Christian Meier: “Esta historia es necesaria”

Usted ha comentado que el proceso de preparación para asumir el rol protagónico en “El general Naranjo” fue muy exigente en lo físico y en lo mental, ¿por qué?

No tanto el proceso de preparación sino la etapa de filmación. Fue una serie que rodamos para emitirse por temporadas, pero en el caso de Colombia, por ser un caso especial por el personaje y la historia relacionada, se acordó que se pasaran las tres temporadas de manera continua. Grabamos todos simultáneamente, lo que significó un esfuerzo triple. Por ejemplo, en un solo día saltábamos varias veces la línea de tiempo y eso, teniendo en cuenta que son más de 35 años de historia, implicó un trabajo enorme.

¿Cómo fue el trabajo en la parte emocional?

Igual de exigente. Se trata de una historia que nos toca bastante y durante siete meses pasé por múltiples situaciones. Creo que nunca había estado yo en una experiencia similar.

Le tocó vivir una buena parte de la historia reciente de Colombia, ¿qué conoció de este país a raíz de “El general Naranjo”?

Con la serie volví a aprender sobre estos acontecimientos que ocurrieron cuando yo era un adolescente. Esa información llegaba al Perú sin mucho contexto, porque en mi país padecíamos nuestros propios dramas. Con la serie revisité hechos como la toma del Palacio de Justicia, la persecución a los carteles de la droga y los asesinatos de personajes importantes. Conocía a familiares de muchas víctimas y supe cómo superaron el luto.

¿Cambia su proceso actoral al tratarse de un personaje de la vida real?

Cambia en la preconcepción. Cuando uno asume un personaje de la vida real y que está vivo, el actor sabe que tiene una doble responsabilidad. El compromiso, en ese caso, es lograr una representación que satisfaga a la parte y que le haga justicia.

¿Su representación de Óscar Naranjo es el resultado de su exploración al personaje real, a lo que leyó en el libro de Julio Sánchez Cristo y lo que encontró en los libretos de Luis González?

Así es. Lo primero que me dijo la producción fue: “No estamos haciendo una película para el Óscar; aquí queremos contar una historia”. Yo no me parezco físicamente al general, así que nunca traté de imitarlo. Lo que hicimos fue una versión personal sobre el personaje. Ahora, lo primero que recibí fue el libro El general de las mil batallas, de Julio Sánchez Cristo, y ahí entendí muchas cosas, pero otras no me fueron tan familiares. Luego vino el proceso de documentación y de lectura del libreto. Además, la Policía Nacional de Colombia fue muy amable al enviarme un buen material de consulta.

¿Cómo lo convencieron para participar en el proyecto de “El general Naranjo”?

Creo que en los últimos diez años ha habido una saturación de estas series que tienen que ver con el narcotráfico. Muchas han sido casi fabuladas y algunas otras se encargaban de enaltecer la imagen de los delincuentes. Yo me rehusaba a hacer eso, pero esta serie tiene la particularidad de que está basada en hechos reales y me llamó la atención que el protagonista no sería el delincuente sino el policía. Aquí veremos a quiénes pelearon realmente por la paz y de qué manera tuvieron que hacerlo. Esta historia es necesaria.

Su relación con la producción en Colombia data de más de diez años. ¿Cómo ha sido la evolución en la realización audiovisual en nuestro país?

La primera vez que llegué a Colombia a trabajar fue a finales de 2004. Todo ha cambiado para bien, porque hoy hay más ofertas, hay muchas más propuestas y creo que Colombia se ha convertido en un país importante en la realización, tanto como México o Brasil. La calidad de lo que uno encuentra en Colombia es difícil de encontrar en otros de nuestros países de América Latina.

Usted estudió Diseño gráfico, pero comenzó en las artes a través de la música, ¿cuál es el rol que desempeña en la actualidad la música para Christian Meier?

La música ha sido mi pasión desde que comencé, pero a veces me toca dejarla de lado, porque me inclino más a mis proyectos como actor. Comencé en la música, luego aparecieron proyectos como actor y esta profesión fue sobrepasando incluso los niveles que yo mismo contemplaba para mí. A veces me toca ser actor de tiempo completo, pero la música me acompaña, porque toco a veces algo en el piano.

¿Se arrepiente de haber interpretado algún personaje?

Más bien, me arrepiento de haber estado en alguna producción y probablemente más de una vez. Una vez le preguntaron a Michael Caine sobre sus películas malas y él dijo: “He hecho películas muy feas que lograron comprar casas muy bonitas”. Creo que todos hemos pasado por ahí.

¿Cuáles son sus proyectos cuando pase la pandemia?

Todo es tan incierto ahora. Antes de que comenzara el confinamiento estaba escribiendo y ahora tengo mucho más tiempo para realizar esa actividad.

Usted ha comentado que el proceso de preparación para asumir el rol protagónico en “El general Naranjo” fue muy exigente en lo físico y en lo mental, ¿por qué?

No tanto el proceso de preparación sino la etapa de filmación. Fue una serie que rodamos para emitirse por temporadas, pero en el caso de Colombia, por ser un caso especial por el personaje y la historia relacionada, se acordó que se pasaran las tres temporadas de manera continua. Grabamos todos simultáneamente, lo que significó un esfuerzo triple. Por ejemplo, en un solo día saltábamos varias veces la línea de tiempo y eso, teniendo en cuenta que son más de 35 años de historia, implicó un trabajo enorme.

¿Cómo fue el trabajo en la parte emocional?

Igual de exigente. Se trata de una historia que nos toca bastante y durante siete meses pasé por múltiples situaciones. Creo que nunca había estado yo en una experiencia similar.

Le tocó vivir una buena parte de la historia reciente de Colombia, ¿qué conoció de este país a raíz de “El general Naranjo”?

Con la serie volví a aprender sobre estos acontecimientos que ocurrieron cuando yo era un adolescente. Esa información llegaba al Perú sin mucho contexto, porque en mi país padecíamos nuestros propios dramas. Con la serie revisité hechos como la toma del Palacio de Justicia, la persecución a los carteles de la droga y los asesinatos de personajes importantes. Conocía a familiares de muchas víctimas y supe cómo superaron el luto.

¿Cambia su proceso actoral al tratarse de un personaje de la vida real?

Cambia en la preconcepción. Cuando uno asume un personaje de la vida real y que está vivo, el actor sabe que tiene una doble responsabilidad. El compromiso, en ese caso, es lograr una representación que satisfaga a la parte y que le haga justicia.

¿Su representación de Óscar Naranjo es el resultado de su exploración al personaje real, a lo que leyó en el libro de Julio Sánchez Cristo y lo que encontró en los libretos de Luis González?

Así es. Lo primero que me dijo la producción fue: “No estamos haciendo una película para el Óscar; aquí queremos contar una historia”. Yo no me parezco físicamente al general, así que nunca traté de imitarlo. Lo que hicimos fue una versión personal sobre el personaje. Ahora, lo primero que recibí fue el libro El general de las mil batallas, de Julio Sánchez Cristo, y ahí entendí muchas cosas, pero otras no me fueron tan familiares. Luego vino el proceso de documentación y de lectura del libreto. Además, la Policía Nacional de Colombia fue muy amable al enviarme un buen material de consulta.

¿Cómo lo convencieron para participar en el proyecto de “El general Naranjo”?

Creo que en los últimos diez años ha habido una saturación de estas series que tienen que ver con el narcotráfico. Muchas han sido casi fabuladas y algunas otras se encargaban de enaltecer la imagen de los delincuentes. Yo me rehusaba a hacer eso, pero esta serie tiene la particularidad de que está basada en hechos reales y me llamó la atención que el protagonista no sería el delincuente sino el policía. Aquí veremos a quiénes pelearon realmente por la paz y de qué manera tuvieron que hacerlo. Esta historia es necesaria.

Su relación con la producción en Colombia data de más de diez años. ¿Cómo ha sido la evolución en la realización audiovisual en nuestro país?

La primera vez que llegué a Colombia a trabajar fue a finales de 2004. Todo ha cambiado para bien, porque hoy hay más ofertas, hay muchas más propuestas y creo que Colombia se ha convertido en un país importante en la realización, tanto como México o Brasil. La calidad de lo que uno encuentra en Colombia es difícil de encontrar en otros de nuestros países de América Latina.

Usted estudió Diseño gráfico, pero comenzó en las artes a través de la música, ¿cuál es el rol que desempeña en la actualidad la música para Christian Meier?

La música ha sido mi pasión desde que comencé, pero a veces me toca dejarla de lado, porque me inclino más a mis proyectos como actor. Comencé en la música, luego aparecieron proyectos como actor y esta profesión fue sobrepasando incluso los niveles que yo mismo contemplaba para mí. A veces me toca ser actor de tiempo completo, pero la música me acompaña, porque toco a veces algo en el piano.

¿Se arrepiente de haber interpretado algún personaje?

Más bien, me arrepiento de haber estado en alguna producción y probablemente más de una vez. Una vez le preguntaron a Michael Caine sobre sus películas malas y él dijo: “He hecho películas muy feas que lograron comprar casas muy bonitas”. Creo que todos hemos pasado por ahí.

¿Cuáles son sus proyectos cuando pase la pandemia?

Todo es tan incierto ahora. Antes de que comenzara el confinamiento estaba escribiendo y ahora tengo mucho más tiempo para realizar esa actividad.