos que ella misma define como frescos, de colores cálidos, muy arriesgados y para todos los gustos.

“Era algo que quería hacer desde hace tiempo y no había encontrado una compañía que fuera mi cómplice en este propósito. Se trata de vestir a esas mujeres que se levantan con ganas de transformar sus vidas, que son activas, madres y que quieren ser un ejemplo para sus hijos”, concluye Catalina Aristizábal, quien tiene la disciplina del yoga desde hace una década, no está de acuerdo con los procedimie ntos invasivos y quiere seguir aprendiendo a caminar hacia adentro para encontrarse con lo mejor de sí misma.

Para Catalina Aristizábal, lo que se refleja en el espejo es el amor propio. Ahí aparecen las intenciones, los deseos y las proyecciones. Eso lo entendió después de casi 25 años de historia en los medios de comunicación y luego de superar algunos complejos de infancia que hoy, por fortuna, son únicamente parte de su anecdotario.

Estar reconciliada con ella misma, conocerse cada vez mejor por dentro y por fuera, y querer compartir su estilo de vida la motivaron para hacer públicas sus rutinas y determinar que lo que la hacía feliz y mejor cada día también les podía funcionar a otras mujeres, sin importar edad, nivel cultural o estrato social.

El proceso de Catalina Aristizábal comenzó de adentro hacia afuera. En la actualidad es capaz de conceptualizar sobre la estética vinculada con aspectos como la salud y el bienestar, pero no siempre fue así. Se demoró para encontrar el sendero e incluso tuvo que vivir situaciones dolorosas para darse cuenta de todo lo que podía ofrecer a las demás mujeres.

“Desde que tengo a mi hija Oriana he percibido un cambio importante en mí. Ella nació con unos crespos divinos y los estaba odiando porque no era lisa como el resto de sus amigas y está aprendiendo a valorar la diferencia. Yo de pequeñita tenía mis complejos porque tenía una hermana con ojos azules y mona. Me sentía el patito feo, pero me di cuenta de que era mi decisión el seguir viéndome fea a mí misma”, cuenta Catalina Aristizábal, quien acaba de terminar la presentación del Desafío Superhumanos, 15 años, una experiencia que define como dos meses en los que puede desconectarse de todo.

Ha escrito dos libros y en este momento está en la redacción de un tercer texto que quiere dedicar a la familia, a los hijos y a los hábitos. A veces siente que su mente va a mucha más velocidad que su cuerpo y por eso busca siempre un equilibrio, un balance, entre el pensar y el hacer. Trabaja con la cadena NBC y para E Entertainment en programas de salud, por lo que está constantemente elaborando cápsulas sobre ejercicios, cuidados corporales y de la piel.

“Todo empezó como una cuenta aspiracional de Instagram. Compartía mi estilo de vida y las mujeres me preguntaban por mis hábitos y mis comidas. Después de cuatro años eso se transformó en libros, una marca y unos cosméticos naturales a base de las propiedades medicinales de la planta del cannabis. Ahora tengo claro que no publico para que nadie se compare conmigo”, dice esta mujer que se destacó como actriz durante cinco años, pero que abandonó el oficio porque a su esposo, Lucas Jaramillo, lo espantaba todo lo relacionado con ese ámbito.

Acaba de establecer una alianza con el Éxito para lanzar la marca Bronzini Active by Catalina Aristizábal, una campaña con diseños deportivos que ella misma define como frescos, de colores cálidos, muy arriesgados y para todos los gustos.

“Era algo que quería hacer desde hace tiempo y no había encontrado una compañía que fuera mi cómplice en este propósito. Se trata de vestir a esas mujeres que se levantan con ganas de transformar sus vidas, que son activas, madres y que quieren ser un ejemplo para sus hijos”, concluye Catalina Aristizábal, quien tiene la disciplina del yoga desde hace una década, no está de acuerdo con los procedimie ntos invasivos y quiere seguir aprendiendo a caminar hacia adentro para encontrarse con lo mejor de sí misma.