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¿Cómo se sintió anoche en la gala final?
Muy feliz y ansioso de saber cuál iba a ser el resultado. Les agradezco mucho a Andrés Cepeda (su entrenador) y a todos los que estuvieron al tanto de esto.
¿Cómo fue su primer acercamiento a la música?
Desde niño fui percusionista, tocaba batería, timbales, bongós y flauta, pero el canto fue a los 16 años. Tenía un amigo que cantaba música mexicana y me antojé. Empecé a ensayar en mi casa solo, porque me daba pena, hasta que alguien me escuchó y me dijo que cantaba muy bien. Me empezaron a conocer en mi pueblo. Fue especial, porque nunca me lo imaginé.
¿Ha estudiado música?
He tomado pocas clases. Lo mío es empírico. Comencé a estudiar ahora para venir a La Voz.
¿Con qué ilusión se presentó al programa?
Con la intención de impulsar mi carrera por alguna parte y con llevar un mensaje de fe. De que se pueden hacer las cosas. La vida duele, pero lo más importante es mirarla con los ojos del alma. Sí se pueden lograr las cosas, independientemente de las dificultades que se tengan. La Voz Colombia me ha servido como plataforma. Me presenté con el ánimo de llegar a la final y ganar.
¿Se había presentado a algún otro ‘reality’?
No. No me gustaban los formatos. Este sí, por el respeto y el trato a los artistas.
¿Qué opina de los ‘realities’ en Colombia?
No eran de mi gusto, porque no les hablan a los participantes de la manera adecuada. Este ha sido muy bueno, porque los entrenadores tratan bien al artista. Me ha implicado sacrificios y estar dedicado a este sueño de ser La Voz Colombia.
¿Por qué la música mexicana es su género predilecto?
Siempre había cantado música mexicana y después me incliné por las baladas. Me gusta también cantar pop y más juvenil para que la gente escuche otro género musical cantado por mí.
¿Qué representa ‘Abril’ para usted?
Es mi perra guía desde hace 8 años. El próximo año se jubilará, pues ya tiene 10 años y su labor como perro guía es muy ardua. Viajo por la ciudad con ella y es de gran ayuda. Es un servicio muy importante que prestan los perros lazarillos y ya cumplió su ciclo.
¿Cómo es su vida cotidiana por fuera de la música?
Empecé a estudiar idiomas en la Universidad de Antioquia, pero no la culminé. Luego, sistemas. Me encanta la tecnología. Cuando no canto ejerzo lo de sistemas, pero también hago masajes, reiki y reflexología. Me gusta servirle a la gente.
¿Cuál fue su mejor gala?
Recuerdo mucho en la que canté Malagueña. Me sentí muy conectado con el público y la interpretación. Además, con la que pasé a la final, Mujeres divinas, entregué mi alma y di todo por el todo.
¿Qué viene ahora para Camilo Martínez?
Viene música, discos, viajes y momentos para compartir con mi familia. Y darle un buen descanso a mi perrita ‘Abril’.
¿Cómo se siente en este momento?
Muy contento por todo esto.